Responsables de los parques científicos de las cinco universidades públicas valencianas analizan los desafíos actuales de las startups, la nueva Ley de Startups o la gestión del talento
GANDIA.El emprendimiento universitario fue protagonista ayer de la tercera gala de Plaza Emprendedores a través de una mesa redonda con la participación de los representantes de los parques científicos y tecnológicos de las cinco universidades públicas valencianas. Los retos presentes y de futuro de estas entidades, la nueva Ley de Startups, la gestión del talento, el papel de la mujer emprendedora o la vinculación al territorio marcaron los ejes del debate. La periodista de Alicante Plaza Sandra Murcia moderó el encuentro de Juan Antonio Bertolín. gerente de la Fundació General de la Universitat Jaume I y director de Espaitec; Javier Sancho, director del Área de Emprendimiento del Parque Científico de la Universidad Miguel Hernández de Elche, Esteban Pelayo, gerente del Parque Científico de Alicante; Pedro Carrasco, director de Innovación de la Universitat de València y Esther Gómez Martín, vicerrectora de Estudiantes y Emprendimiento de la Universitat Politècnica de València.
En el primer punto, los participantes analizaron los desafíos compartidos por los parques científicos de los campus. Pelayo destacó la necesidad de ventas recurrentes y subrayó que muchas startups “van buscando de 300 a 400.000€ para invertir en una planta industrial”. Por su parte, Gómez constató que todas las startups “quieren más clientes e inversión” y resaltó el apoyo de los parques en la preparación de propuestas, un aspecto “que se suele complicar” para estas empresas. Carrasco repuso que “muchas veces, estas empresas acumulan conocimiento pero desconocen el mercado, lo que es un plan de negocio, y hay que acompañar sus ideas para hacerlas viables”. En su intervención, Sancho defendió por su parte que aunque todas las startups se enfrentan a similares retos, “las soluciones son diferentes para cada caso”. Entre ellos, coincidió con Pelayo en que “hay gente que lo que necesita es espacio y el suelo industrial es bastante inaccesible para los emprendedores”. Finalmente, Bertolín lamentó que la Administración “requiere de una flexibilidad que no tiene al máximo” y se refirió a la falta de talento como el principal desafío en la actualidad, “porque no lo hay, antes de que salga ha desaparecido, y la verdad es que las universidades no generan la cantidad suficiente, además de que hoy los modelos de trabajo en remoto se lo ponen más difícil a las startups locales, porque puedes cobrar desde Castelló un salario propio de Silicon Valley o Madrid”.
La Ley de Startups genera en los participantes en la mesa una mezcla de sensaciones que van de la valoración global positiva a los recelos sobre su aplicación y alcance real. Así, Pelayo hizo hincapié en que aún no tiene impacto “pero la vemos interesante, porque al menos se formaliza el concepto de startup”. Por su parte, Carrasco se lamentó porque la Administración “no suele brillar por su agilidad y en la innovación, o hay velocidad o no podremos funcionar, se necesitan instrumentos ágiles”. En similares términos se expresó Bertolín –“el desiderátum está bien, pero o es rápido y ágil o las empresas se buscarán la vida”-, y Sancho también abundó en que a la ley “le ha faltado más flexibilidad en el entorno laboral de las startups, que la requieren en temas como la contratación y también en la fiscalidad”. Mientras tanto, Gómez coincidió en que el texto legal “supone un avance y habrá beneficios; aunque hubiera estado bien no poner tantas limitaciones, por algo se empieza”.
En el ámbito de la igualdad de género, el debate puso sobre el tapete un panorama desigual entre los diferentes parques universitarios. La nota más positiva la puso Javier Sancho (UMH) al señalar que el análisis de 400 proyectos seleccionados en los últimos cinco años arroja “un salto cualitativo importante, con un 31% de cofundadoras, porcentaje que aumenta al 52% en los datos de empresas participadas por el parque, con una proporción superior al 40% en puestos de liderazgo”. Por su parte, Pedro Carrasco (UV) cifró en un 48% el porcentaje de mujeres en empresas instaladas en su parque “aunque en puestos directivos baja al 18%”, si bien en algunos grados se percibe una mayor proporción de mujeres como responsables de las iniciativas que en otros. Por su parte, Juan Antonio Bertolín señaló que en Espaitec (UJI) solo 100 de 400 trabajadores son féminas, “aunque estamos viendo en el programa UJI Emprèn On Social una cierta mejoría”. Bertolín puso el énfasis en la necesidad de mostrar referentes a las niñas para revertir la tendencia en las titulaciones STEAM. Asimismo, Esther Gómez recalcó el carácter ingenieril de la UPV: “con un 40% de estudiantes mujeres en la actualidad, en ingenierías el porcentaje es del 30%, lo que reduce al 21% el porcentaje de startups creadas por ellas; estamos muy lejos de la igualdad y al menos quisiéramos llegar a ese 30% de proporción que se da en las ingenierías”. Gómez recordó en este punto que “si una niña antes de los 11 años no ha mostrado interés en carreras STEAM es difícil que lo haga, por lo que se necesita mucho trabajo en este aspecto”. Finalmente, Esteban Pelayo (UA) hizo un diagnóstico sin paños calientes: “nosotros en igualdad estamos mal, en el 20%, tenemos 3 de 15 empresas creadas por mujeres, y no tenemos el éxito que debiéramos especialmente en lo tecnológico, con mejores datos en los cuadros técnicos de las startups dedicadas a los ámbitos farmacéutico o biológico”.
