ALICANTE. El torero Manolete tuvo muchas tardes de gloria en Alicante. ¿Sabe dónde se hospedaba? En el hotel Samper, frente al paseo de la Explanada. Ya le he contado en alguna de estas crónicas que era hotel de toreros, además de artistas y otros viajeros que lo elegían por su ubicación y su fama.
Allí era llevado a hombros de aficionados cuando su lidia había sido extraordinaria en la Plaza de Toros de Alicante. Lo llevaban casi en volandas entre unos y otros para festejar su triunfo. Imagine la distancia y el esfuerzo, desde la plaza de toros hasta la Explanada, nada menos. Recorrían calles y avenidas, aumentando el grupo con aficionados y curiosos, convirtiéndolo en una manifestación de júbilo donde se celebraba y reivindicaba –sin proponérselo– el arte del toreo. Aún se hace a veces, lo he visto con José María Manzanares, todo lo alto que es él, elevado a hombros de un desconocido que le admira por el arte de su toreo.
En la última corrida de toros que Manolete hizo en la plaza de Alicante en la feria taurina de junio de 1947 vestía un espectacular traje de luces rosa y dorado. ¿Sabe por qué se llama traje de luces? Este es muy elaborado y hecho a medida, que tiene hilos dorados o plateados que decoran el traje y brillan con la luz del sol o las luces del ruedo. Pues eso. Ese día Manolete manifestó en una entrevista en Alicante que se cortaba la coleta y dejaba de torear cuando terminara la temporada. No pudo cumplir su propósito. Ahora se lo cuento.
Toda su familia se había dedicado al toreo. Su padre, su tío y su bisabuelo lo fueron antes que él. Su madre estuvo casada con el torero Lagartijo antes de estarlo con Manolete (padre) y sabía mucho de este mundo taurino. Todos conocían que torear es un arte que a uno le nace de dentro para generar su propio estilo. Todos conocieron sus riesgos y las consecuencias que ese arte pueden tener si se lidia en una mala tarde. Y esto ocurrió ese día.
En el lance de Manolete con el Islero, este le asestó una cornada en el muslo derecho. Manolete se disponía a matar al toro, pero este cambió el final de la corrida y fue quien mató al torero. La cornada le produjo una hemorragia interna que le llevó a la muerte al día siguiente.
En momento tan trascendental manifestó “que disgusto se va a llevar mi madre”. Así se expresó el torero Manolete antes de dar su último suspiro. La cornada ocurrió el 29 de agosto de 1947 en la plaza de toros de Linares.
Ya sabe que madre no hay más que una, que es irremplazable por tía o hermana. Eso debió pensar Manolete al recordarla antes de despedirse de este mundo. Antes de su madre, se acordó de otra mujer, su novia Lupe Sino, a quien llamó a su lado, necesitaba también de su compañía, aunque al parecer la familia de Manolete se lo impidió.
Manolete, Manuel Laureano Rodríguez Sánchez es su nombre completo, nació en Córdoba el 4 de julio de 1917 y falleció en Linares el 29 de agosto de 1947. Es considerado como uno de los mejores toreros de todos los tiempos. Le llamaron el Califa de Córdoba o el Rey de los toreros. Destacaba por su estilo elegante y vertical de torear, toreando de frente y citando de perfil. Muchas veces se quedaba quieto cuando envestía el toro y lo dejaba pasar poco antes de moverse. Era un señor en la plaza y fuera de ella, humilde en sus formas, sin alardear de nada. Tuvo su propio estilo y creó escuela, sin proponérselo, sobre todo porque dejó pronto el mundo del toreo por causa de fuerza mayor como ya le he contado.
También fue sonada su vida sentimental. En el bar Chicote de la Gran Vía de Madrid conoció a la actriz Antonia Bronchalo Lopesino, llamada Lupe Sino por los amigos. Se la presentó una conocida, se enamoró perdidamente de ella desde el primer momento y se hicieron novios. Fue el amor de su vida. Algunos cronistas de la época decían que Manolete se jugaba la vida en cada corrida de toros. Después de conocer a Lupe cambió su percepción de las cosas, así como su deseo de vivir tranquilo junto a su amada, hasta tal punto que anunció en 1947 que se retiraría al terminar la temporada para estar más tiempo con ella.
Un año antes, Manolete se lo había tomado sabático y se refugió en Fuentelaencina, el pueblo donde veraneaba la familia de Lupe. Hicieron proyectos para hacerlos juntos, incluso pusieron fecha de su boda, el 18 de octubre de 1947. Aunque la madre de Manolete y su entorno familiar no aceptaban a Lupe, ni tampoco el enlace matrimonial con el torero. Este estaba perdidamente enamorado y no atendía a las razones de su familia para alejarla de Lupe.
Su vida taurina y sentimental se recuerda en la película que se hizo sobre “Manolete”, que así se titula, dirigida por el holandés Menro Meyjes y protagonizada por Adrien Brody en el papel de Manolete y Penélope Cruz en el de Lupe Sino. Con un presupuesto de 20 millones de euros, se iniciaron los rodajes el 21 de marzo de 2006 en Córdoba. También se grabaron escenas en Alcoy, la plaza de toros de Alicante o en el Puerto de Santa María (Cádiz).
Adrien Brody (lo recordará al ser el protagonista en El pianista, de Roman Polanski) estuvo varias semanas de adiestramiento con los toreros Espartaco y Cayetano Rivera para aprender lances y maneras en el mundo del toreo. Incluso Cayetano Rivera sale en la película con un pequeño papel como miembro de la cuadrilla de Manolete.
Manolete fue un torero que dejó huella: hoy podemos ver sus gestos en largometrajes y fotografías, como aquellas hechas a través del objetivo de la cámara de fotos de Paco Sánchez, legado que bien guarda el Archivo Municipal de Alicante. Para esta crónica utilizo algunas de ellas, disfrútelas.