ALICANTE (EP). El 75 por ciento de la superficie española sufre riesgo de desertificación lo que supone cifras más altas que las de países como Mauritania, Níger o Egipto y solo más bajas que las de Grecia, según datos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), que celebra este sábado, 17 de junio, el Día Mundial contra la Desertificación y la Sequía, una jornada en la que las ONG ambientales Greenpeace y WWF piden al futuro Gobierno que los ciudadanos elijan el 23 de julio, que afrontar este problema esté en el centro de sus políticas.
A este respecto, el portal meteorológico eltiempo.es asegura que el clima árido ha crecido un 6 por ciento en España en los últimos 50 años, lo que representa en torno a unos 30.000 kilómetros y precisa que las zonas más afectadas por el proceso de desertificación son Castilla-La Mancha, el sureste de la Península y el valle del Ebro.
Además, añade que las regiones consideradas como húmedas o subhúmedas han descendido alrededor del 7 por ciento entre ambas. Las zonas húmedas, por ejemplo, han pasado del 39,4 por ciento de la superficie nacional al 34 por ciento, lo que supone un incremento en el riesgo de desertificación, que en la actualidad amenaza a más del 70 por ciento del territorio nacional, donde los climas áridos, semiáridos y subhúmedos ocupan la mayor parte del país, y son los más susceptibles.
Si bien la ausencia de lluvias ha sido palpable en los últimos años, en la década de 2010-2020 las precipitaciones han sido inferiores a lo normal en la vertiente atlántica. Sin embargo, esto no explica el problema de la actual sequía, sino que la subida de las temperaturas ha provocado un incremento notable de la evapotranspiración.
Para Greenpeace este proceso de desertificación al que contribuye el cambio climático está ya cambiando la agricultura, lo que pone en riesgo la alimentación en España, que esta semana tiene sus embalses al 47,53 por ciento de su capacidad, unos 20 puntos porcentuales por debajo de la media del decenio.
Por ello, la ONG reclama al Gobierno que resulte elegido en las próximas elecciones que ponga la "transición hídrica justa" en sus prioridades y reducir la demanda de agua, ya que en la actualidad es superior a la capacidad disponible.
La ONG advierte de que en los últimos dos años los agricultores son uno de los colectivos más afectados por la emergencia climática, que se ha acelerado los últimos dos años y por ello pide al futuro gobierno que fomente la agroecología con variedades adaptadas al clima, en lugar de apostar por la "insensatez" de aumentar el regadío intensivo, y creen que la clave no pasa solo por regar mejor sino por optimizar el suelo.
En la misma línea, WWF incide en que España será uno de los países europeos con mayor riesgo de sufrir estrés hídrico crítico en menos de 30 años y recuerda que el año hidrológico 2021-2022 cerró como el tercero más seco desde que hay registros, según la Agencia Estatal de Meteorología.
En ese contexto, expone que las previsiones climáticas apuntan a una escasez de agua cada vez mayor, debido al cambio climático y a la proliferación descontrolada de cultivos de regadío intensivos e industrializados.
Por ello, reclama un cambio en la gestión del agua para aumentar la resistencia frente a la sequía y el cambio climático, y recuerda que las sequías se gestionan cuando hay agua.
Así, alerta de que la sobreexplotación de acuíferos, el crecimiento insostenible del regadío, el abandono de tierra y la degradación del suelo están afectando a su fertilidad y capacidad para retener la humedad. Esto, junto con la intensificación de los periodos de sequías extremos, como consecuencia del cambio climático, está condicionando la disponibilidad de recursos naturales y la seguridad hídrica y alimentaria en España.
En ese sentido, argumenta que el Centro de Estudios de Hidrográficos, del Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (CEDEX), en el estudio oficial más actualizado a nivel de España estima que las precipitaciones se van a reducir entre un 2% y un 4% de aquí al año 2040 y los recursos hídricos disponibles en las diferentes cuencas hidrográficas se reducirán entre un 3% y un 7%.
Para el coordinador de política de agua de WWF España, Rafael Seiz, lamenta que en lugar de solucionar los problemas de sobreexplotación que provocan episodios severos de escasez de recursos en cuanto disminuyen las lluvias, "los gestores del agua han afrontado las sequías a golpe de medidas urgentes".
"Nos hemos convertido en expertos en gestionar crisis a base de medidas excepcionales, pero no hemos sido tan eficaces a la hora de prevenir los impactos de estos fenómenos extremos antes de que ocurran", advierte Séiz que reclama desde WWF un "cambio profundo hacia un nuevo modelo de manejo de los recursos hídricos sostenibles".
En definitiva, además de las medidas de urgencia, pide a las administraciones del agua que apuesten por medidas de prevención, un cambio en el modelo agrario y de desarrollo rural, reorientando fondos públicos (especialmente de la PAC) hacia producciones de alto valor natural (secano y ganadería extensiva), asegurando una renta digna para esas fincas.
Igualmente, la ONG pide el "cese inmediato" de nuevas transformaciones de regadío, el control exhaustivo del uso del agua y del suelo para cerrar todas aquellas extracciones ilegales que están robando el agua y un plan urgente de reajuste del sector, con reconversión a secano u otras actividades alternativas.
"Tenemos poco margen, pero si cambiamos nuestra relación con el agua y mejoramos nuestro manejo del territorio tenemos una oportunidad para afrontar los retos del cambio climático", concluye Seiz.