VALÈNCIA. Les Corts Valencianes acogieron este viernes la última jornada del Debate de Política General. Una segunda cita que se preveía más descafeinada que la primera, donde intervino durante tres horas el president de la Generalitat, Carlos Mazón, para hacer balance de su gestión, lanzar reproches al gobierno del Botànic y presentar la hoja de ruta de cara al próximo ejercicio, pero que contra todo pronóstico acabó siendo mucho más bronca. Y no por el contenido de las propuestas de resolución que en ella iban a debatirse y votarse, que también. Sino por cómo se repartieron los tiempos de intervención y la sintonía y buen tono que se dedicaron PP y Vox, exsocios en el Consell, algo que enveró a PSPV y Compromís.
La mañana comenzó con un plato fuerte: las propuestas de financiación autonómica que presentaron PSPV y Compromís, la segunda más ambiciosa que la primera en cuanto a exigencias al Gobierno de Pedro Sánchez. Mientras los socialistas reclamaban al PP que se sentara a negociar una reforma del sistema caducado desde 2014, la coalición valencianista registró una iniciativa que calcaba el texto que en mayo aprobaron de forma conjunta con los populares. En ella exigían la reforma del sistema, un fondo de nivelación transitorio y la "compensación" de la deuda histórica.
El PP fue el encargado de hacer el turno en contra a ambas iniciativas, a pesar de que anunció que votaría a favor de la propuesta de Compromís "por coherencia". No se opondrían a una iniciativa que ya apoyaron en mayo, aunque el escenario desde entonces ha cambiado considerablemente, pues Alberto Núñez Feijóo ya ha manifestado que está en contra de que se produzca esta quita.
El hecho de que el grupo Popular fuera a votar a favor de algunas iniciativas -como esta de financiación de Compromís- y sin embargo fuera a asumir el turno en contra era una contradicción que los socialistas ya señalaron en la Junta de Síndics de este jueves. A pesar de ello, el inicio del debate de este viernes fue relativamente tranquilo y no pusieron el grito en el cielo en ese momento. El follón se desató más tarde, cuando pasaron a debatirse las propuestas de inmigración presentadas por Vox.
El diputado Joaquín Alés fue el encargado de defenderlas en tribuna. Alés arremetió contra las políticas del Gobierno central y pidió "revertir el efecto llamada que los dos grandes partidos provocan desde hace décadas". "Hay cerrar los centros de 'menas' (menores no acompañados que llegan a España), cortar las subvenciones a las ONG que se lucran con el negocio de los inmigrantes, no podemos seguir repartiendo menas, porque provocamos que vengan más", denunció.
El turno en contra lo asumió la diputada del PP Lucía Peral, que empezó su intervención recordando que el artículo 149 de la Constitución establece que las competencias en materia de inmigración recaen en el Gobierno central, por lo que a su juicio el Ejecutivo de Sánchez estaba haciendo "una dejación de funciones". La afirmación mosqueó a los diputados del PSPV, que pidieron a la presidenta de Les Corts el turno de palabra por alusiones y afearon que el Partido Popular estuviera utilizando su turno en contra para hacer oposición al Gobierno y no para desmontar la propuesta presentada por el partido de Santiago Abascal.
Acto seguido, abandonaron sus escaños y salieron del hemiciclo. Y los diputados de Compromís, espectadores de lo ocurrido, reclamaron a Llanos Massó que hiciera respetar el Reglamento y exigiera a la diputada popular hacer la réplica a la iniciativa y no desvirtuara el debate. La presidenta del Parlamento consideró que no se estaban vulnerando las normas de funcionamiento, por lo que ante la falta de reprimenda, todo Compromís siguió los pasos del PSPV y abandonaron la Cámara. El reloj apenas marcaba las 12:00 del mediodía.
