Su primer gran desarrollo de venta fue en Portugal

Prosolia, una travesía entre el ocaso y el despliegue de las renovables en España

6/06/2022 - 

VALÈNCIA. Las energías renovables en España se encuentran en un momento dulce propiciado por una legislación que busca acelerar la transición energética, impulsada sin duda por los fondos europeos Next Generation. Y este nuevo escenario ha provocado el desarrollo de muchos proyectos en gran parte del territorio español. Pero no siempre fue así. Durante años, la 'energía verde' estuvo penalizada, con sucesivos cambios legislativos y normas como 'impuesto al sol', que provocaron un largo periodo de decadencia y situaron a España a la cola de Europa en cuanto a potencia instalada. 

Un ocaso que llevó a muchas compañías a buscar oportunidades en el mercado exterior ante la imposibilidad de hacerlo en el territorio nacional. Y este fue el caso de la valenciana Prosolia, cuya internacionalización le permitió mantener su actividad, paralizada en España. Una larga travesía que le llevó a abrir delegaciones en Italia, Portugal y Francia e iniciar allí proyectos, pero siempre con la esperanza de 'volver a casa'. Como así ha sido años después, con el despertar de las renovables en el país. 

Ahora, la energética, dedicada al desarrollo y gestión de parques solares e instalaciones de autoconsumo industrial, tiene en marcha importantes proyectos tanto en territorio nacional como en Portugal, Italia y Francia. Así, cuenta con una cartera de más de 2 GW desarrollados en plantas fotovoltaicas, 230 MW en construcción y 123 MW que empezarán a promover en 2023. A nivel industrial, dispone de 60 MW en España en construcción y 40 MW en Portugal, además de 20 MW en ambos países en operación.

Fundada en 2003, esta empresa valenciana nació centrada en proyectos fotovoltaicos en suelo y, a partir de ese momento, fue creciendo por el buen momento que vivía entonces el sector. Cinco años más tarde dio el salto al mercado exterior. "En 2008 arrancó nuestra internacionalización y salimos a Portugal, Italia y Francia. Más tarde llegamos a Reino Unido y África. Íbamos yendo hacia donde la regulación fomentaba este tipo de proyectos", explica Javier Martínez, consejero delegado de la firma.

El punto de inflexión llegaría en 2009 con el cambio normativo en España. "De repente se acabó todo y tuvimos que sobrevivir a base del mercado exterior. A partir de entonces, pasamos de facturar en España 150 millones de euros a cero euros en 2011", recalca Martínez. No obstante, su crecimiento internacional les permitió mantener su estructura en España y financiar sus proyectos. "Lo normal para un grupo que sale fuera es que el mercado nacional financie tu expansión, pero nos pasó precisamente al revés. Fue una travesía estar en mercados internacionales para mantenernos en España, aunque siempre tuvimos la esperanza de recuperar el mercado nacional", explica.

Entrada en el segmento industrial

Años más tarde, en 2016, supieron anticiparse a las necesidades del mercado enfocándose en el autoconsumo industrial, pese a las restricciones del 'impuesto al sol'. "Ese gravamen al autoconsumo fue una aberración para el desarrollo, pero aún así seguimos apostando por eso, especialmente en Portugal porque era un mercado similar al español, pero con una regulación más favorable", rememora. De hecho, sus primeros proyectos en este segmento fueron en el país luso.

Foto: TOÑO JIMÉNEZ

Dos años después, la energética valenciana comenzó a tomar posiciones en proyectos no subvencionados rompiendo con la dinámica que había en el mercado, en donde la mayoría de iniciativas en el sector de las renovables contaba con ayudas públicas. "Empezamos a centrarnos en proyectos que iban a ser competitivos en el mercado o bien vía proyectos de gran dimensión para vender energía al mercado o bien para autoconsumo", explica.

Uno de sus primeros grandes desarrollos fue precisamente fuera, en Portugal. "Lo que hicimos fue desarrollar el primer proyecto en Europa para vender energía en la red de transporte, la de más de 150 KW, sin subvención. Nos encargamos del desarrollo y se vendió a otra empresa valenciana que construyó el proyecto en 2017 y adquirió después Allianz Capital", apunta Martínez. En estos momentos, Prosolia se ocupa del mantenimiento de la instalación, ubicada en lalocalidad lusa de Ourique y que cuenta con una potencia de 46 MW.

Esa fue la punta de lanza del grupo, que empezó a replantearse su modelo para estar en más fases de la cadena de valor y no únicamente en el desarrollo y la construcción de pequeños proyectos. Hasta ese momento no tenían capacidad de acometer los trabajos de puesta en marcha de grandes desarrollos y sentían que estaban "perdiendo una gran capacidad". "Éramos muy dependientes de posibles cambios regulatorios, clientes o intereses políticos", admite el consejero delegado de la firma. Por ello, decidieron pasar de un negocio puramente de servicios de venta de instalaciones a terceros a ser una productora de energía. 

