ALICANTE. El regreso del edificio del antiguo Asilo de Benalúa de Alicante al mercado inmobiliario ofrece un nueva oportunidad para que pueda convertirse en un edificio dotacional para el barrio, de la mano del Ayuntamiento. Cuando menos, esa es la solicitud que ya han trasladado formalmente la Asociación de Vecinos El Templete de Benalúa en un escrito dirigido al alcalde, el popular Luis Barcala, con el propósito de que formule una propuesta de compra al Obispado de Orihuela-Alicante en la línea de la tentativa que se emprendió bajo el mandato del recientemente fallecido Miguel Valor.
El colectivo de residentes argumenta, en su petición, que el Ayuntamiento podría concertar la implicación de la Generalitat para abordar la posible adquisición del inmueble, después de que no llegase a materializarse el proyecto para su conversión en un hospital del Grupo Imed, tras el acuerdo de alquiler con opción a compra concertado con el Obispado en 2017.
A juicio de los vecinos, esa cooperación entre administraciones permitiría que el histórico inmueble pudiese transformarse en un equipamiento central para el barrio de Benalúa en el que tuviesen cabida varios usos: desde los de carácter social, dando cobijo a un centro de día y al centro social comunitario comprometido desde hace 25 años, hasta un uso cultural, como sede de una biblioteca, de un auditorio para la celebración de conciertos o incluso de una sala de exposiciones utilizando el salón de actos o la antigua capilla.
"Todo esto podría contribuir a convertir el Asilo en un polo dinamizador de la vida social, cultural y económica de esta parte de Alicante", arguye la solicitud cursada por la asociación vecinal. "Pedimos al alcalde de Alicante que ejecute las acciones necesarias para que Benalúa disponga de un centro social comunitario", incide el escrito. "En Alicante hay 19 centros sociales; sin embargo el barrio de Benalúa (de los barrios históricos de la ciudad) con una población aproximada de 10.000 habitantes carece de dicha infraestructura de servicios sociales y recursos comunitarios, especialmente dirigidos a personas mayores", abunda el colectivo.
En este sentido, la asociación recuerda que "desde finales de los años noventa del pasado siglo se evidencia su necesidad, hecho que incorpora el alcalde Luis Díaz Alperi en su programa electoral como una prioridad. Veinticinco años después (un cuarto de siglo) el barrio de Benalúa, con un grado de envejecimiento poblacional notorio en la ciudad de Alicante, carece de una dotación imprescindible, máxime si tenemos en cuenta que, de cada tres vecinos, uno es una persona mayor de 65 años".
"Este importante grupo de vecinas y vecinos, deben recurrir a otros centros sociales, ubicados en otros lugares de la ciudad, para lo cual deben recorrer largas distancias o utilizar el transporte para acceder a los servicios que prestan estos centros. Ello conlleva la dificultad, cuando no la imposibilidad, para muchas personas con movilidad o autonomía limitada, y cada vez se encuentran más aisladas, solas, desatendidas y abandonadas. No entendemos la persistente inactividad de la administración local ante la clara necesidad de esta infraestructura que siendo imprescindible para las personas mayores, es además un recurso polivalente en el que se pueden desarrollar numerosos programas integrados de servicios sociales generales dirigidos a todos los ciudadanos, potenciando la vertiente comunitaria, y son además un pilar básico en los servicios sociales de Atención Primaria (prevención, diagnóstico e intervención en situaciones de diversidad funcional o discapacidad, dependencia o vulnerabilidad…)", expone el escrito presentado por la asociación.
Lo cierto es que la última iniciativa política planteada el pasado mes de noviembre en el pleno del Ayuntamiento respecto a la necesidad de ese equipamiento concitó unanimidad en los discursos políticos a la hora de reconocer la necesidad de su construcción. No obstante, el voto en contra del equipo de gobierno, del Partido Popular (PP) y la abstención de los cuatro ediles de Vox evitaron que pudiese forzarse un compromiso de consignación económica concreta para este año con el fin de construirlo. El edil de Vivienda, Carlos de Juan, sí apuntó que ya existía un proyecto definido para su construcción en el edificio de viviendas intergeneracionales previsto en la avenida de Catedrático Soler, pero no llegó a precisar un presupuesto concreto al quedar supeditado a la participación de otras administraciones, según explicó en su intervención entonces.
De ahí que los vecinos insistan en la posibilidad abierta respecto al edificio del Obispado para señalar que "si el centro social era ya necesario en 1999 hoy, 25 años después, es una cuestión de urgencia para no dejar atrás a una ciudadanía vulnerable y envejecida que requiere de recursos y servicios, que más allá de políticas sociales y activas para el envejecimiento que se ofrecen con carácter general y desde otros puntos de la ciudad y entidades, fomenten la participación social en el barrio, la vida independiente, saludable y segura, en nuestro barrio, y en un entorno propicio que favorezca su inclusión sociocultural en la vida comunitaria del barrio", prosiguen los residentes, a través de la petición formalizada por su presidente, Ernest Gil.
Es más, el colectivo señala que la campaña reivindicativa para que pueda habilitarse ese recurso asistencial no va a cesar. "En Benalúa cada sábado a las 12 horas salimos a la placeta a manifestar algo obvio: somos personas perjudicadas por la inactividad de quienes deberían desvelarse para que los derechos sociales de la ciudadanía se respeten escrupulosamente", apuntan, además, a través de un comunicado.
"Una postergación de 25 años difícilmente puede justificarse. Es un suma y sigue de desatención y olvido, ignorando que gran parte de los relegados no son jóvenes con muchos años por delante. ¿Se nos considera material sobrante? Son 25 años en los que Benalúa es como un territorio yermo, sin centro social ni tampoco ninguna otra dependencia ni pública ni privada de semejantes características", prosigue la nota pública. "Decía Elvira Lindo que todos estamos a punto de ser viejos en cualquier momento, en cualquier momento podemos perder autonomía. Y entonces necesitaremos atención y cuidados. Y entonces echaremos en falta dependencias sociales como un centro de día", subrayan.
Esa situación contrastaría con las gestiones desarrolladas recientemente en otras poblaciones de la provincia al reseñar que se ha habilitado un equipamiento con ese destino "desde hace unos meses en Santa Pola, en Aspe o en Biar con 3.600 habitantes. En Alicante, con una población 100 veces superior a la de Biar hay un solo centro de día público, cuando la ley prevé que debe haber uno a 20 minutos de casa".
Así, insisten en que "para atender todas estas necesidades y por lealtad a unas paredes impregnadas de cálidos recuerdos y saturadas de solidaridad, las administraciones deberían volcarse en sumar al patrimonio de Alicante el Asilo de Benalúa. Lo intentó el alcalde Miguel Valor. Es ahora un buen momento para culminar la recuperación, como se ha hecho en Orihuela", añaden.
"En la Asociación de vecinos de Benalúa El Templete llevamos años en ese empeño, alternando la esperanza y el desaliento, pero nunca hemos tirado la toalla. En la tarea de mejorar las condiciones de vida de las personas hemos ido convergiendo con diferentes asociaciones y entidades: el Colectivo Social de Benalúa. Y ahora, recientemente, en la Federación de asociaciones vecinales del sur junto con Gran Vía Sur, San Gabriel y Parque del mar. La ciudad es una, y como en los ecosistemas todo está interrelacionado, sin fronteras; por eso todos reivindicamos el Asilo de Benalúa", concluye el comunicado de la asociación.