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el sur del sur / OPINIÓN

Pan y circo; agua y turismo

19/07/2020 - 

El PP de Alicante abre una nueva etapa. Ha quedado consumado este sábado. La dirección de Pablo Casado ha dado un cheque en blanco, y le ha puesto toda la estructura a su disposición. Carlos Mazón lo tiene todo a su favor para conseguir el primer objetivo marcado: devolver a los populares al primer puesto en una cita electoral. Ahora bien, debe ser consciente de que no va a ser fácil. Por varias razones.

En primer lugar, la política ha cambiado mucho desde que él la dejó. Ya no hay tanta gente dispuesta a subirse al carro de un partido, y máximo si lo tiene que hacer en la política local y en tareas de gestión, en las que se está muchas horas a pie de obra, sábados y domingos. La gente buena y preparada prefiere mantener sus puestos de trabajo, y la calidad de vida, si es que tiene. Por tanto, habrá que pisar mucho la calle e ilusionar a muchos para poder reenganchar a mucha gente al PP. Y no sólo al PP. A cualquier partido, y claro está, al final quedarán los partidos que mejor estructura tienen. Esto quizás sea un inconveniente, pero también una oportunidad para aquellos que se embarcaron en otras aventuras posibles y quizás con el tiempo vean que el PP vuelve a ser un valor seguro de estabilidad y de continuidad. 

En esto contexto, insisto, Mazón tiene mucho a su favor porque intentará reimpulsar al partido desde el poder, mucho más fácil que desde la oposición, pero abrir las sedes no es tan fácil como parece porque la propia Ley de Financiación de Partidos exige condiciones visibles y transparentes.

Quizás sea más fácil rescatar a viejos amigos de la otra etapa, como ha empezado a hacer con Ximo Ferrando (ex alcalde de Ondara); Rosa Sánchez (ex concejala de Cultura de Alcoy) o Celia Lledó (ex alcaldesa de Villena). Y en ese camino, repito, es posible que encuentre a muchos amigos que marcharon en su día a Ciudadanos. No es descartable que dentro de tres años el PP acabe haciendo una OPA a varios de sus cargos, entre ellos, a sus diputados provinciales, que ahora le dan apoyo y que alejan mucho, mucho -aunque otros lo intenten- la hipotética moción de censura entre naranjas y socialistas. Es decir, que a priori veo más factible a medio plazo que Mazón reenganche a gente de su anterior etapa a que cautive a nuevos mirlos blancos, aunque todo es posible

En segundo lugar, creo que a un líder político hay que exigirle cosas concretas; más allá de simpatía y buen trato, del que Mazón va sobrado. Y hay que exigirle un proyecto político y económico más sólido que recuperar la política hídrica de hace varias décadas, o que el turismo sea una maná de brocha gorda que nos haga felices a todos. Entiendo que estamos en el principio de su proyecto, aunque ya lleva justo un año de presidente de la Diputación de Alicante. Y al margen de las competencias que tienen las instituciones provinciales -muy limitadas-, Alicante no sólo vive del turismo y del agua; hay mucho más, como el mismo se encarga de repetir en sus alocuciones. Pero estamos en una crisis, que se ha llevado o se llevará muchos modelos de negocio. Es decir, por mucho que se empeñe hay recetas que desgraciadamente no valen o no valdrán. Y que necesitarán nuevos impulsos, o reconversiones. O captación de inversiones que tendrán que venir dadas por decisiones estratégicas que él mismo, desde la Diputación de Alicante, o junto con la Generalitat Valenciana, o cualquier ayuntamiento, tendrá que adoptar para crear oportunidades de negocio, basadas en nuevos nichos de negocio, como pudiera ser la economía verde -presente en cualquier mensaje político- o nuevas formas de movilidad eléctrica. Por no citar, la transformación digital o la digitalización de las personas que viven en zonas con riesgo de despoblación.

Y que sí, que el verano fiscal es una buena ocurrencia, pero al político, de cualquier signo político, también hay que exigirle que tire el dado hacia arriba para que salga el 6 y que haga, proponga y, ojo, y que se equivoque porque sólo se equivoca quien lo intenta. Es decir, que podemos estar reclamando agua toda la vida y defendiendo el turismo, por supuesto, faltaría más, pero también hay que velar porque esos sectores sean competitivos y rentables, o tengan la capacidad de readaptarse cuando vienen mal dadas. Que el pan y el circo está muy bien; o sea el agua y el turismo, pero todo cambia, y más después de una crisis. Y a Mazón, además de que reactive el PP, también habrá que reclamarle con el tiempo retos más ambiciosos y de valor añadido. En su favor, hay que valorar, eso sí, su moderación y apuesta constructiva. De momento, el nuevo PP está en construcción. Con la madurez, deberá ofrecer más -porque así lo exigirá la sociedad- si quiere conseguir sus objetivos.

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