VALÈNCIA. Felipe Miñambres solucionó la papeleta. El director deportivo del Levante salvó el primer match ball con él mismo en banquillo como interino mientras gana tiempo a la hora de contratar un entrenador que ya tiene nombres y apellidos: Javi Calleja. Es el técnico que Miñambres quiere firmar para enderezar el rumbo granota en Segunda División y el que propone a Quico Catalán y el Consejo que, tal y como anunció el astorgano, se reúne hoy con el nuevo conductor de la nave como principalísimo motivo. De hecho, y tras dar algún titular en la noche de este jueves siempre respecto al cese del anterior preparador, el astorgano pretende que, a poder ser, el próximo inquilino del banco levantinista esté en el Ciutat este domingo ante el Leganés.
Mientras, el leonés, como interino en el banquillo de Anduva, logró que el equipo cuajase una buena primera parte y resistiese, jugando con mucho fuego, en el segundo tiempo. La zozobra tras el descanso bien pudo costarle al Levante un empate insulso o incluso un volteo de marcador al más puro estilo Andorra, pero esta vez la moneda cayó de cara. Primer triunfo lejos de casa y corte por lo sano con una racha horrible que, antes del inicio del choque, hacía caer al club al puntaje del descenso, con 10. Los números siguen siendo preocupantes -son 13 de 30- y lo que ocupa en el despacho es que la victoria en Miranda del Ebro sea la bombona de oxígeno que recoja Calleja.