ALCOY (EFE). El nuevo técnico del Alcoyano, Vicente Mir, aseguró que apostará mañana, en su estreno en el banquillo del equipo frente al Real Madrid Castilla en el Alfredo Di Stéfano, por "un equipo ofensivo" con la idea de romper la dinámica actual de malos resultados.
"Tengo el once en mi cabeza, pero no quiero dar pistas. Soy un entrenador nuevo al que no conoce nuestro rival y quiero aprovechar esa pequeña ventaja que tenemos. Será un equipo ofensivo, no con ocho defensas, que quiera el balón y sea agresivo e intenso", explicó el valenciano, en víspera de su debut.
"Me vale todo lo que sea sumar, pero me gustaría dar una buena imagen y ver bien a mi equipo, no que hiciera un desastre de partido, aunque donde verdaderamente hemos de hacernos fuertes es en nuestra casa, que es donde se consiguen los objetivos", precisó .
El técnico dijo que espera un debut complicado ante un equipo que marca el descenso y que está a solo dos puntos del Alcoyano.
"Ellos van a intentar someterte, incluso habrá momentos del partido en los que debamos defendernos, pero es ahí donde debemos saber leer el partido para saber aprovechar sus debilidades a campo abierto. Vamos a salir a ganar, pero si en el minuto 85 no podemos lograrlo, lo que vamos a intentar es no perder el partido en cinco minutos", desveló.
El nuevo técnico del Alcoyano ha aprovechado esta semana y media desde su designación para realizar una pequeña pretemporada y así poder conocer a sus nuevos futbolistas.
"Los resultados lo cambian todo. He visto a un equipo bastante enchufado, no solo a once futbolistas, sino a casi toda la plantilla. Me da garantías de que puedo sacar un buen rendimiento a esta plantilla. Que vayamos a ser un equipo más ofensivo que defensivo no quiere decir que no defendamos bien", apuntó.
Mir, que fue contratado antes de Navidad, es el tercer entrenador de un equipo que comenzó al mando de Vicente Parras y que estuvo después dirigido seis partidos por Juli Cerdá, que era su ayudante. El técnico ya estuvo en la entidad en dos etapas, una como jugador y otra como entrenador, y en ambos casos el equipo descendió a Tercera.
Su amistad con Juan Carlos Ramírez, propietario del club y con quien coincidió en el Hércules, fue determinante para su fichaje tras dos temporadas y media en el Torrent, equipo de Segunda Federación.