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Tanto Sánchez como Escrivá defienden que un mayor SMI no supone pérdida de competitividad

Pedro Sánchez propone fijar por ley que el SMI sea siempre el 60% del salario medio

21/06/2023 - 

VALÈNCIA. (EP) El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha propuesto modificar el Estatuto de los Trabajadores para que el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) corresponda siempre al 60% del salario medio del país, tal como recomiendo la Carta Social Europea.

En una conversación organizada por el PSOE, Sánchez y el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, han coincidido en la necesidad de implantar por la vía legislativa esta recomendación y por ello se han comprometido a ponerlo en marcha en caso de revalidar el Gobierno.

Tanto Sánchez como Escrivá han hecho hincapié en la subida del SMI que se ha llevado a cabo durante la última Legislatura. Se trata de un incremento del 47%, hasta los 1.080 euros mensuales, que sitúan al SMI prácticamente en ese 60% del salario medio que aconseja Europa.

Además de acometer esta subida por "dignificación" de los salarios, el ministro ha defendido que un mayor salario mínimo "termina generando dinámicas positivas de eficiencia económica". Es decir, Escrivá considera que unos mayores salarios en la parte baja del rango salarial presionan al mercado hacia ganancias de productividad y hacia mejores puestos de trabajo.

Como ejemplo, Escrivá ha puesto a las economías nórdicas, que han acometido subidas del SMI "muy agresivas" y han desembocado en la generación de estímulos e incentivos a economías "más productivas y con mejores trabajos". En este contexto, el ministro y el presidente han coincidido en una propuesta legislativa para que, "sea cual sea el Gobierno", siempre exista esa referencia del 60% de referencia como "mandato legal".

El ministro también ha analizado los diferentes componentes y elementos del mercado de trabajo español, como es la alta tasa de desempleo juvenil que persiste en el país, a la que ha tachado de "inaceptable".

Para intentar paliar este problema del que adolece históricamente el mercado laboral español, Escrivá ha planteado un programa de colaboración público privada para que los jóvenes que lleven un cierto tiempo en desempleo puedan integrarse en una empresa con un mentor acompañante.

En opinión del ministro, programas de este tipo han sido puestos en marcha en otros países y han tenido resultados "extraordinariamente positivos". Pero no es sólo esto lo que Escrivá propone en materia de formación laboral.

El que fuera presidente de la AIReF también ha suscitado el impulso a las microacreditaciones universitarias, especialmente en casos de trabajadores con mayor edad que se hayan quedado en paro. Eso sí, estas acreditaciones distarían mucho, dice Escrivá, de cursos o formaciones "que no sirven para nada". "Tienen que ser programas muy bien definidos para las necesidades del mercado de trabajo", ha apostillado.

Otro de los ejes que Escrivá defiende en lo que se refiere al mercado laboral es el papel que juega la Administración, y en especial el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), para que este sea más efectiva y contribuye mejor a la inserción laboral de personas desempleadas.

En concreto, el ministro aboga por una plataforma interoperable que conforme un "mercado único de trabajo", de tal manera que aquellos trabajadores de una comunidad autónoma puedan acceder a otras vacantes repartidas en el territorio español o que, por ejemplo, se aseguren unos estándares mínimos en los itinerarios personalizados para las personas en búsqueda de empleo.

Además, Escrivá ha recordado que este organismo percibe "cuantiosos" fondos públicos, por lo que ha insistido en hacer un uso "mucho más eficiente" del mismo.

En otro orden de cosas, Escrivá y Sánchez han conversado sobre las actuales condiciones de trabajo y sobre sus proyectos para impulsar la conciliación laboral.

En opinión del ministro, en España las jornadas laborales son "muy largas y muy rígidas", enfrente de otros países como Alemania, donde se ha producido un camino hacia jornadas más flexibles y cortas que han permitido comportamientos "muy positivos" tanto para los trabajadores como para las empresas.

Para ilustrarlo con cifra, Escrivá ha apuntado que Alemania hace 40 años tenía un número similar de horas trabajadas anuales que la España actual, en torno a unas 1.650; y que desde entonces el país germano ha reducido el número en unas 300 horas, para situarse en 1.350 horas, sin que ello suponga una merma de competitividad.

Eso sí, el titular de Seguridad Social ha dejado claro que cualquier medida al respecto debería estudiarse siempre en el ámbito de la negociación colectiva, es decir, teniendo en cuenta las posturas de los sindicatos y la patronal.

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