ALICANTE. Juan Carlos Ramírez y por extensión de Enrique Ortiz amenazan con romper la baraja.
En declaraciones a la radio oficial del Hércules, el empresario de la automoción confirmaba lo adelantado por Alicante Plaza hace una semana. Su temor a que, después de cubrir (con préstamos participativos) las pérdidas del club en Segunda División B, el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) decida hacer más atractiva la futura oferta de venta del estadio, sumándole las acciones de la Fundación que ostenta el 72,69% del capital social del club blanquiazul. Lo anterior está descartado por el IVF a corto plazo (mientras el club milite en la tercera categoría del fútbol patrio), pero no a medio (en el caso de regresar al fútbol profesional). Y Ramírez y Ortiz quieren tener la seguridad de que el Consell renuncia a esa posibilidad o que en primer lugar les ofrece las acciones a ellos.
Si no tienen la seguridad de que lo anterior no se va a producir, Ramírez aseguraba que a 30 de junio entregarán las llaves de la entidad. Se trata de algo que ya la semana pasada trasladó al alcalde Gabriel Echávarri, antes del encuentro de este con el director general del IVF, Manuel Illueca, en Valencia.
Ramírez reconoce al banco del Consell "su papel de intentar recuperar lo máximo posible", en referencia a los 18 millones de euros que le adeuda la Fundación del Hércules y a su puja 'ganadora' por el estadio José Rico Pérez pero, después de tratar de imponerse sin suerte al IVF en la subasta, no esconde su deseo (y el de Ortiz) de que el brazo económico del Consell no vaya a más.
"Tiene que imperar el criterio de salvar al Hércules (...), club que todos los días tiene necesidades", decía Ramírez para, a continuación, dejar entrever interés en hacerse con el citado paquete mayoritario en manos de la Fundación antes de que el IVF, el día de mañana, lo pueda poner a la venta a terceros. El problema reside en el precio que está dispuesto a pagar por esas acciones: "Las acciones del Hércules valen cero e intentaré que lo entiendan. Si no, les daremos las llaves", insistía el socio de Enrique Ortiz, que pide alcanzar "rápidamente" un acuerdo con el IVF para controlar la entidad.
A juicio de Ramírez, apostar por una alternativa a quien maneja el club ya le ha supuesto un fracaso al banco del Consell en el Elche CF: "Aquí no van a venir chinos, ni japoneses ni alemanes. Tenemos la experiencia de los vecinos (...) La gente viene a llevarse duros, no a ponerlos", decía el empresario de la automoción en referencia a la subasta de las acciones de titularidad de la Fundación del club franjiverde, que fue paralizada por un juez a 24 horas de su finalización, y por las que el fondo de inversión Skyline International llegó a un acuerdo con el IVF, desembolsando incluso 1,5 millones de euros que renunció a recuperar antes del 31 de diciembre, porque mantiene su interés en hacerse con el club una vez se reanude la subasta.
Ramírez, que agradecía al alcalde Echávarri su apoyo en relación con el uso del Rico Pérez (este miércoles el primer edil confirmaba será así pero a cambio de un alquiler, como venía ocurriendo antes con Aligestión), insistía en la necesidad de que, "por el momento", el IVF se conforme con lo que obtenga por la venta del Rico Pérez a cambio de la deuda de 18 millones.
Si lo anterior es así, aunque espera que haya ascenso el próximo mes de junio, el empresario reafirmaba su voluntad y la de Ortiz de seguir en el club, aunque este continúe militando en Segunda B; eso sí, apretándose aún más el cinturón y concentrando más si cabe todo el esfuerzo económico en la plantilla.