ALICANTE. Quirónsalud Torrevieja aplica el tratamiento de quimioterapia intraperitoneal hipertérmica (HIPEC), una compleja técnica, también conocida como de Sugarbaker, que requiere de centros de "alta capacitación" y que aumenta la supervivencia de las pacientes con cáncer de ovario y colon. Esta técnica se aplica también en el centro de Quirónsalud Murcia.
Según el doctor Pedro Bretcha, presidente de la Sociedad Española de Oncología Quirúrgica (SEOQ) y especialista en oncología quirúrgica en el Hospital Quirónsalud Torrevieja, "el uso de la tecnología es importante, pero lo que se requiere sobre todo es una visión multidisciplinar del cáncer, con un equipo especializado, puesto que el tratamiento de la enfermedad no puede dejarse exclusivamente en manos de un cirujano, de un oncólogo o de un ginecólogo, sino que se debe llevar a cabo de forma consensuada y adaptada a cada paciente".
El tratamiento lo aplican actualmente los hospitales Quirónsalud de Murcia y de Torrevieja en pacientes diagnosticados de una carcinomatosis peritoneal, patología que se define como la diseminación de un cáncer primario, que puede ser digestivo o ginecológico, en la cavidad abdominal, y que acaba afectando a otros órganos intraabdominales.
Según el doctor Pedro Cascales, coordinador del Grupo Español de Cirugía Oncológica Peritoneal (GECOP) y especialista del Hospital Quirónsalud Murcia, "en torno a un 70 por ciento de las pacientes de cáncer de ovario, por ejemplo, son diagnosticados ya en fases avanzadas, cuando la carcinomatosis ya está presente. Es precisamente en estas pacientes en quienes, con un enfoque correcto, se pueden conseguir resultados antes difícilmente imaginables, resultados muy dependientes del equipo quirúrgico que las trate".
La utilización de HIPEC aumenta la supervivencia de las pacientes con cáncer de ovario epitelial en estadio III. Además, su uso no añade ninguna complicación al procedimiento quirúrgico. Esta es la conclusión a la que han llegado los autores de un ensayo clínico publicado en la revista científica 'The New England Journal of Medicine' el pasado mes de enero.
La técnica desarrollada por el doctor Paul H. Sugarbaker en 1982 contempla la extirpación de todo el tumor visible y, posteriormente, la perfusión de HIPEC en la cavidad abdominal para eliminar las células malignas no visibles, ya que el calor potencia el efecto de la quimioterapia. Con esta técnica se logran unos resultados de supervivencia "no registrados con ninguno de los tratamientos establecidos, alcanzando en cáncer de colon una tasa del 50% a 5 años".
El tratamiento con HIPEC permite combinar una alta intensidad de dosis de quimioterápicos, focalizada en la zona afectada, con una menor toxicidad sistémica por la limitación en el paso del fármaco desde la cavidad peritoneal al torrente sistémico por las características de la membrana peritoneal y del propio fármaco. Su uso requiere de centros de alta capacitación, con equipos multidisciplinares y una alta especialización en cirugía oncológica, al tratarse de una técnica muy compleja.