El edificio del Observatorio de Medio Ambiente, en la franja central de la Vía Parque.ALICANTE. Sus obras se iniciaron hace más de una década. Y aunque quedaron asumidas por el Ayuntamiento en 2015, su construcción y acondicionamiento siguen sin estar finalizados seis años después, pese a haber supuesto una inversión superior al millón de euros. Se trata del Observatorio de Medio Ambiente de Alicante, el edificio de titularidad municipal concebido para aglutinar labores educativas y de investigación del medio ambiente urbano (desde el que realizar un control de los parámetros de calidad ambiental de la ciudad, por ejemplo), al que se pretende inyectar ahora cerca de otros 200.000 euros adicionales para completar sus instalaciones.
Así lo avanzó este lunes el edil de Medio Ambiente, Manuel Villar (PP), tras la presentación de la aplicación 'Visualiza', al apuntar que se pretende incorporar dicha suma en los presupuestos municipales de 2022 con el propósito de poder habilitar el espacio destinado a acoger el auditorio, la biblioteca del centro y salas de reuniones. Según Villar, la realización de esos trabajos de adecuación debería completarse antes de que concluya el próximo año para poder relanzar el uso del edificio como sede de todas las actividades organizadas por la concejalía. "El proyecto está en fase de redacción en el área de Infraestructuras y pensamos que estará listo para poder licitarlo en breve", añadió.
Todo, al margen de los trabajos ya anticipados para mejorar el sistema de vigilancia del edificio, y evitar accesos indebidos que pudiesen concluir en la materalización de actos vandálicos, mediante su vallado y la instalación de cámaras de seguridad. En principio, se pretende que, como mínimo, las obras para la instalación del vallado perimetral puedan adjudicarse antes de que finalice 2021.
El bipartito también impulsa ahora su vallado perimetral y la instalación de cámaras de vigilancia para evitar actos vandálicos
Lo cierto es que la construcción del edificio ha tenido que superar todo tipo de vicisitudes que retrasaron su puesta en marcha. Entre ellas, la rescisión del contrato de construcción ante el retraso en los plazos de ejecución. Las obras se adjudicaron a finales de 2011, bajo el mandato de la popular Sonia Castedo, a la empresa Ortiz Construcciones y Proyectos SA por 982.808 euros, IVA incluido, y deberían haber estado terminadas en agosto de 2013. Sin embargo, más de un año después, en diciembre de 2014, se abogó por resolver su contratación para que fuese otra constructora la que concluyese las obras pendientes. Aun así, el primer concurso convocado para concertar la fase final de su edificación quedó desierto y tuvo que optarse por una segunda convocatoria. Finalmente, en los primeros meses de mandato del tripartito que conformaban PSOE, Guanyar y Compromís, se acabó recepcionando las obras, después de que se certificase que se habían ejecutado al 90%.
A partir de entonces, el edificio ha venido albergando parte de los programas de promoción del Medio Ambiente con actividades enfocadas a los colegios, gracias a la labor desarrollada por seis trabajadores municipales, según fuentes municipales. E, igualmente, en ese periodo, el inmueble ha regresado en varias ocasiones al primer plano del debate municipal, después de que trascendiesen deficiencias como la falta de aire acondicionado o la de sistemas de vigilancia en su perímetro, por ejemplo.
El edificio se sitúa en la franja central de la Vía Parque, a la altura del barrio de Los Ángeles, junto a las instalaciones de la piscina cubierta. Ocupa una parcela de 7.000 metros cuadrados aunque solo dispone de cerca de 1.100 metros útiles. Su construcción contó con financiación europea a través del Plan Urban 2007-2013.