La protesta duró unos minutos. Los justos para perderse el momento en el que Peral anunció que su formación votaría en contra de la iniciativa de Vox: "Desde nuestra conciencia jurídica y humana, vamos a votar en contra de puesto que no podemos negar la ayuda a quien lo necesita". La iniciativa, cabe recordar, reclamaba entre otras cuestiones ejecutar un bloqueo naval, endurecer penas, eliminar subvenciones, suprimir ayudas, repatriar menas a sus países, expulsar a los inmigrantes legales que cometan delitos graves o reiterados, destinar las ayudas a devolver a los migrantes a su país de origen o llevarlos a Bruselas "donde se encuentran las élites europeas que alientan y promueven su llegada" o impulsar una consulta donde se plantee la expulsión de todos los inmigrantes ilegales que se encuentren en la Comunitat.
Al final, con el PP posicionándose en contra de las medidas voxistas, los diputados populares justificaban en los pasillos contiguos al hemiciclo que hubieran asumido el turno de réplica. El buen tono para ejercerlo, sin embargo, fue lo que mosqueó al resto de la oposición. En definitiva, molestar a Vox pero no mucho. No en vano, su portavoz José María Llanos ya había advertido unas horas antes que sus propuestas de resolución en materia de inmigración eran una condición sine qua non para abordar cualquier otra negociación -la más inmediata, la de los Presupuestos-.
El ambiente se mantuvo caldeado. Y las protestas de PSPV y Compromís a la Presidencia de la Cámara por el hecho de que los diputados del PP no estuvieran desmontando las iniciativas de Vox en los turnos en contra se repitieron cuando se debatieron las propuestas en materia de vivienda que había presentado Vox.
Mientras realizaba el turno en contra el diputado del PP José Ramón González de Zárate, el síndic del PSPV José Muñoz pidió la palabra en varias ocasiones al aludir el popular al término "parlamentarismo", con la intención de quejarse ante el hemiciclo por la postura del PP durante las réplicas.
El vicepresidente primero de Les Corts, Alfredo Castelló negó la palabra a Muñoz alegando que "ni los diputados, ni los portavoces adjuntos, ni los síndics tienen derecho a interrumpir a un diputado que está con el uso de la palabra". "Siéntese de inmediato, le llamo al orden por primera vez", le espetó al socialista. "Si alguien nos está viendo, seguramente estará avergonzado porque es la cuarta o quinta vez que lo interrumpe a grito pelado", le abroncó.
"Durante toda la mañana los turnos en contra del PP no responden a la finalidad de contraargumentar" respondió Muñoz una vez se le concedió el uso de la palabra. Advirtió que la "anormalidad" estaba llegando "a tal calibre que hasta Vox está aplaudiendo al PP cuando ejerce los turnos en contra", por lo que exigió una reunión extraordinaria de los Síndics antes del receso a la hora de comer para redistribuir los turnos en contra. Petición que no fue atendida.
Las propuestas en vivienda, como las de inmigración, fueron rechazadas. Pero la sintonía y el tono de las intervenciones, no obstante, no tuvieron nada que ver con lo que acostumbra a ser un turno de réplica en un debate de estas características, por lo que PSPV y Compromís denunciaron a lo largo de diferentes momentos de la jornada que se estaba desvirtuando la esencia del Debate de Política General y vulnerando el Reglamento de Les Corts.
"Si el PP de Mazón no cesa en sus planes de silenciar y torpedear el trabajo de la oposición en las Corts, los socialistas iremos al Constitucional para pedir amparo para garantizar las reglas de la democracia y los derechos de la oposición", expresó Muñoz en una declaración "urgente" a los medios. "Es un fraude a la democracia, se están usando turnos en contra solo para criticar al anterior gobierno, están pervirtiendo el debate para que no sea la casa donde se escucha a todos", agregó el síndic de Compromís, Joan Baldoví.
PP y Vox no votaron juntos este viernes a las propuestas registradas, pero sin duda el buen tono de los populares demuestra que buscan tender la mano a los que fueron sus socios en el Consell. De ellos dependen demasiadas cosas: sacar adelante los Presupuestos de 2025, la Ley de Acompañamiento y que el Ejecutivo de Carlos Mazón pueda contar con la mayoría necesaria para sacar adelante algunos de los compromisos que adquirió el miércoles en la primera sesión del Debate de Política General, como las deducciones fiscales, eliminar las tasas al sector pesquero o congelar el canon de agua el próximo año. En manos de Vox está que la acción de gobierno pueda llegar más lejos o menos.