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FORO AP–FARMAQUIVIR (II) 

Radiografía de la Sanidad post pandemia: colaboración público-privada y turismo de salud

25/04/2021 - 

ALICANTE. Cuando se inició la transmisión comunitaria del virus por todo el país, la Sanidad privada puso a disposición del ámbito público todos sus recursos. Primero por ofrecimiento y, después, por ley. “Pusimos todo al servicio de la pandemia porque éticamente era nuestra obligación, así que hicimos un esfuerzo de inversión muy importante”, asegura Amancio Marín, director médico de QirónSalud Torrevieja. “Esto ha suavizado la relación entre el ámbito público y el privado”, afirma Marín. “Nos pusimos todos a disposición de la Administración”, confirma Alfonso Pérez, director médico corporativo de IMED Hospitales. Sin embargo, en su percepción sobre la posibilidad de que esa colaboración público-privada sea extensible a otras tareas, es más escéptico. “Esta situación han generado una contratación masiva en la pública que ha derivado en un trasvase de trabajadores de la privada”, apunta Pérez sobre lo que considera un inconveniente.

En la misma dirección ahonda Carlos Yago, gerente de hospitales Vithas. “Hemos sido un partner necesario y se han creado proyectos imaginativos de colaboración que permitieron que todos siguiéramos garantizando la asistencia, proyectos que surgen de la necesidad”, comenta, pero está seguro de quién debe ser prioritario en sus relaciones futuras. “La Seguridad Social, si nos necesita, nos tendrá, pero no podemos perder el objetivo de nuestro viaje y nuestros compañeros, que son las aseguradoras”, concreta. De hecho, esta situación permitió visibilizar la predisposición del sector sin problemas, pero también les permitió establecer sinergias y estar en contacto entre hospitales y demás entidades. “Los jefes de UCI de toda la Comunitat Valenciana estaban en contacto para derivarse pacientes al margen de los seguros o primas”, recuerda Concha Giner, directora médica de HLA Visthaermosa, que pone el acento en la complementación de competencias. “Cuando la seguridad social cerró las urgencias, atendíamos nosotros”, apunta Giner, que además muestra su preferencia por seguir manteniendo las relaciones. “A mí sí me gustaría que fueran colaboraciones continuadas para revertir las esperas en el sistema público”, asegura.

En esta tarea, Javier Coterillo, presidente de Grupo Farmaquivir, constata, desde el punto de vista empresarial y de usuario que, “en el contexto de incertidumbre sanitaria y económica, la sanidad privada se adaptó más rápido y dio seguridad al paciente”. Así, la envergadura del colapso en el ámbito público ha llevado a que las listas de espera se hayan duplicado. Los hospitales públicos que menos listas de espera tienen son los que tienen implantado un sistema de concesión privada”, destaca el director de proyectos del grupo Ribera Salud, Javier Palau, quien, además, también quiso poner el foco en la problemática que supondrá competir por profesionales, un bien escaso. “Está siendo un problema porque la parte pública está compitiendo con la privada y viceversa, así que no podemos afrontar esto cuando se acabe la covid-19 sino que hay que hacerlo ahora, porque esta situación ha destapado las vergüenzas de nuestro sistema sanitario público, que debe hacerse sostenible”.

“Hoy por hoy, todavía se está retrasando la atención no covid en lo público. Las listas de espera están ahí y se tienen que resolver. El porcentaje de paciente público cabreado que acude a la privada está aumentando”, añade Palau. Por el mismo motivo, el director médico de Hopital Clínica Benidorm, Fernando Sánchez, solicita autocrítica a los gestores públicos. “La gestión de los recursos no ha sido la mejor. Todos nos hemos adaptado a las necesidades, pero lo que se le podría haber ofrecido a los ciudadanos era mejor de lo que se ha hecho, porque no tenía sentido la construcción de hospitales de campaña mientras había plazas disponibles”, afirma.

“Nuestra actitud ha sido responsable desde el minuto cero”, afirma Francisco Hugo Maestre, director médico de ASISA Alicante. “Once millones de personas tienen un seguro privado en España, desde los que se han gestionado el 20% de las asistencias por covid por lo que se ha ayudado de forma responsable a descongestionar el sistema y la sociedad eso lo está reconociendo ahora adquiriendo un seguro privado”, describe Maestre. En cuanto a la colaboración bilateral, mantiene que existe desde hace 40 años. “El 85% de los funcionarios decide recibir su atención desde un seguro privado y eso ayuda a la creación de grandes grupos que mejoran la calidad de la atención sanitaria y el Estado del bienestar”, concreta. Una política que, según afirma, permite que se desarrollen “grupos hospitalarios potentes que están acostumbrados a innovar”. Centros en los que el profesional está cómodo y, por consiguiente, también los pacientes. “Se están operando en el sector privado cosas que antes eran inimaginables y que ahora están en el día a día”, añade.

