ELCHE. El pasado mes de marzo, la conselleria de Vivienda presentó en el barrio de Los Palmerales su anunciado proyecto de vivienda social, que finalmente se dedicará a pisos de alquiler asequible, una modalidad diferente. Sin embargo, aunque según lo indicado entonces, que se esperaba que las obras pudieran empezar el último trimestre de 2023, un documento de calendario de proyectos autonómico muestra que en ese último trimestre lo que se aprobará será la licitación de las obras. O así estaba previsto.
Lo que en la práctica supondrá que el plazo se retrase. Según el documento que calendariza estas actuaciones, se prevé la licitación de las obras para el cuarto trimestre, destinando 8,2 millones de euros (aunque del valor máximo estimado se habló de 11,2, por lo que esto podría ser una anualidad). Sea como fuere, el plazo es de 18 meses, por lo que como mínimo las obras empezarán en 2024. En qué parte del año, dependerá de la tramitación, posibles recursos, etc. Atendiendo a los plazos, si todo se cumple, podría estar como pronto a finales de 2025, o quizá entrado 2026.
No obstante, con el nuevo Ejecutivo autonómico, estar será una de las cuestiones a analizar en cuanto a proyectos y consellerias con actuaciones previstas en la ciudad. El diseño presentado, que se titula Tartán y que plantea viviendas luminosas, con espacios comunes y acabados más sostenibles, se planteó para toda la manzana. En esta primera fase se construirían 69 viviendas, y en una segunda se podría llegar a las 140. Eso sí, dependerá de nuevo del nuevo Gobierno, porque en 2024 se había planteado iniciar una segunda fase de actuaciones en toda la Comunitat a nivel de este tipo de residenciales.
Sobre las condiciones y el perfil al que iba dirigido, se estableció que el al alquiler no podría superar el 30% de la capacidad económica de la unidad de convivencia, aunque también se pueden plantear bonificaciones. La idea autonómica era priorizar aquellos casos con mayor vulnerabilidad como puede ser la gente joven con el aumento del precio del alquiler (en general, de la ciudad, no vinculado estrictamente al barrio). Y sin posibilidad de venta, como sí fueron con anteriores gobiernos, "porque actualmente ese dinero público no sirve como herramienta de vivienda para atender situaciones de emergencia habitacional o combatir el aumento del alquiler", decían entonces los responsables autonómicos de Unides Podem. Se podrían asimismo ceder a colectivos determinados o entidades del tercer sector.
Respecto a la tipología constructiva, se priorizaron soluciones medioambientales e innovadoras a nivel arquitectónico. Cada una de las dos fases tendrá 69 viviendas, son dos bloques con tres volúmenes cada uno. Cada volumen tiene 6 viviendas por planta, con tipología de 1 dormitorio (12 unidades), 2 (24 unidades), y 3 dormitorios (33 unidades), facilitando distintas posibilidades de núcleos familiares. Contando además con espacios comunitarios y un centenar de aparcamientos.
Ahora, como tantas otras iniciativas, queda por ver cuál será el destino de estos proyectos, en este caso, aún sin licitar.
