ALICANTE. A falta de nueve jornadas para el final, el Hércules es quinto a siete puntos más el golaveraje de Valencia Mestalla y Badalona, tercero y cuarto respectivamente y que cerraban con victoria la jornada 29 por el empate de los blanquiazules.
La situación pinta negra para los de Carlos Luque que necesitan, ahora sí, un milagro para terminar la liga regular entre los cuatro primeros y poder jugar el 'play-off' de ascenso: su dinámica de resultados (también de juego) es pésima y sus rivales directos no aflojan.
Lo que pasa es que los milagros existen; se dan de muy en muy, pero a veces asistimos a ellos. Repasando los dos últimos cursos en Segunda División B encontramos sendos ejemplos a los que bien haría el Hércules en agarrarse sin soltar, eso sí, la calculadora de una de sus manos.
El Socuéllamos la temporada pasada
El curso pasado el Socuéllamos era a la finalización de la jornada 29 el séptimo clasificado con 43 puntos en el grupo II, tras 12 victorias, 7 empates y 10 derrotas, tenía por delante a Arenas de Getxo que era sexto con 45, Sestao River como quinto con 46 puntos y las dos últimas plazas que daban derecho a disputar el 'play-off' las ocupaban el Toledo como cuarto con 51 puntos y el Real Unión de Irún como tercero con 54.
Pues bien, de los nueve encuentros restantes, los manchegos ganaron siete (cuatro a sus rivales directos) y perdieron dos, es decir sumaron 21 de los 27 puntos dejando atrás a Arenas de Getxo, Sestao River, Toledo y un Real Unión que fue el gran damnificado porque además, en esas mismas últimas nueve jornadas solo fue capaz de sumar seis puntos y acabó como quinto.
El Socuéllamos, con Ángel García en el banquillo y que contaba con el exherculano Rivas en sus filas, logró la clasificación matemática para el 'play-off' en la jornada 38, después de imponerse al Fuenlabrada ante su público, mientras que el Real Unión que en la 37 caía en Portugalete, en la 38 perdía como local con el Leioa. Además, los manchegos se beneficiaron del pinchazo del Toledo que empató como local con el Guadalajara y terminó cuarto (cruzándose en la segunda ronda del 'play-off' con el Hércules)
Es decir, que no solo tuvieron que protagonizar una recta final sobresaliente, llevándose además los cuatro duelos ante rivales directos (les ganaron el golaveraje a todos ellos) que les había reservado un calendario que establecía que cinco de los nueve partidos finales eran en el Paquito Jiménez, también necesitaron que esos equipos con los que competían por la cuarta plaza pincharan y no poco como fue el caso del Real Unión, algo que permitió al Socuéllamos hasta darse el lujo de perder dos partidos: ambos a domicilio, en Amorebieta en la jornada 32 y en Getafe en la 37.
El Villanovense hace dos años
A diferencia del caso del Socuéllamos, en este ejemplo los tres equipos implicados en la guerra por la cuarta plaza estaban mucho más parejos en la jornada 29 pero puestos a buscar ejemplos positivos...
En la temporada 2014/15, el Villanovense terminó la liga regular como cuarto con 61 puntos (16 victorias, 13 empates y 9 derrotas), con tres de ventaja sobre el Granada B que acabó como quinto pero que a la finalización de la jornada 29 cerraba la zona noble con 44 puntos por los 43 del equipo de Villanueva de la Serena que además tenía perdido con los andaluces el golaveraje particular.
Los extremeños sumaron 18 puntos de los últimos 27, tras cinco victorias, tres empates y una derrota (en la penúltima jornada en Cádiz), mientras que el filial nazarí se quedó con 58 puntos como quinto, los mismos que el Linense que acabó sexto y que en la jornada 29 además era quinto: los dos equipos andaluces 'solo' lograron cuatro puntos menos que los extremeños en la 'liguilla' de las nueve jornadas finales.
Son solo números, pero es lo mismo que mantiene al Hércules con opciones pese a protagonizar este domingo su enésimo esperpento, esta vez en El Prat.