ALCOY. Justo le acababan de dar el alta por Covid-19 mientras le comunicaban que se había quedado viuda. Pocas sensaciones deben de ser tan inexplicables como acompañar a un marido en el proceso hacia la muerte y salir viva, y más cuando se superan los ochenta años. Es el particular caso de una anciana de Barcelona que ha requerido los servicios especializados de la atención de personas mayores en casa. Desde hace unas tres semanas, una cuidadora de Aiudo se encarga de esta octogenaria. "Era un caso delicado porque, a la vez de sufrir la pérdida, ella había estado ingresada por Covid-19 y lo había superado, y estaba perfecta. Tuvimos que desinfectar con ozono su casa y actuar con máxima precaución, ha salido muy bien". Daniel Ibiza es CEO y fundador de esta empresa, encargada de gestionar el cuidado a domicilio de ancianos. "Sus familiares trataron de buscarle un hotel en Barcelona pero estaba desbordado. Emocionalmente, la mujer estaba bastante mal", detalla acerca de la historia.
La carga emocional de las familias con personas mayores dependientes ha sido y sigue siendo muy fuerte, desde siempre. Una situación que ha ido intensificándose durante la pandemia. Como el testimonio de un trabajador social de Barcelona, que también buscó a Aiudo para sacar cuanto antes a su madre dependiente de una residencia. "Para esa familia, como tantas otras, ya fue un proceso muy duro de aceptación tener que ingresarla, y ahora esto", explica Ibiza. "Cuando aparecieron los primeros ocho o nueve casos en residencias tuvieron mucho miedo y querían sacar a su familiar de ahí, porque al final la incidencia de mortalidad en este colectivo es una ruleta rusa, como se ha demostrado", añade. La tramitación fue costosa: primero, con la exigencia, para sacar al anciano del geriátrico, de una confirmación de que el usuario daba negativo a la prueba del PCR, hasta el segundo trago para ver quién podía ocuparse de la mujer, ahora. "Nosotros le ofrecimos la medida urgente que buscaba; la madre salió un viernes por la noche y el lunes ya necesitaban de manera urgente un cuidador", asegura.
"Hemos tenido contrataciones de gente que ha fallecido antes de que el cuidador empezara con los servicios"
"Nos contratan el servicio en estos días pero no sabemos nadie qué va a pasar", reconoce, aunque cuidan al máximo cada medida de precaución que toman, a veces, enfrentándose a la falta de medios. "Hemos tenido contrataciones de gente que ha fallecido antes de que el cuidador empezara con los servicios", explica Ibiza. Y, detrás de esta realidad, múltiples, derivadas por esta situación excepcional. "Con este asunto, hay muchas familias que no han querido meter a un cuidador en casa por el riesgo de contagio, pero, por otro lado, también ha habido nuevas contrataciones de gente convaleciente, aquellas que han tenido que sacar a sus familiares de las residencias", insiste. Un mayor volumen por sendos lados que se ha traducido en un aumento de bajas y de altas de forma casi ecuánime, dice. "Al final, nuestra situación, aunque es cierto que nos ha afectado como al resto de pymes y startups, es estable, similar a la de antes del confinamiento", asegura el CEO de Aiudo. En datos, la empresa de cuidadores de ancianos a domicilio supera el millar de consultas mensuales en toda España. Cerca de 300 personas han sido atendidas en el 2020, con un 25% más desde que empezó la crisis en marzo, mientras que las bajas de usuarios se han incrementado en cerca de un 10%.
Aiudo cuenta con cerca de 400 cuidadores repartidos por todo el territorio, con una cincuentena que va variando en Alicante, y el resto concentrado principalmente en las grandes capitales como Valencia, Sevilla, Barcelona y Madrid. Esta última ciudad, precisamente, ha escrito un caso relacionado con esa falsa solidaridad que también se ha visto en esta crisis humanitaria, paradójicamente. "Un cuidador, que acababa de aceptar el trabajo, y justo cuando iba a empezar tuvo que decir que no porque el casero del piso, que vivía con él, le amenazó con echarlo a la calle si lo hacía". De nuevo, el miedo, que contrarresta cualquier otra emoción. "Nos estamos adaptando de la forma más flexible posible y haciendo una selección de cuidadores, porque no todos eran conscientes al principio de lo que era estar junto a un anciano afectado con el virus, con lo que, como profesionales, este perfil era un peligro", asegura Ibiza.
"Cuando nos contratan por un alta de Covid-19, muchas veces no tenemos confirmación de que sea negativo"
Y es que el contacto es directo con el paciente. No hay prácticamente otra manera. "Lo más complicado ha sido el certificado y el poder desplazarse a los distintos domicilios", reconoce Ibiza. "Las altas en Seguridad Social van un poco lentas en tiempos de pandemia, pero el certificado lo expedimos en el mismo momento", asegura. Ahí no importa si hay Covid o no. "Para los casos más particulares, hemos preparado un protocolo de actuación para las familias y el enfermo, para que este último sea el primero en ser consciente de que no puede poner en riesgo al cuidador porque en muchos casos llegan de residencias donde ha habido un brote o les acaban de dar el alta del hospital por estar con el virus, y no tenemos la confirmación de que es negativo", explica. "No podemos poner en riesgo a nuestros profesionales, que se contagien y puedan contagiar al resto", insiste, aunque asegura que ningún cuidador se ha infectado trabajando desde marzo ni tampoco ha contagiado a ningún usuario. "Algunos han fallecido durante la convalecencia, eso sí, pero estando cuidados", apunta.
"Desde que empezó la crisis humanitaria hemos intentado ser los primeros en dar soporte y asesorar en la creación de contenidos", defiende el CEO de Aiudo. Por ejemplo, facilitando la selección de cuidadores sin coste para aquellas familias más desfavorecidas y vulnerables ante esta situación. "La empresa se encarga de darle de alta, asume las comisiones. Cuando acabe Estado de Alarma, termina el servicio. No hay costes de Aiudo, de selección, pero el cuidador sí cobra. Es un servicio muy recurrente sobre todo en casos de grandes ciudades, donde el anciano puede sentirse más aislada", añade Ibiza. Y esta, junto a otras prácticas, han permitido que su empresa esté entre las 53 finalistas de los Premios Nacionales de Marketing 2019-2020, organizados por la asociación española del sector, en la categoría social, y junto a nombres como el de Yoigo, Estrella Damm o Fundación La Caixa.
El servicio de ciudadores de personas mayores a domicilio ofrecido por Aiudo sigue estando muy proactivo en sus redes y su blog, ofreciendo toda una serie de consejos y facilidades ante una situación que, como ya se ha dicho, ha venido para quedarse. Dentro de la campaña #YoTeAiudo, la posibilidad de hacer llegar a los usuarios el servicio de telemedicina de manera gratuita, durante un mes, o de lograr un trato preferente en la entrega a domicilio de productos frescos, así como descuentos en la compra on-line. Toda ayuda ha sido, y siguen siendo, buena para las personas más vulnerables, y más en los tiempos que corren.