La palabra 'tómbola' por sí sola suscita muchas cosas y todas están relacionadas con un sentimiento de satisfacción, de alegría. Tirando de etimología leemos que, según la Real Academia de la Lengua Española, “es una rifa pública de objetos diversos, generalmente como negocio de feria o con fines benéficos”.
Lo primero que a muchos le viene a la cabeza la expresión Tómbola es el título de una película de la mejor Marisol, aquella niña prodigio de los años 60. En ella cantaba una canción con el mismo nombre que este filme, que se hizo muy popular. La película se estrenó el 2 de julio de 1962. La dirigió Luis Lucía, que fue quien descubrió a Marisol y la llevó a la fama.
Para otros, les recuerda ese programa de cotilleo de Canal 9, que se retransmitió también en otras cadenas autonómicas, que presentaba el periodista Ximo Rovira. Fue pionero de los programas de periodismo del corazón ó prensa rosa que tanto están de moda actualmente en las televisiones españolas.
Muchos asocian tómbola a la Feria de Navidad donde niños y adultos disfrutan de sus atracciones. Se preguntarán a qué viene todo esto y verán muy pronto que este argumento viene a cuento. La palabra tómbola tiene un sentido especial para muchos alicantinos y forma parte de la historia de la ciudad. Acompáñeme en este relato y sabrá a qué me refiero.
A principios de los años 60 se despueblan municipios en las provincias limítrofes a Alicante porque sufren una profunda crisis por la mecanización de los campos de cultivo de Albacete, por la caída del mercado de los artículos de esparto en Murcia que son sustituidos por otros de diferentes materiales. Arruinados, ven Alicante como la ciudad de las oportunidades en el sector servicios y por el turismo incipiente, principalmente. Incluso por las cercanas Elche por el calzado, San Vicente por el cemento, Agost por el ladrillo y la cerámica…. Y se produce un movimiento migratorio masivo que produce algunos problemas por falta de infraestructuras y medios para acogerlos y para facilitarles el acceso de una vivienda. En esta tesitura, Cáritas interviene en la necesaria búsqueda de un acertado desenlace para el bienestar de esa gente, y la encuentran. Vean. La imaginación y las ganas de buscar soluciones no tiene límites cuando se está convencido en lo que se quiere hacer y, en este caso, relacionado con la solidaridad y el bien común. Y ahí va el inicio de la propuesta. A través de una tómbola instalada en el paseo de la playa del Postiguet, donde está actualmente el quiosco junto al hotel Meliá, Cáritas hizo una rifa para recaudar fondos para construir un nuevo barrio humilde donde alojar a estos emigrantes. Una vez edificadas las primeras 100 viviendas, tocaba la difícil decisión de a quién se las asignaban siendo muchos los interesados. Y tomaron otra resolución original, ya verán. Por medio de una rifa se sortearon ese centenar de viviendas. El azar es quien decidió quienes iban a disfrutar de las primeras casas de esta barriada.
A este lugar se le puso el nombre de Barrio de Pio XII. Pero este Papa entonces estuvo cuestionado por parte de la sociedad porque se pensaba que había sido muy paciente, incluso colaborador, con Hitler y la ocupación nazi en Italia. En aquella época se cuestionó la difícil neutralidad del Papa. En cambio, está demostrado que combatió al nazismo con actos que hoy definimos como heroicos, además de impedir con la palabra que el ejército de Hitler invadiera la Ciudad Estado del Vaticano. Por esta controversia, los habitantes de esta barriada —lejos de polémicas que no iban con ellos— empezaron a llamar Tómbola a su barrio, recordando su origen. Y así terminó imponiéndose el nombre popular que quisieron sus vecinos. Eso sí, las calles tienen nombre de Vírgenes, como la del Rosario, de la Merced, de los Reyes, de la Salud, del Mar, de los Lirios, del Rocío… Y con estos nombres, eligieron una patrona: la Virgen de la Visitación y lo celebran el 31 de mayo.
El barrio pronto formó su propia identidad social y sus habitantes fueron inquietos en sus reivindicaciones vecinales. Crearon la banda de tambores y cornetas (1972) con indumentaria al estilo militar para su traje de gala, con la idea de ser una ocupación para los jóvenes con el fin de evitar que estuvieran desocupados y callejeando sin saber que hacer; crearon la activa Asociación de Vecinos (1986) con el nombre de Tómbola-El Progreso, muy implicada en el bienestar del barrio; se constituyó el club de jubilados y pensionistas, la Sociedad Cultural Deportiva Tómbola, así como la construcción de un polideportivo —donde juega el Tómbola Althetic Club— que bien le vendría hoy una mano de pintura y arreglo de vayas y mobiliario deportivo. La inquietud cultural de sus vecinos les llevó a formar un grupo de danzas con el que han recuperado del olvido la Jota de Sella, las Malagueñas de Verdegás o la Danzá de Relleu. Hoy la plaza del Progreso (1992) es su punto de encuentro, con una gran pérgola que la define, asientos de madera donde ver pasar el tiempo sin prisas porque parece que aquí nunca las hay, un parque infantil donde los niños se divierten, una fuente de chorros que expulsan agua a diferente intensidad sobre su tina, con arbolado disperso y jardín, para deleite de sus vecinos. A su vez, tienen un centro comunitario amplio con multitud de salas para reunirse, para uso y disfrute de la tercera edad y para los jóvenes, un teatro, además de una cafetería en su interior.
Estando casi en el extrarradio de la ciudad en su origen, hoy es un barrio tranquilo, de calles anchas y asfaltadas (inicialmente lo fueron de tierra), estratégicamente situado con un gran parque cerca, el de Lo Moran, y del que se supone se construirá algún día en torno a las Lagunas de Rabasa. Está ubicado cerca y camino de la Universidad de Alicante, con multitud de actividades culturales de las que disfrutar, además de las carreras universitarias de su campus. Rodeado de los barrios de Los Ángeles, San Agustín, Rabasa, Divina Pastora, Virgen del Remedio y Polígono San Blas, está bien comunicado en todas direcciones, además de la cercanía de esa gran arteria que es la Gran Vía. Ya ven, de sus orígenes humildes hoy está en una ubicación privilegiada dentro del propio urbanismo de la ciudad. Pues vaya suerte, aprovéchenla.