PETRER. En el centro urbano de Petrer, se ubica desde hace cinco años —aunque con tres décadas de historia— Disfraces Numanda, una tienda familiar con indumentaria y complementos de fantasía para cualquier fiesta que se preste. En sus orígenes, el negocio fue una mercería fundada por las hermanas Reig (las mismas que lo regentan hoy), unas modistas que, además de remendar prendas y vender artículos de sastrería, empezaron a alquilar disfraces hechos a mano. Con el paso del tiempo y la llegada de los disfraces chinos, el comercio se transformó en lo que hoy es.
Sin embargo, la pandemia endureció aún más la situación de un sector que, de por sí, se mueve por campañas. Conscientes de la necesidad de reinventarse para mantenerse a flote, en octubre de 2020, decidieron hacer realidad la idea que una de sus propietarias siempre había tenido en mente: montar una tienda sin plásticos. Desde entonces, los cosméticos zero waste de Artesanos de Jabón ocupan el escaparate donde antes se exponían pelucas y antifaces.
La impulsora del proyecto, Pilar Reig, ha ido inculcando a sus familiares —y compañeras de trabajo— una filosofía de vida que, en gran parte, heredó de su madre. El reciclaje, el uso de productos naturales en cosmética y alimentación y, en general, el interés por lo ecológico y biodegradable la empujaron, unos 10 años atrás, a iniciarse en el estudio de la aromaterapia y la elaboración de jabones caseros. Los conocimientos adquiridos y su compromiso con el cuidado del planeta le sirvieron para convencer a sus hermanas (Amparo y Loli) y a sus sobrinas (Laura y Almudena) de la necesidad de apostar por un consumo sostenible.
Empezaron vendiendo jabones y, a fecha de hoy, disponen de un amplio catálogo de artículos, no solo en el establecimiento, sino también en la página web que Laura Herrero Reig (de la segunda generación del negocio) gestiona de forma autodidacta. Como en la tienda física pero con alcance nacional, en la plataforma digital ofrecen todo tipo de productos y accesorios para el cuidado corporal, capilar, facial, íntimo y dental, así como cremas de protección solar e incluso jabones para mascotas, todo ello con sus correspondientes garantías de calidad. “Lo compramos todo a empresas artesanales, porque los productos tienen que haber pasado por Sanidad y contar con los certificados necesarios”, argumenta Laura al explicar por qué la producción no corre por su cuenta.
Muy pronto, Artesanos de Jabón incorporará su siguiente novedad: los detergentes a granel. La intención de las emprendedoras es que cada persona rellene su recipiente, de modo que se reutilicen los envases. No obstante, a medio y largo plazo, sus expectativas van más allá de lo comercial. “Cuando todo esto se normalice, queremos impartir cursos para que la gente haga sus propios jabones”, revela Laura, convencida de que los hábitos sociales están cambiando: “Creo que vamos hacia una reducción del consumismo al que nos habíamos acostumbrado, y más a raíz de la pandemia”.
Mientras tanto, su prima Almudena y ella se encargan de crear contenido didáctico en las redes. En Instagram, donde congregan ya más de 1.700 seguidores, procuran lograr un equilibrio entre la promoción y la concienciación. Sus publicaciones, aclaran, “no solo van enfocadas a la venta”, sino también a la defensa del medio ambiente. En cualquier caso, ahora más que nunca, a ellas lo ecológico les ha servido para sobrevivir en tiempos de crisis: “La campaña de Navidad la hemos resistido gracias a los jabones y la cosmética”, se sincera Laura.