VALÈNCIA. El presidente de la Generalitat y candidato del PSPV a la reelección, Ximo Puig, ha decidido limitar su presencia en los debates de campaña a tan sólo dos citas: la organizada por la Cadena Ser y la que celebrará la televisión pública autonómica À Punt. De esta manera, el líder de los socialistas valencianos declina la oferta de al menos tres encuentros de estas características donde su presencia había sido solicitada: RTVE, Prensa Ibérica (Levante-EMV, Información y Mediterráneo), y Las Provincias-Cope.
Una decisión que se encuadra dentro de la estrategia del candidato del PSPV de abordar una campaña de perfil bajo y donde también han influido otros factores. Así, tal y como informó este diario en su momento, Puig viene apostando en los últimos meses en evitar generar un clima de precampaña. Una táctica dirigida a apurar todos los hitos de gestión hasta la recta final de la legislatura y ha evitar una posible movilización alta por parte de los votantes del bloque conservador.
En esta línea, el presidente de la Generalitat y su equipo, consideran que actualmente y en los meses precedentes, no ha existido un clima de crispación y polarización en la Comunitat Valenciana, por lo que evitar una precampaña ruidosa podía beneficiar que se generara una idea de continuidad focalizada en la figura presidencial de Puig.
Una estrategia que, además, puede beneficiar otro de los mantras que se maneja dentro de la formación socialista pero también en otras fuerzas como Compromís, cimentada en que una baja participación (menor que el casi 74% de 2019) beneficiaría -posiblemente- al bloque de izquierdas.
Estos son algunos factores que han contribuido a que Puig prefiera declinar su presencia en cinco debates. Aunque hay más razones. Obviamente, en este tipo de citas la preparación para el candidato siempre es costosa y, desde el entorno del presidente, se opinaba que era mucho más rentable para el candidato del PSPV ocupar ese tiempo en visitar cuanto más municipios relevantes mejor. Cabe recordar que el próximo 28 de mayo se celebran las elecciones autonómicas y también las locales, y Puig confía en la fuerza de los alcaldes socialistas para ayudarse mutuamente en las urnas.
Otra razón de peso, sin duda, y así lo admiten las fuentes socialistas consultadas, es la diferencia de conocimiento en la ciudadanía de Puig frente al principal candidato de la oposición, Carlos Mazón (PPCV). En este sentido, desde el entorno del presidente consideran que cada debate es una oportunidad de darse a conocer para el líder popular, y esto se magnifica si el jefe del Consell participa como interlocutor. Esta estrategia, la de tratar de invisibilizar lo máximo posible al presidente del PPCV, ya se ha visto en otras ocasiones a lo largo de la legislatura, donde Puig y su equipo han limitado todo lo posible los encuentros de ambos líderes en el mismo plano. Para ello, han contado con la ventaja de que Mazón no es diputado en Les Corts, por lo que no ha podido debatir cara a cara con el presidente de la Generalitat en las sesiones parlamentarias.
Por último, otra de las razones para evitar estos debates es el propio peligro de sobreexposición. Según consideran en el PSPV, el presidente de la Generalitat es el favorito y el mejor posicionado para seguir al mando en el Palau: así pues, opinan que Puig "es el que más tiene que perder en un debate" y el que corre "más riesgos". O lo que es lo mismo, un error del presidente en una cita de estas características puede pesar demasiado cuando la posición actual, o al menos así lo consideran en el PSPV, es buena. Así pues, yendo a dos debates en vez de a cinco, se minimizan las posibilidades de cometer deslices.