La vinculación al territorio fue otro de los aspectos tratados en la mesa redonda. Bertolín y Sancho subrayaron que un parque científico “es caro” y su creación debe responder a criterios de eficiencia: “si hay una necesidad, hay que estudiarla, no es cuestión de crearlos como aeropuertos”, según el primero. Para el segundo, “hay que explorar oportunidades y ver si hay ineficiencias del ecosistema, evitando siempre duplicidades y aprovechando los recursos que ya haya en el municipio”. Por su parte, Carrasco también apostó por implicar al territorio en el proyecto, “para que el conocimiento llegue allí donde tenemos sedes”. Gómez, desde la UPV, puso énfasis en la importancia de que los parques se sitúen junto a las universidades, “que son muy buenas investigando, pero además hay que fortalecer la innovación”. Pelayo, por su parte, abogó por “expandirnos por el territorio, sobre todo extendiendo el trabajo a las empresas tradicionales”, y asentó su afirmación sobre un estudio de la Universidad de Oxford según el cual “el impacto de un parque cae en picado a partir de los 50 km de distancia”.
La última parte del encuentro se dedicó a los planes de los parques a corto y medio plazo. Esteban Pelayo señaló que actualmente el parque de la UA se encuentra en fase de ampliación, pasando de 2.500 a 5.000 metros cuadrados “de aquí al verano” y se felicitó porque en los años 90 la Universidad “compró mucho terreno para facilitar que las empresas se instalen y luego puedan ampliarse”. Por su parte, Esther Gómez puso en valor que la UPV “es la universidad española con más ingresos por licencias de patentes, y ello en un país donde no hay cultura de protección ni del pago por patentes”, y asimismo se refirió a programas específicos como uno dedicado a la búsqueda de CEOs: “nos faltan buenos CEOs en el profesorado, y los necesitamos para elevar el nivel tecnológico de las spinoff”. En su turno de palabra, Javier Sancho se refirió a las nuevas infraestructuras impulsadas por la UMH en San Juan, por el crecimiento del segmento de e-health, y aludió a otros proyectos de crecimiento en Bellas Artes -también en San Juan- y agroalimentación -en Orihuela. Carrasco hizo hincapié en que sus seis primeros meses al frente del parque de la UV han tenido como eje “a los estudiantes, los profesores y los retos de las empresas” y señaló que las empresas “no nos entienden, por lo que debemos conocer sus retos dichos por ellas mismas, nos falta una cadena continua entre todos los actores”, además de apostar por la internacionalización. A este respecto, se refirió como “modelo casi perfecto” a un proyecto de planta piloto de generación de biogas en Aras de los Olmos, junto con las universidades de Dresde y Gante. Finalmente, Bertolín definió a Espaitec como “parque de cuarta generación, centrado en hubs, laboratorios y entornos de demostración” y abogó por seguir trabajando “la cultura empresarial, porque la empresa no entiende bien qué es esto de los parques, y en cultura de innovación estamos muy lejos de donde debemos estar”.
Tanto la gala como sus contenidos contaron con la organización de Alicante Plaza, Valencia Plaza y Castellón Plaza en colaboración con Distrito Digital- Distrito Talento-, la Universidad Miguel Hernández, la Dirección General de Emprendimiento y Cooperativismo, la Conselleria de Economia Sostenible, Sectores Productivos, Comercio y Trabajo y el Ayuntamiento de Gandia.
Tecnologías pioneras marcan el futuro de sectores como el de las telecomunicaciones. Esa es la misión de esta spin off de la UPV, que se hace con el Premio Plaza Emprendedores a la transferencia de conocimiento de los parques científicos