Profesionalización y protocolo, claves para la supervivencia de las empresas familiares

10/06/2019 - 

ALICANTE. La necesaria conexión con la realidad empresarial, complemento imprescindible de la formación académica de los másteres y expertos desarrollados en la Universidad de Alicante, obliga a que periódicamente se desarrollen sesiones específicas con empresas y consultoras que pongan en valor los conocimientos adquiridos en el aula y los encajen en el contexto exacto en que se aplican esos conocimientos.

Con este objetivo, el pasado 24 de mayo se desarrolló en las instalaciones de Actiu, en Castalla, la jornada Aefa (Asociación de la Empresa Familiar de Alicante) con los alumnos del máster en Dirección y Administración de Empresas y los del experto en Control de Gestión de la Universidad de Alicante. En total 100 directivos, empresarios -o aspirantes a serlo- tuvieron la oportunidad de conocer el funcionamiento de 4 empresas familiares extraordinarias: Actiu, Envases Durá, Autocares Martínez y Hotel del Juguete, con la coordinación del Director de Aefa, Juan José Castón.

Hablar de empresas en nuestro país es hablar de Empresas Familiares: el 89% de las empresas españolas son familiares, generan 6,58% de millones de puestos de trabajo (el 67% del empleo del sector privado) y son responsables del 57,1% del producto interior bruto. Son empresas que por el compromiso de las familias empresarias y una vez consolidadas suelen resistir mejor las crisis, al menos en primera generación, pero en muchos casos soportan mal la evolución: solo un 2,6% se encuentran en 4ª generación y un 7,4% en tercera.

Recientemente, el pasado 3 de abril, en la Asamblea General Ordinaria de la Asociación de la Empresa Familiar de la provincia de Alicante, el análisis de sus miembros concluyó que los principales retos a los que se enfrentan las empresas familiares están relacionados con la innovación en productos, procesos y mercados, así como en la mejora de la rentabilidad, y en este punto la profesionalización y transparencia de sus estructuras y las relaciones entre las familias, la propiedad y la empresa  juegan un papel fundamental, que en la medida que esté regulado facilitará mucho el itinerario de la compañía.

El presidente y fundador de Actiu, Vicente Berbegal, explicaba que la Empresa Familiar surge de la ilusión de una persona o un grupo de personas por crear un proyecto útil para la sociedad, en el que el compromiso personal de cada uno de los fundadores es muy importante, tanto con uno mismo como con la sociedad, pero el proceso que sigue la empresa está formado por una sucesión de etapas que probablemente desde fuera se aprecian mejor que desde dentro de la compañía, cuyo éxito tiene mucho que ver con la inquietud de aquellos pioneros observando, escuchando para diseñar productos y servicios capaces de anticipar o, al menos, resolver inquietudes no siempre conscientes de sus clientes potenciales; en definitiva, inquietud para innovar. Lleva ya 51 años en el mercado

Mª Dolores Pérez, del Hotel del Juguete, en Ibi, explicó que aún procediendo de una familia de emprendedores ya en 4ª generación, la idea del Hotel completamente tematizado surgió cuando empezó la crisis, que obligaba a reinventar el proyecto hotelero que una parte de su familia tenía en la localidad. Es el Hotel del Juguete porque está en la ciudad del juguete; una propuesta familiar diferente en la que los más pequeños son los auténticos protagonistas. Según Mª Dolores, los genes de empresario familiar en gran medida se heredan, se integran de tanto usarlos hasta que se convierten en inercia

Jorge Durá, representante de Envases Durá, explicó que su empresa, de capital 100% familiar, dio sus primeros pasos en 1965, centrados desde entonces fundamentalmente en los envases y embalajes de cartón ondulado, focalizándose en una excelente relación calidad/precio/servicio en su estrategia de crecimiento, con todos sus procesos certificados en ISO 9001 e ISO 14001, y una plantilla muy profesional.

Miguel Ángel Martínez, de Autocares Martínez, describía su empresa como un operador integral de transporte con la misión de desarrollar los sistemas de transporte por carretera para satisfacer las necesidades de movilidad de sus clientes a cualquier nivel. Se desarrolló en paralelo al boom turístico de Benidorm y hoy es un operador global reconocido en 2002 como la mejor empresa española de servicios turísticos por una prestigiosa revista española del sector.

