VALÈNCIA. Transformar la mitad de la paja del arroz de l'Albufera en biogás. Ese es el objetivo de la valenciana Genia que, junto Enagás y Naturgy, promueve una planta de producción de este gas renovable para generar así economía circular y evitar la quema de estos rastrojos, cuya combustión es muy contaminante. Un proyecto que se encuentra en fase de tramitación urbanística y medioambiental, con vistas a que sea una realidad en 2026.
La instalación se ubicará en Sollana, una localidad valenciana que linda con el parque Natural y con buenas conexiones terrestres, y ocupará un superficie de cerca de tres hectáreas, dada la dimensión de la planta. Permitirá producir cerca de 90 GWh de biogás al año a partir de cerca de 50.000 toneladas de la paja del arroz, lo que equivale a más del 15% del consumo de gas natural de la ciudad de València. De este modo, se ahorrará la emisión de 130.000 toneladas de CO2 a la atmósfera. La inversión rozará los 25 millones de euros.
Se trata de una solución integral y sostenible para dar una nueva vida a las miles de toneladas de residuos que se generan tras la recogida del arroz y que mayoritariamente acaban quemándose, provocando grandes emisiones de gases como CO2, metano, óxidos de nitrógeno, así como partículas de distinta naturaleza. "Como valencianos nos pusimos el reto de buscar una solución para convertir la paja del arroz en energía renovable", explica Bernat Chulià, director de estudios y proyectos en la compañía.
Sin embargo, el proceso no ha sido sencillo. La transformación a gas renovables de la paja del arroz es más compleja que la de otros materiales que tradicionalmente se usan para la producción del biogás como es el caso del estiércol, los purines o los residuos domésticos orgánicos. ¿Por qué? Debido a su alto contenido en sílice, fibra y celulosa, lo complica su troceado, triturado y digestión anaerobia, proceso por el cual unos microorganismos descomponen el material.
"En el caso de la paja del arroz, como en el de otros residuos como las astillas, las bacterias no saben descomponer sus moléculas porque son muy complejas y, por ello, necesitábamos hacer que esa digestión se llevara a cabo por fases", expresa Chulià. Por ello, desde Genia se ha diseñado una tecnología para dividir el proceso de transformación a biogás en diferentes etapas consiguiendo este gas renovable que se inyecta en la red y que tiene los mismos usos que el gas natural.
Un desarrollo que tuvo su origen en otro proyecto en Leeuwarden (Holanda), que ahora es una realidad, pero en esa ocasión fue a partir de materiales lignocelulosos (madera). "Lo que hicimos fue dividir en siete tanques el proceso de digestión, que normalmente se hace en uno o dos, para que en cada uno se hiciera un proceso diferente, ya que este material es también complejo de digerir. Esta tecnología funcionó y vimos que podíamos adaptarla al proceso de la paja del arroz. A partir de ese momento empezamos a trabajar a escala de laboratorio, en colaboración con el centro tecnológico de Ainia para certificar y verificar nuestros resultados", relata el técnico.
En el último año y medio, la compañía valenciana ha estado trabajando en un piloto que en unos años será una realidad tras conseguir "resultados satisfactorios". "Hemos colaborado con empresas de maquinaria y servicios, así como con agricultores de Pinedo para involucrar a todos los actores del proceso y tener acopio de material", explica. También se han reunido con el nuevo gobierno autonómico para presentarle sus planes y el feedback recibido ha sido "muy positivo".
Además de en el laboratorio, Genia alquiló unos terrenos en l'Albufera para hacer la recogida, acopio y almacenamiento de cerca de 1.000 toneladas y probar a escala industrial su tecnología. "Se calcula que en el marjal de València se generan cerca de 80.000 toneladas de paja del arroz que se recogen en solo un mes. Nosotros hemos hecho pruebas con 1.000 toneladas y pretendemos convertir en la nueva planta unas 50.000 anuales", detalla Chulià.
Pero, además, otro reto al que tuvieron que enfrentarse fue al almacenamiento, ya que la paja se descompone y pierde propiedades. También, su propia humedad provoca una fermentación interna que eleva su temperatura y puede provocar una autocombustión. De esta forma, han desarrollado un sistema de ensilado para propiciar unas condiciones adecuadas para aumentar su durabilidad durante un año, periodo de tiempo de producción de la futura instalación.
Así, la futura planta se encargará de todo el ciclo: desde la recogida hasta la producción del biometano. "Se empezará con el almacenamiento de la paja durante un año para, posteriormente, llevarla a la zona de pretratamiento para triturarla. Después llegará la digestión multietapa en cuatro fases. En este proceso se producirá el biogás, que es una mezcla de metano y dióxido de carbono. Este gas lo llevaremos a un sistema de enriquecimiento que separará el metano, que se inyectará a la red, y el CO2, que se podrá licuar y usar en industrias como mataderos o invernaderos", puntualiza el responsable de proyectos de Genia.
Asimismo, el material que no se haya podido degradar se compostará para que sirva a actividades agrícolas, incorporando nueva materia orgánica al campo y generando economía circular. Por ello, destaca que esta planta ayudará a solventar, en buena parte, la problemática ambiental de mala calidad del aire que se genera con la quema de la paja del arroz en el entorno de la ciudad de València, así como favorecerá la generación de una nueva fuente de energía renovable que revertirá en cooperativas y empresas de la zona.
Un sistema multietapas que Genia va a replicar a nivel internacional en otros países donde también promueve, aunque esta vez en solitario, plantas para la transformación de paja del arroz en gas renovable. Así, en estos momentos trabaja en proyectos en India, Colombia, EEUU y Perú. "Tenemos tecnología valenciana que hemos probado, funciona y soluciona un problema para muchos productores", destaca el técnico de la compañía.
De esta forma, están también en la fase de permisos en la India para una instalación de mayores dimensiones que la valenciana, así como van avanzando en otra con la compañía Roa Florhuila, uno de los mayores productores de arroz en Colombia. "Solo este cliente produce el mismo arroz que toda la Comunitat Valenciana", remarca. También desarrollan otra planta en Luisiana (EEUU) y una cuarta en el norte de Perú, con capacidad para transformar unas 30.000 toneladas anuales.
Además, dada la alta innovación del grupo valenciano, desarrollan, junto a Ainia, la empresa Depuración de Aguas del Mediterráneo (DAM) y el Consorcio de la Energía de la Ribera, un piloto para aprovechar la paja del arroz, pero esta vez para producir biohidrógeno. "Nos presentamos a un programa europeo y recibimos 1,5 millones de euros de financiación a tres años con un demostrativo en la depuradora de Pinedo. Estamos desarrollando ya el proyecto a escala preindustrial", destaca.
El grupo Genia lleva años especializada en gases renovables, biogás, biometano y los procesos de valorización de residuos orgánicos (“Waste2Energy”). Cuenta con experiencia en todos los escalones del negocio energético, desde la ingeniería, al desarrollo del proyecto, construcción, y la operación de las plantas. Así, tiene en estos momentos en marcha desarrollos para producir más de 2,8TWh/año, cerca del 30% de su objetivo de alcanzar en 2030 los 10TWh/año.