Es una situación extraña. Me encuentro escribiendo estas líneas confinado en mi vivienda, siguiendo las instrucciones del Gobierno del Estado y con la esperanza puesta en que cada uno y cada una de nosotras sea consciente de que, sólo ante una acción individual, solo ante la toma de conciencia de que nuestros actos afectan directamente al resto, podremos tomar las decisiones adecuadas pararla transmisión de la pandemia y vencer al COVID-19. Es además una situación extraordinaria. A escala planetaria estamos ante la mayor crisis sanitaria de la historia reciente, que afecta ya de lleno a nuestro país y de la que Alicante no ha quedado al margen. Con más de 1.900 casos diagnosticados en el País Valenciano y 25 fallecidos (seguro y desgraciadamente es muy probable que cuando usted lea estas líneas sean más), no debemos volver la vista atrás al drama humano y de muchísimas familias, vecinos y vecinas nuestras a las que he de mandar desde aquí todo mi afecto y el de Unidas Podemos y que vana necesitar también de un gran homenaje por parte de la sociedad en su conjunto.
Y tras esta crisis sanitaria y detenido el ritmo alcista de contagios, el virus nos dejará un nuevo escenario global, una nueva crisis económica y social. Un panorama que será completamente diferente al de hace sólo unas semanas y que va a cambiar radicalmente las perspectivas de futuro a medio y largo plazo también de nuestro municipio. Y es que, en el Ayuntamiento de Alicante, tras más de cuatro meses de retraso el equipo de gobierno de Partido Popular y Ciudadanos presentaba a principios de este mes una propuesta de presupuesto 2020 que desde Unidas Podemos calificamos de "cuentas para cumplir el expediente".
Un presupuesto que, a nuestro entender, no abordaba ya cuando entró en la Intervención municipal la emergencia social de las bolsas de pobreza que aunque afectan a toda la ciudad, se extendían con mayor virulencia desde la Zona Norte hasta la Plaza de Toros, por barrios como Miguel Hernández, el de la Mina (Cementerio) o Ciudad de Asís. Que ignoraba la necesidad de vivienda pública y a quienes viven en la calle. Que no contemplaba soluciones al éxodo de jóvenes que marchaban a otras ciudades para poder encontrar oportunidades laborales, o en los que la crisis climática y medioambiental que padecemos no obtenía ni un resquicio en la agenda de la derecha para este año, siguiendo apostando por la colmatación del vertedero y por continuar llenando de basura nuestras partidas rurales, por no caminar hacia un modelo de movilidad que primara al peatón, a la bicicleta, el transporte público o las nuevas modalidades.
Que no apreciaba la cultura como motor económico, desterrándola a la irrelevancia presupuestaria,que no atajaba la degradación general de los servicios públicos y que, al fin y al cabo, concedía a la extrema derecha clavar la estaca contra los derechos de las mujeres, la Cooperación al Desarrollo y el colectivo LGTBI. Unos presupuestos que no tenían un horizonte más allá del próximo 31 de diciembre, en el que no se atisbaba ni una idea para la Alicante de las próximas décadas y que se limitaban al mantenimiento urbano.
Pero estos presupuestos de 2020, que el alcalde Barcala pretende llevar a la atropellada Comisión de Hacienda y a pleno el próximo lunes, ya no es que no gusten a Unidas Podemos, es que ya no valen para nuestra ciudad, porque están hechos para una Alicante que ya no existe, se han quedado desfasados antes de aprobarse. Las circunstancias les han pasado por encima a PP y Ciudadanos, nos han pasado por encima a todos y a todas, y el equipo de gobierno no debería empeñarse en sacarlos adelante con la excusa de proceder posteriormente a modificaciones de crédito que puedan atender, entonces sí, a las problemáticas reales por las que va a atravesar nuestra ciudad. Unas cuentas que nacen con la voluntad de ser cambiadas, que no valen siquiera para sus redactores e impulsores, van a valer para menos al conjunto de la sociedad alicantina.
Nosotros creemos necesario un "Pacto por Alicante" para unos nuevos presupuestos municipales que sean un escudo social para las personas más vulnerables, para no dejar a nadie atrás. Medidas que protejan a los y las trabajadoras, a los autónomos, a las familias y a quienes no tienen un hogar. Que se lance en tromba a frenar una emergencia social que se prevé dura y que piense en recuperar el tejido comercial de pymes de nuestros barrios, al que tanto va a sacudir esta crisis. Y las recetas no pueden ser las de volver a fomentar un modelo productivo precario y estacional, sino caminar hacia el impulso del empleo verde, la cultura y las nuevas tecnologías. Apostar por empresas de inserción social, por el fortalecimiento del sector público y la coordinación con el resto de las administraciones, Gobierno central y Generalitat, para facilitar que sus políticas y ayudas también lleguen (Renta Valenciana, Ayudas de Emergencias o para alquileres y los 200.000 millones movilizados para hacer frente a este desafío desde el Estado). Empujar económicamente el Plan de Inclusión, el Plan de Igualdad, y los Planes Integrales,apostar por hacer de Alicante referente en poner a las personas en el centro de las políticas municipales. En convertir Alicante en una ciudad que no va a permitir que nadie se quede atrás y apostar por el cumplimiento real de los Objetivos de Desarrollo del Milenio a través de la Agenda 2030, unos ejes que ya no pueden ser ignorados más y que serán imprescindibles en todo el mundo para garantizar el progreso social y económico sostenible.
Estamos ante un momento histórico complejo y que necesita que todos los grupos políticos asumamos con mayor ímpetu si cabe la responsabilidad que la ciudadanía nos depositó hace casi diez meses. De la estrategia de la opacidad y del engaño que conocíamos hasta ahora, el alcalde debe pasar a la de la generosidad y latransparencia. Y debe saber Barcala que no conseguirá que el terrible escenario en el que nos encontramos sea motivo de chantaje para modificar nuestra posición sin un solo atisbo de negociación por su parte, como ha venido haciendo desde que ostenta la vara demando, sin facilitar una mesa de negociación para unos nuevos presupuestos municipales de todos y de todas, para todas y para todos, donde partidos políticos, sindicatos, participación vecinal y otros actores, podamos aportar para sí de verdad hablar de unidad. Alicante lo quiere así, lo necesita así.
Xavier López
Portavoz del grupo municipal de Unides Podem en el Ayuntamiento de Alicante