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opinión

¿Qué está haciendo Europa por protegerse en la crisis energética?

La incertidumbre política y energética en Europa es uno de los principales lastres en las cotizaciones de la renta variable del Viejo Continente

18/10/2022 - 

MADRID. La semana pasada hablábamos del riesgo de errores políticos y esta vamos a volver a hablar de ello. Y es que la incertidumbre política y energética en Europa es uno de los principales lastres en las cotizaciones de la renta variable del Viejo Continente.

Hace años, a mediados de los noventa del siglo pasado, tenía un jefe que era tremendamente 'euroescéptico'. Era americano, de Texas, y argumentaba que sería muy difícil cohesionar países, pensamientos y sistemas fiscales tan diferentes y que, en el momento en que hubiera grandes problemas, se generarían grandes tensiones y que la unidad podría saltar por los aires.

Han pasado los años y algunas crisis importantes como el caso de la financiera de 2008 y con algún que otro problema, pero hasta ahora la unidad se había mantenido. Sin embargo, parece que se puede quebrar y llama la atención, sobre todo, desde dónde puede venir la fractura: Alemania y Países Bajos.

De momento, la última cumbre de emergencia energética se ha saldado con un 'reglamento', para hacer frente a los altos precios de la electricidad y el gas. Según la Unión Europea, este reglamento supondría un alivio para particulares y empresas, ya que los Estados miembros 'aplanarán' la curva de la demanda de electricidad durante las horas punta, buscando un efecto positivo directo en los precios. 

Buenas palabras

Buenas palabras, pero veremos a ver si se consigue esto y cómo se logra. Creemos que es más fácil que baje la demanda de electricidad, simplemente porque muchos particulares y empresas directamente no los puedan pagar, que por los 'esfuerzos' que puedan hacer los gobiernos con campañas de concienciación para bajar los consumos.

El otro punto de acuerdo está en el impuesto extraordinario sobre lo que los políticos denominan 'beneficios excedentes del sector energético', como si las compañías del sector energético no tuvieran que pagar los recursos energéticos que compran y después los pudieran distribuir a otros precios. En teoría el objetivo es realizar con ese impuesto una 'contribución solidaria' para aliviar el impacto de los altos precios en los clientes finales y proteger aún más a los clientes minoristas de electricidad. Permítanme que sea también escéptico con esto.


La tercera de las cuestiones estudiadas pasa por la posibilidad de 'topar' los altos precios del gas aunque en este asunto -una vez más- no ha habido acuerdo. Además de no haber acuerdo, lo que ha ocurrido es que Alemania ha tirado por la puerta de en medio, desmarcándose de la política común en lo referente a la energía, y está frenando esta medida en conjunto con los Países Bajos. Esto supone el riesgo de que sea el primero de otros países que decidan ir por su cuenta -en un sálvese quien pueda- ante el temor a una escasez relevante del suministro de gas este final de año, o en los primeros meses de 2023.

Y es que Alemania, una de las economías más dependientes hasta el momento del gas ruso, y también una de las que tiene mayor músculo financiero, ha decidido poner en marcha lo que ha denominado un 'paraguas' a los altos precios energéticos, pretendiendo destinar 200.000 millones de euros. O lo que es lo mismo, un 5% de su PIB, por un periodo de dos años para dar apoyo financiero a empresas y ciudadanos en el actual contexto de altos precios del gas. 

El caso alemán

Alemania prefiere pagar los altos precios del mercado del gas antes que quedarse sin suministro; mientras ha recibido las críticas de altos cargos en Europa, que mantienen que la mejor manera de afrontar la situación es haciendo un frente común, pero los alemanes han tirado adelante. Además del riesgo de fragmentación de la Unión Europea, la medida planteada por Alemania es inflacionaria, por lo que podría estar haciendo inútiles los esfuerzos del BCE para controlar la inflación. 

Es probable que Alemania no sea sancionada, ni se enquisten las posiciones contrarias, pero sí podría ser la semilla de la alerta que muchos vienen realizando y es que -ante una grave crisis- Europa se pueda dividir.

Antonio Castelo es analista de iBroker

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