ALCIANTE. La procesionaria del pino es una plaga de orugas muy común que plantea riesgos significativos para la salud y el medio ambiente. Estas larvas de lepidóptero pueden llegar a ser muy dañinos para las personas y, sobre todo, para nuestras mascotas debido a los pelos urticantes que tienen.
La procesionaria (Thaumetopea pityocampa) afecta a los pinos y cedros. Se trata de una oruga que se encuentra comúnmente en zonas boscosas (pinares, generalmente) con mucho arbolado. Se distingue por su peculiar forma de desplazarse en hilera o procesión, que da origen a su peculiar nombre.
Aunque a primera vista pueden parecer inofensivas, su presencia puede ser perjudicial si entramos en contacto directo con ellas, o incluso estando cerca, ya que pueden dispersar sus pelos en el aire. Las orugas construyen unas bolsas de seda blancas que se adhieren en las ramas altas de los árboles para refugiarse de las bajas temperaturas y la lluvia. Pueden ser divisadas en árboles de zonas forestales o en zonas urbanas que no reciban el correspondiente tratamiento para prevenir su aparición.
La procesionaria provoca problemas en la salud tanto de seres humanos como de mascotas (perros). Los pelos que contienen estas orugas son urticantes y pueden causar irritación en la piel y ojos, e incluso problemas respiratorios si se inhalan. Cada oruga es capaz de desarrollar medio millón de estos finos pelos que contienen toxinas que pueden provocar alergias y picazón. Por ello debemos tener especial cuidado si tenemos mascotas o niños pequeños, ya que una exposición directa podría causarles estos síntomas y tendríamos que acudir a un centro médico para prevenir daños mayores.
Además de ser perjudicial para los humanos, el propio arbolado también sufre sus consecuencias, ya que estos insectos se alimentan de las acículas (hojas) de los pinos y cedros, produciéndoles una defoliación en sus ramas que en algunas ocasiones puede ser grave para la salud del árbol.
La clave para controlar a la procesionaria reside en la prevención. En Lokímica, recomendamos inspecciones regulares de áreas con pinos y cedros y la aplicación de tratamientos específicos en momentos estratégicos del ciclo de vida de esta plaga. Estas medidas ayudan a evitar la proliferación y minimizan los riesgos asociados. Si realizas un buen control de plagas puedes salvaguardar tu entorno y disfrutar de espacios seguros y saludables.
Los tratamientos para evitar la proliferación de la procesionaria del pino (Thaumetopea pityocampa) dependen de su ciclo biológico. Lokímica se encarga del control de plagas de la mano de numerosas entidades públicas, y llega a la primavera con todos los trabajos preventivos hechos. Estas intervenciones se realizan en otoño, principalmente durante los meses de septiembre y octubre. Así, en primavera sólo se llevan a cabo actuaciones correctivas en aquellos puntos donde la oruga ha logrado desarrollarse. No obstante, actuaciones y revisiones se ejecutan durante todas las épocas del año, ya que cada etapa del ciclo de vida de este insecto tiene su propio tratamiento.
Cuando la procesionaria se encuentra en su fase de desarrollo larvario es el momento de las actuaciones preventivas. En la compañía se apuesta por la endoterapia, una técnica que introduce el producto fitosanitario directamente en el tronco del pino o del cedro para evitar el desarrollo de la oruga.
Además, el personal técnico de Lokímica también instala en el arbolado trampas de feromonas para capturar a la procesionaria. Se trata de un método muy eficaz que consiste en la colocación de trampas con una feromona sintética como cebo. La finalidad es capturar el mayor número de machos en su fase de mariposa, que se sienten atraídos, y caen en la bolsa de recolección, donde quedan atrapados sin poder salir. El trampeo reduce la probabilidad de encuentro entre machos y hembras, lo que se traduce en una reducción muy significativa del número de hembras fecundadas. En este caso, es fundamental realizar el trampeo masivo todos los años en primavera y verano sin interrupción para lograr mantener a la población en niveles bajos.
El uso combinado de estas dos estrategias preventivas es fundamental para minimizar la plaga. Pero si aun así la procesionaria consigue prosperar, Lokímica cuenta con más herramientas para frenar su reproducción.
Por un lado, la instalación de barreras físicas en el tronco de los árboles. Nuestro personal técnico coloca anillos de captura para atrapar a las orugas cuando bajan en procesión de los pinos y cedros para enterrarse y formar la crisálida. Cuando descienden en fila india hacia el suelo, quedan atrapadas en las bolsas de alta capacidad. Asimismo, si los bolsones se encuentran en puntos accesibles se pueden retirar de manera directa y localizada. El personal técnico realiza trabajos de poda manual de los mismos, con el uso de una pértiga. Finalmente, también realizamos tratamientos correctivos mediante pulverización de los bolsones. Estas actuaciones nos permiten intervenir en puntos de difícil acceso.
Todo este abanico de estrategias de control desplegadas durante todo el año permite a Lokímica mantener a raya a la procesionaria del pino y asegurar la sanidad ambiental y la salud pública de la población.