ALICANTE. Dos epidemias, la primera de peste, a mediados del siglo XVII, la segunda de cólera, ya en pleno siglo XIX, dejaron un reguero de víctimas que, de manera inexplicable, fueron enterradas en una fosa común en el solar sobre el que se levantaría, en los años 50 del siglo XX, el edificio Tres Forques, una construcción singular que cuenta con una escalera en triangular, de reminiscencias piramidales, única en su género. Que se hayan podido censar, hasta 9 muertes violentas o inexplicables han ocurrido en su interior desde su construcción: muertes súbitas, caídas al vacío, sobredosis, apuñalamientos.
Nueve horcas. Bajo la luna negra de Valencia es el nuevo proyecto de Adrián Bago (“Oscuro”/”Atchung”), con idea original del escritor Pablo Vergel (“10.000 Millones de Naves)”. Juntos han perpetrado un tebeo que trata de mostrar la faceta más siniestra y sobrenatural de València, homenajeando uno de sus puntos negros más prominentes, así como fusionando realidad y ficción con el objetivo de hacerlos ambos indistinguibles.
Un trabajo autoeditado que pretende funcionar como prueba de toque del producto, una carta de presentación de un proyecto más amplio: “Si todo sale bien, este tebeo es la primera toma de contacto que hemos tenido los dos juntos, para seguir después trabajando en un proyecto más amplio”.
Este trabajo es el primero de una serie donde ambos autores quieren retratar vía cómic algunos de los expedientes paranormales patrios tales como la psicofonía del infierno, el caso Ummo o el expediente Manises.
Pablo Vergel: “Adrián y yo cruzamos dos variables. Por un lado los temas estos que trato yo de misterio y paranormales, y ahí nos dimos cuenta de que había un universo ibérico, con unos grandes casos que, aunque siempre estamos acostumbrados a ver terror hecho en los USA, aquí empezaban a aparecer en producciones como Verónica, que es una de nuestras referencias más cercanas. Así, a bote pronto, teníamos unos 9 o 10 temas que queríamos desarrollar. Y ahí estaba la segunda variable, el formato que le queríamos dar, el de un cómic más underground, en forma de tebeo pulp de grapa. Queríamos reivindicar los grandes misterios, haciendo terror y género, pero huyendo del modelo anglosajón”.
“Empezar por Les Tres Forques ha sido un guiño a nuestra valencianidad, y también porque nos permitía juntar la crónica negra con lo paranormal, rollo El Caso o Cuarto Milenio, los sucesos con lo extraordinario, y Tres Forques cumplía con creces. En ese eje de valencianidad, también podría haber sido el Preventorio de Busot, o el expediente Manises, o el expediente E.V.A 5 de la base de Aitana, había ahí varias historias, pero en un principio teníamos prevista esta primera presentación en València, y nos pareció idóneo empezar por allí. Al final, lo que pretendíamos es reflejar elementos que formen parte ya de las leyendas populares, urbanas o no”.
Adrián Bago: “El tebeo es una historieta corta, son 14 paginitas, como si fuera una historieta que podía haber salido en la Warren, la Creepy o la Metal Hurlant, una de aquellas revistas de finales de los 70 y los 80. El nombre viene de un juego de palabras entre el nombre de la calle donde se encuentra el edificio maldito, Les Tres Forques (Las Tres Horcas) y el 9, que es el número de víctimas de los diferentes sucesos que se han dado allí. Pablo hace un juego de numerología, una de esas cosas que le gustan a él. Pablo me pasó el relato, algo muy sintético, lo que ocurría y un bosquejo de los diálogos. Eso yo lo convertí en narrativa gráfica, en un guión de cómic. Ahí tuvimos algo de trabajo, porque como Pablo no había trabajado nunca en el lenguaje del cómic, había algunas escenas que estaban más pensadas en lenguaje cinematográfico. Aunque ambos géneros comparten mucho tuvimos que cambiar alguna secuencia, para que funcionara mejor. Una vez que lo tuve dividido en viñetas, nos reunimos e hicimos el acabado de diálogos finales. A partir de ahí, ya me puse a dibujar como un loco”.
Un cómic en grapa autoeditado que es un homenaje al pulp de los años 70 y a las grandes revistas del momento dorado de los 80, donde el terror, el underground y la parodia campaban a sus anchas.
Adrián: “Visualmente, me interesaba recrear el blanco y negro de los años 70, añadiendo detalles como esas tramas manuales de plumilla para los fondos, rollo japo, me fascina. “Dependiendo de la historia, yo me voy hacia un lado o hacia otro, estilísticamente. No es lo mismo los encargos que hago para Estados Unidos, que a veces son para editoriales que hacen tebeos infantiles, que esto, para lo opté por un estilo más sobrio. Los lectores pueden comprobar que la cámara siempre se encuentra alejada, excepto en algún momento puntual. No hay muchos primeros ni medios planos, es todo como un ritmo más pausado, intentando evitar mucha intensidad de primeros planos en tan pocas páginas. Incluso entro en el juego con la retícula de las viñetas, y la mayoría de las páginas se compone de 9 viñetas simétricas, como las 9 horcas, 3 líneas de viñetas por 3 columnas. Es algo que te permite jugar mucho con las elipsis narrativas, siendo el lector el que une las secuencias. Me apetecía que hubiera una cierta lejanía, un distanciamiento dramático”.
Pablo: “Uno de nuestros referentes principales, en el mundo del cómic, ha sido el From Hell de Alan Moore, una obra ambientada en Londres, con Jack el Destripador, en la que Moore, a partir de un suceso de titular, entra en el mundo conspiranoico, jugando mucho con la ciudad como un actor más de la trama, con un papel fundamental a nivel simbólico, casi cómplice de los crímenes. Nuestra idea es crear iconos pop, como ha pasado con este Jack el Destripador”.
Y qué mejor para empezar a construir un panteón de imaginería pop a través del cómic que recrear una de las ciudades que más están trabajando en su identificación con la viñeta y la narrativa del arte secuencial.
Adrián: “Es una València mental. Yo he vivido allí mucho tiempo y el paisaje urbano lo tengo como muy empapado. Pero tampoco quería que fuera algo muy real, sino que tuviera algo de juego. La última página, por ejemplo, en la que se forma un pentáculo con los edificios del ensanche valenciano, se trata de una falsa construcción arquitectónica del mal. Me baso en edificios reales, pero reconstruidos para formar ese dibujo maldito. He jugado con edificios y referentes reales para montar una València onírica: empieza con las esculturas del río, que forman unas perspectivas muy raras, sigue con el típico edificio de la construcción valenciana de los 70/80, como grandes bloques de hormigón, el propio edificio de Tres Forques, o el típico Kebab España, con sus mesas fuera, el propietario fumando en la puerta. Quería representar un poco lo que sería pasear por València ahora mismo”.
El sábado 9 de marzo, entre las 16:00 y las 19:00 el Jendrix Rock Bar de Alicante acogerá una presentación clandestina de Nueve Horcas, a cargo de sus perpetradores Adrián Bago y Pablo Vergel. Tras una breve chapa donde se explicarán las claves del cómic, se podrá increpar a los autores mientras DJ Koba amenizará la velada con una de sus inolvidables sesiones. En fin, beber y bailar con pretexto cultural. ¿Qué puede salir mal?, anuncian en su evento feisbuquero. Pues eso, ¿qué puede salir mal si juntas sucesos terroríficos, el mundo paranormal, el punk, el garage y muchas ganas de cachondeo?