ALICANTE. La concesión de banderas azules que cada año realiza la Fundación Europea de Educación Ambiental se ha saldado con ciento ochenta y seis banderas para la provincia de Alicante. Una cifra nada desdeñable, con la que se sitúa incluso por delante de Valencia, alzándose como el territorio con mayor número de certificaciones de la Comunitat Valenciana. Para conseguir esto hay que cumplir con una serie de requisitos, como es lógico, entre los que se incluye poseer una buena situación ambiental de la costa, cumplir con unos valores de calidad del agua, así como ofrecer una adecuada accesibilidad para el público.
Reuniendo todas estas características, las playas y calas de la provincia de Alicante poco tienen que envidiar a los rincones más paradisiacos del mundo. Sus aguas cristalinas y arenas finas las convierten en uno de los destinos turísticos favoritos tanto para el turismo que procede del interior como para los visitantes extranjeros. Y es que la variedad de posibilidades que ofrece la costa alicantina la hace perfecta tanto para disfrutar en familia con todas las comodidades como para encontrar un resquicio olvidado de la civilización en el que buscar la paz durante los ansiados días de vacaciones.
Es precisamente ese aumento constante de público el que obliga a las administraciones y entidades público-privadas a hacer de las ciudades un lugar más cómodo y amable para todos los que coexisten durante la temporada estival, ya que la población crece considerablemente durante los días de verano. Hacer de los entornos urbanos unos espacios sostenibles y habitables, tanto para los propios vecinos como para quien viene de fuera, es ya una obligación. En ese sentido, municipios como Benidorm están integrando en sus ciudades innovadores sistemas de interactuación a través de inteligencia artificial, mediante un proyecto de la Agència Valenciana del Turisme, a través del Instituto Valenciano de Tecnologías Turísticas (Invat.tur).
El objetivo es aplicar de forma pionera el Internet de las Cosas en la gestión de diversos aspectos cotidianos. A través de sensores, aplicaciones móviles o sistemas de conexión bluethooth y de videovigilancia, muy pronto se cambiará el modelo tradicional de las playas para llegar al modelo del futuro, que ya es más presente que otra cosa. Sin embargo, este proyecto también trata de buscar el equilibrio con la conservación. De hecho, uno de los puntos más importantes es la incidencia en la sostenibilidad, para lo que se aplicarán sitemas de control medioambiental obteniendo importantes datos sobre calidad del agua y la arena e incluso información sobre radiación solar,el oleaje o detección de vertidos.
La compatibilización de comodidad, seguridad y sostenibilidad ha de ser el pilar a tener en cuenta en las nuevas playas. Unos conceptos para los que las autoridades y los usuarios podrán contar con paneles informativos, asistentes virtuales, mensajes personalizados o audioguías en diferentes idiomas. Grandes herramientas que, sin embargo, no podrán estar nunca por encima de la educación y el civismo de los usuarios, que han de ser los principales valedores para mantener en plena forma las costas un año tras otro.
Playas con Bandera Azul