Álvaro Bernabéu, director de Sanitas en Alicante y Murcia, apuesta por desarrollar una plataforma clínica conjunta para tejer mejores colaboraciones. Además, pone la atención en una problemática futura, derivada de la generación del baby boom. “Cuando se vaya a jubilar un gran porcentaje de profesionales, nadie se ha dado cuenta de cómo se deberá cubrir eso”, apunta. Aunque Amancio Marín, director médico de QirónSalud Torrevieja, destaca una vía de solución, derivándose al sector privado. “La transformación digital va a abaratar mucho la asistencia sanitaria y eso va a ser una competencia directa para la sanidad pública. Si vas y tienes demora de tres meses, probablemente los seguros, que cada vez tienen precios más ajustados, están en posición favorable para atender esas derivadas”.

Marín explica que esa colaboración quizá será forzosa, por competencia, donde esa competitividad afectará, ya que existen señales que indican ese camino. “Se está produciendo un abandono de pacientes de la sanidad pública para ir a la privada porque no se sienten satisfechos y eso se irá produciendo con más asiduidad. Vamos a ser competitivos por la transformación digital, mucho más lenta en lo público, y por los profesionales, a los que se les ofrece mejores condiciones en este sector”, describe.

Recuperar al cliente internacional

En tanto en cuanto se vacune y se abran las fronteras, se volverá a recuperar la normalidad, y la recuperación dependerá de la imagen y el prestigio que se haya dado. En este sentido, España deberá atraer de nuevo la actividad turística y sus derivadas, como el consumo que esos turistas realizan en el servicio sanitario privado. Sin embargo, Alfonso Pérez afirma que otros países han hecho políticas de atracción muy buenas, como son Turquía y Grecia, que podrían hacer competencia.

“El turismo sanitario que hay en España es en mayor medida de reproducción asistida, interrupción del embarazo, medicina estética y oftalmolagía”, afirma Pérez, que destaca que, en otras áreas, no es más barata la cirugía en España que en el resto de Europa. “En Turquía es barata la cirugía capilar porque está subvencionada, y ahora va a subvencionar otras cosas, así que las autoridades españolas deberán tomar nota”, destaca. De lo que está seguro es que la imagen de la sanidad privada está mejor posicionada tras esto. “Hace dos años, si te dicen que el sistema de salud era el mejor del mundo, te lo creías, pero con esta pandemia se ha dado la vuelta a esa situación. El ámbito público sale muy tocado y el privado reforzado”, asegura.

Sobre las variantes del turismo sanitario, Amancio Marín, anota las diferencias. “Hay que distinguir a ese turista que viene a operarse o que viene, se pone enfermo y accede a estos servicios, del extranjero que reside aquí por un periodo largo de tiempo”, afirma. Aun así, coincide en percibir la competencia internacional como una pequeña amenaza. “Ese cliente residente volverá, pero teníamos esto garantizado y ahora competimos”, sentencia.

“Con el turista extranjero que nos elige a modo de proveedor de salud no hemos tenido demasiado éxito, pero no hemos perdido mucho porque no lo teníamos; el que se ha perdido es el turista que enfermaba aquí”, afirma Concha Giner. La excepción está, como apuntan el resto de los expertos, en la reproducción asistida, que ha perdido mucho volumen de negocio. “Pero son procesos que se pueden elegir en el tiempo y se han retrasado”, y confía en el prestigio para recuperarlos. “En España, nuestros profesionales comunican y se nos elige para formarse aquí; eso atrae también al paciente”, explica.

Álvaro Bernabéu se muestra más escéptico y plantea, además, otros inconvenientes. “Hasta que no haya un 80% vacunado no habrá normalidad, y eso no será hasta 2022”, apunta. “El turismo sanitario se podrá explotar, pero requerirá de recursos y de gente que sepa moverse en esos mercados, donde el Brexit puede crear problemas”. También Fernando Sánchez ahonda en ese sentido. “En verano podrá haber una cierta recuperación, pero no completa. Costará años. Hay que estar preparados y procurar que los políticos tomen las decisiones adecuadas”.

Cuesta mucho construir lo que se ha destruido y no sucederá mañana ni pasado. Lo que seguramente pasará es que vamos a tener que especializarnos todos más. En el turismo en general y en el turismo sanitario en particular”, plantea Javier Palau. Por otro lado, Carlos Yago es más optimista. “Yo creo que el turismo sanitario no tardará, en la medida en que se abran las fronteras y volvamos a estar donde estábamos, porque estamos todos preparados para ello”, sentencia Yago. “Como aseguradora, nuestro objetivo será captar al cliente que viene a residir aquí a largo o medio plazo. Tenemos que competir por captarlos dentro de nuestras aseguradoras para que acudan a nuestros hospitales privados”, advierte Francisco Hugo Maestre.

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