En los años duros de la crisis, al PP le dio por los planes estratégicos; hubo hasta cuatro diferentes. Ahora, Alicante y Elche también más de uno y diferentes
Podríamos decir que ha sido la semana de los planes estratégicos: Alicante tiene dos en marcha y Elche, otros dos. O uno en dos. Diferentes todos ellos, pero nos estamos acostumbrado a tener dos cosas de todo. La provincia de Alicante es una, como le gusta defender al PP, pero tiene dos grandes ciudades, dos planes estratégicos, o tres, según se mire; dos tripartitos (de eso, hay más), en definitiva, dos de todo...
Se ve que cualquier Gobierno debe tener un plan estratégico o un plan de inversiones para pasar a la historia. Lo tuvo la Diputación de José Joaquín Ripoll, con la colaboración de Elche; lo tuvo la Generalitat de Camps; la Cámara de Comercio de Garrigós y el Ayuntamiento de Alicante de Sonia Castedo. De todo ello, nada se ha hecho.
Ahora, Alicante tiene un plan estratégico, el Plan Ciudad, que pese a las ausencias, tiene el respaldo de las concejalías del PSOE; Elche también tiene su plan estratégico 2030, detallado esta semana con el parque empresarial tecnológico. Además, Alicante también tiene el plan Conecta, y Elche, por su parte, tiene su acento verde dentro del plan 2030. Tenemos dos de todo.
De las cuatro iniciativas, hay dos ejecutables. La primera es el parque tecnológico que Elche va a desarrollar en la ampliación del Parque Empresarial y con él, una vez más, la ciudad da un paso por delante en la generación de suelo industrial y política de atracción de inversiones. Sucedió lo mismo hace 25 años cuando el hoy director general de Energía y entonces alcalde, Diego Macià, puso en marcha el parque empresarial de Torrellano, hoy modélico para todos.
La duda que esconde Elche es si la ampliación de su zona empresarial, además de ese parque tecnológico y él nuevo acomodo de Tempe, guarda espacio para una hipotética instalación de Ikea y su necesaria conexión viaria con al AP7, tan reclamada por el estudio realizado por la CEU de Elche. La lealtad de Carlos González es tal con Alicante qué no sabemos si esa posibilidad existirá algún día o ya está materializada y nos enteraremos el día menos pensado.
Pero si en Elche hay cierto consenso con el plan 2030, en Alicante al plan Ciudad le ha salido un pequeño competidor, o una variante, llamada Conecta Alicante, con la que el alcalde, Gabriel Echávarri, pese a sus tropezones y filtraciones, quiere desmarcarse de sus socios. En Elche ya hay un proyecto que les separa: el nuevo Mercado Central. La diferencia es que el pacto PSOE-Compromís de Elche dejó espacios para la discrepancia; en Alicante, el pacto fue una especie de camisa de fuerza y cualquier divergencia, ya saben, es motivo de crisis. Y de portada. Pero bueno, es lo que hay: tres gobiernos.
Alicante Conecta es muy ambicioso, pero plantea el proyecto deseado por todos sus alcaldes: peatonalizar la Explanada. Separado el grano -el puente- de la paja -la peatonalización- y según los primeros números presentados, el proyecto es cuando menos ejecutable, siempre y cuando se resuelva la finalización de la Vía Parque. Además, podía acabar con el feo scalextric de la Juan Bautista Lafora y mejorar interconexión con la Autovía a Madrid por la calle Méjico. Pero la gran duda es el tranvía. No porque sea imposible de ejecutar, sino porque plantea condicionantes que antes debería resolver la Generalitat Valenciana: ¿Es posible recuperar una línea por la fachada litoral que se retiró hace años? ¿Hay dinero para ella? y ¿existe estudio de mercado que avale su viabilidad? Pues esas son las grandes incógnitas que hay que despejar, al margen de calcular el impacto que tendría restar tráfico y, por lo tanto, posibles clientes a los aparcamientos de la zona. Relato hay, si el alcalde quiere.
Y entiendo que esa inversión, si viene es porque es estratégica para la Generalitat Valenciana, no por cuota de Alicante ni por restar dinero de otras partidas. Elche se lo está haciendo con recursos propios a sabiendas de que esa inversión en un parque tecnológico lo puede rentabilizar.
Ahora bien, como todo, la casa se empieza por los cimientos y no por los puentes. Pero bueno, en estos tiempos de discusiones constantes, de cohabitaciones imposibles, y de cambios de modelo (y de generación) lamentablemente, hay cosas que no se pueden exigir mientras haya políticos que quieran asaltar los cielos, también desde un puente. Lo mejor que podemos decir es que no pare la rueda. Cada sociedad ya la llevará donde quiera, estime o merezca. Mientras, de todo, en esta provincia, siempre tendremos dos.