ALICANTE. Juan Carlos Ramírez y representantes de las peñas del Hércules se reunían este martes en la sala de prensa del estadio José Rico Pérez.
A juzgar por la ovación cerrada con la que finalizó el encuentro de hora y media de duración, las partes salieron más que satisfechas del mismo. La realidad es que la misma se produjo tras un sentido minuto de silencio guardado por todos los presentes en memoria de la aficionada Maite Llopis, fallecida en las últimas horas, pero las caras de los asistentes finalizada la cita eran mayoritariamente de satisfacción (por el desarrollo del encuentro y no por la situación clasificatoria del equipo, se entiende).
El socio de Enrique Ortiz en el Hércules, el director de comunicación, Tomás Moya, el delegado de peñas, Enrique Sala, y el miembro de la comisión deportiva, Paquito Escudero, compartieron impresiones en torno a la misma mesa con una veintena de aficionados en representación (un máximo de dos por colectivo) de las peñas Herculanos Sin Fronteras, Sergio Fernández, El Altet, Guerreras Herculanas, El Penalti, Hijos de Zeus, Sentimiento Blanquiazul, El Chepa, Curva Sur y la Asociación Hérculanos.
El encuentro tuvo dos partes claramente diferenciadas y si bien estuvo presidido por la cordialidad (la iniciativa de celebrarlo había partido del empresario, aunque varios aficionados participantes puntualizaban a este medio que antes de Navidad ya habían trasladado al club que deseaban mantener una reunión con él) también hubo algún que otro momento tenso, como cuando un peñista puso el acento en la responsabilidad de los gestores de la entidad (y no tanto de los jugadores) en la situación deportiva, algo que Ramírez rechazó con vehemencia.
Se intercambiaron opiniones sobre cómo fomentar la asistencia de aficionados al coliseo blanquiazul y, especialmente, arropar todavía más al equipo de Vicente Mir en los partidos que juega a domicilio: la intención declarada del Hércules es la de seguir premiando a los abonados con invitaciones o entradas a precio reducido, mientras que, en coordinación con los peñistas, tratar de articular alguna forma de colaboración de terceros que permita abaratar el coste de los viajes de cara a lo que resta de una segunda vuelta en la que el club, más que la permanencia en Segunda B, se juega la supervivencia.
La delicada situación del equipo y la actualidad del mercado de fichajes no solo ocuparon buena parte del tiempo, también protagonizaron los momentos más jugosos: Ramírez dejó claro a los aficionados que, tanto para él como para el cuerpo técnico, el problema de los jugadores "no es físico" y "sí psicológico" (lo cual no ha sido obstáculo para que se haya prescindido del 'coach' que venía trabajando con el vestuario en la época de Jesús Muñoz, algo que el propio empresario vasco le revelaba a los presentes, al tiempo que defendía junto al resto de representantes del club el trabajo de José Abel Martínez 'Portu'). Ramírez no solo le confirmó a los aficionados que se busca reforzar el equipo con "un mediocentro", también que "como mínimo" se realizará "un fichaje" antes del cierre del mercado de invierno; el máximo responsable de la parcela deportiva censuró el comportamiento de Fran Miranda y Carlos Martínez y llegó a acusar a "la prensa" de fabricar polémicas y tratar de influir en los movimientos del club, concretamente de pretender "colocar futbolistas, entrenadores y delegados" (algo que apuntó sin llegar a precisar si, en el caso de los futbolistas, se refería al fichaje fallido de Chechu Flores o al de Miguel de las Cuevas).