Consenso familiar fundamental

Para la consolidación de estas empresas, todos los participantes coincidían en que el consenso familiar es fundamental, la empresa familiar debe ser, necesariamente, un proyecto compartido que va mucho más allá de lo especulativo; con disposición siempre a aprender, escuchando el presente y mirando el futuro, buscando proyectos que hoy llamamos disruptivos y que siempre fueron innovadores, con la diferencia de que hoy hay que ser muy bueno y, además, ser el primero; y muchas empresas familiares lo están consiguiendo poniendo en valor la proximidad, la cercanía, la agilidad, el equipo, el entorno, frente a valores más especulativos propios de las grandes multinacionales, lo que facilita la captación y retención del talento en las empresas familiares.

En el inicio, es muy importante la implicación y la personalidad del líder, pero la consolidación exige evolucionar ese liderazgo individual por el equipo, no siempre necesariamente dentro de la familia. Pero sin duda, el mayor problema de las empresas familiares puede llegar a ser las propias familias, si no han resuelto bien los temas relativos al relevo, a la incorporación o no a la empresa de segundas y sucesivas generaciones, o en la gestión ordinaria de la empresa.

Para abordar los instrumentos legales para regular el funcionamiento de la Empresa Familiar, intervino Marta Máñez, responsable del área de mercantil de Cuatrecasas en Alicante, para la que las empresas familiares son instrumentos fundamentales para generar riqueza y empleo, con algunas herramientas para protegerlas desde planteamientos fiscales y jurídicos, pero insuficientes, por lo que resulta imprescindible disponer de un Protocolo Familiar que, personalizado a las necesidades y expectativas de la empresa, puede llegar a tener fuerza vinculante, corrigiendo disfuncionalidades que en otro caso podrían dificultar su funcionamiento.

En la empresa familiar, decía Máñez, concurren tres ámbitos o grupos de interés: la Familia (representada por el Consejo de Familia), la Propiedad (representada por la Junta General de socios/accionistas) y la Empresa (representada por la Dirección), con riesgos relacionados con el paso del tiempo (incremento de miembros de la familia en la empresa, o la necesidad de anticiparse a conflictos como la sucesión, el reparto de poder  o la profesionalización), o la necesidad de crecer en este mundo que es global, lo que exige, por ejemplo, financiación que en ocasiones aconseja incorporar nuevos socios a la empresa.

El Protocolo Familiar trata de prevenir y tener soluciones acordadas previamente a estos problemas, para lo que es necesario el compromiso previos de los actuales propietarios (entre 2000 y 2004 proliferaron en España los protocolos familiares, pero en general estandarizados y, por tanto, poco útiles, lo que ha provocado una cierta desconfianza en las empresas). El protocolo familiar es un conjunto de normas y principios que regulan las relaciones profesionales y económicas entre la Familia y la Empresa, cuyo objetivo es preservar la continuidad de la Empresa Familiar y ayudar a su desarrollo.

Nos ayuda a resolver posibles conflictos regulando dos tipos de cosas: 1) lo que está en la Ley, endureciendo condiciones (adaptándolas a las circunstancias de la empresa) y 2) regulando elementos que no son comunes (trata de evitar situaciones conflictivas y, si se producen, que se minimicen los daños). Desde luego no asegura el éxito, pero contribuye a crear las estructuras necesarias para conseguirlo.

El protocolo, en opinión de la ponente, es importante por muchas razones: favorece el diálogo familiar; permite monitorizar el relevo generacional; favorece la adopción de criterios sobre acceso al trabajo en la empresa de miembros de la familia contribuyendo a evitar problemas y resentimientos entre sus miembros; o contribuye a la profesionalización de los órganos de gestión de la empresa. Todo ello conjugando, como decíamos, los intereses de la Empresa, la Familia y la Propiedad, y convirtiéndose, por tanto, en un mecanismo vivo y consensuado de anticipación y resolución de conflictos con criterios objetivos y pactados previamente, lo que contribuye a fomentar la unidad y armonía dentro de la empresa.

Se trata, por tanto, de un documento amplio que regula tanto el gobierno y dirección de la empresa (Consejo de Familia, Junta de socios, Consejo de Administración, requisitos para la Dirección General), como el trabajo en la empresa -o fuera de la empresa- de familiares directos y políticos, los derechos económicos de la familia, la conducta familiar en relación con la empresa, o el compromiso social de la compañía, estableciendo igualmente los criterios de arbitraje en casos de controversia. La profesionalización y un buen protocolo familiar son, sin duda, claves para la continuidad y crecimiento de la empresa familiar, el 90% de nuestras empresas.

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