Para ello, se dividió la empresa en dos vertientes: una dedicada a proyectos en suelo para venta al mercado; y otra para autoconsumo industrial, en la que ya cuentan con clientes como Decathlon, E.Lecrerc o Risi. Pero no lo hicieron solos. Para poder afrontar la inversión necesaria para construir y explotar grandes parques solares llegaron en 2020 a un acuerdo con el fondo de inversión francés Omnes Capital, para el desarrollo fotovoltaico en España.

Planta de Opel en Zaragoza

Y es que cada vez son más las empresas que se están subiendo al tren del autoconsumo ante la escalada alcista del precio de la electricidad. Aunque depende de la instalación y las necesidades de cada uno, pero los paneles en cubierta pueden llegar a generar ahorro de entre el 20-35% en la factura, señala Martínez. 

Uno de sus proyectos más emblemáticos es el que están construyendo en la plaza de Opel de Zaragoza para el grupo Stellantis, que comercializa marcas automovilísticas tan conocidas como Fiat, Alfa Romeo, Lancia, Maserati Jeep, Chrysler, Peugeot o Citroën, entre otras. "Nosotros hacemos la inversión y se les vende energía a un precio fijo con unos ahorros muy importantes", explica. El desarrollo va por fases. En la primera, promueve un parque fotovoltaico con una potencia de 9 MW y una inversión de 5 millones que asume Prosolia. En la segunda, son otros 7 MW de energía solar con 3 millones de inversión, mientras que la última parte consta de molinos de viento para 11 MW de eólica por otros 5 millones. "Stellantis nos pidió poder consumir tanto por el día como por la noche y con la eólica damos esa solución", detalla. 

Foto: Prosolia

Y es que el almacenamiento de energía sigue siendo una asignatura pendiente en la que todavía queda por avanzar. Será entonces cuando, a su juicio, se conseguirá el cambio real y "destapar el potencial real de las renovable". De lo contrario, "será muy difícil que perdamos la dependencia del gas o de los combustibles fósiles", confiesa. "En Prosolia estamos empezando a poner sistemas con baterías para el almacenamiento de energía aunque la realidad es que todavía no supone un beneficio económico. Estamos avanzando en soluciones para la industria con algún proyecto piloto con hidrógeno que es también una manera de almacenar", explica. 

El bloqueo de proyectos en la Comunitat

No obstante, y aunque la compañía sigue con proyectos en España, el consejero delegado de Prosolia reconoce que no siempre es sencillo hacerlo por la lentitud y las trabas administrativas. Y especialmente llamativo es el caso de la Comunitat Valenciana, en donde el sector lleva años reclamando una agilización de los trámites ante el atasco de 300 proyectos que hay en estos momentos. De hecho, la empresa tiene un desarrollo pendiente de autorización desde hace seis años. 

"Solo tenemos en la Comunitat, concretamente en Castellón, un proyecto que se está construyendo y los demás están fuera de la región. Tenemos otros más a la espera de la autorización, pero por unas razones u otras siempre se retrasan y eso genera mucha incertidumbre a la hora de que nos planteemos nuevas inversiones en la Comunitat", lamenta. Porque, según explica, en otras comunidades hay una "mayor fluidez" en el proceso, lo que hace más fácil invertir. 

No obstante, deja claro que no todo lo que se promueve tiene que salir adelante si no cumple con las normas, pero sí que debe haber una agilización y más en estos momentos. "No se tiene que aceptar todo, pero aquí lo que hay es una cuestión de bloqueo y eso para todos los empresarios del sector es un problema. Hay un potencial muy fuerte de empresas valencianas en el sector renovable y, por desgracia, la mayoría de ellas con proyectos fuera de la Comunitat Valenciana", explica.

Lo cierto es que el Gobierno valenciano ha sacado adelante el decreto ley de medidas urgentes en respuesta a la emergencia económica por la guerra de Ucrania, que busca acelerar las renovables. Un "paso adelante" para Martínez que, sin embargo, se muestra prudente a la hora de valorar sus posibles efectos. "Vamos a esperar a ver las implicaciones que tiene y cómo en la práctica se va a traducir en licencias. Por lo menos es un paso en la buena dirección, pero ahora falta se concretice con cosas reales. Prefiero ser cauto antes de decir que supondrá un cambio radical", apostilla.

Foto: TOÑO JIMÉNEZ

En estos momentos, la valenciana tiene como estrategia mantener su crecimiento en España con desarrollos en suelo, aunque sin dejar de lado los mercados internacionales. "El futuro de Prosolia pasa por España, donde vamos a seguir posicionándonos. También en el exterior. En Portugal ya tenemos buena implantación y, por eso, el foco está en Francia e Italia", apunta. El salto a nuevos destinos prefieren dejarlo para dentro de dos años.

A la vista del interés empresarial por el autoconsumo, también quieren explorar más esta vertiente. "Las condiciones macroeconómicas son las que están propiciando que se acelere la rama industrial porque el precio de la energía hace acelerar sus planes empresas. Por eso, queremos también crecer en ese segmento porque ahora hay demanda", concluye.

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