Para los que nos gusta observar y opinar sobre política especialmente en los periodos preelectorales y electorales, una de nuestras experiencias soñadas sería seguir de cerca las elecciones presidenciales en Estados Unidos, por el espectáculo incluso cuando no se presenta Trump, en Francia, por ser vecinos y supuestamente la cuna de la democracia moderna, en Italia por la vertiente pasional de sus propuestas y así un largo etcétera. Supongo que debe ser como a la gente que le gustan las procesiones de Semana Santa y participa en la de su ciudad y luego visita y hace turismo en la de otras ciudades emblemáticas tipo Sevilla, Málaga o Valladolid.
Lo mismo. En el pecado llevamos la penitencia. A los periodistas, a la mayoría, no a todos, nos gusta este tiempo, lo vivimos intensamente pero a partir de un momento todo nos suena ya igual.
Faltan unos 45 días para las elecciones y parece que sea una fecha fijada en el calendario a fuego. Sin embargo estos días me he encontrado en las procesiones con mucha gente que no sabía ni que había elecciones. Gente normal, ¡eh!
Personas que viven, sueñan, trabajan, se ríen, lloran, pero que no tienen entre sus prioridades esta burbuja nuestra político-mediática. Y te dan un baño de realidad, a mí y a todos.
Me contaba el otro día un político ilicitano que en el acto seguramente más relevante de la campaña electoral en Elche para el PP, con la presencia del Presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo arropando al candidato Pablo Ruz, una señora que pasó y vio el gentío le preguntó: ¿Quién ha venido? Y cuando este político le dijo, Feijóo, la señora dijo ¿y ese quién es? Que lo mismo hubiera sido con Pedro Sánchez que he escuchado a gente llamarlo Zapatero. No es su prioridad y lo entiendo.
Estamos en precampaña. Hay partidos como el PP de Elche que llevan 4 años o más preparando la fecha y otros como el PSOE que tienen tan engrasada la maquinaria que solo es darle a un botón.
Luego están otros que tienen tanto lío interno que ya veremos por donde salen, es el caso de Ciudadanos que está intentando organizar las famosas carpas naranjas ahora que ya han optado por repetir candidato, (el candidato Eduardo García-Ontiveros no se ha quemado estos cuatro años, está tan nuevo como cuando empezó, sobre todo porque no ha militando en el partido estos últimos tres años lo que le ha salvado de refundaciones varias). O Compromís que ya ha desistido totalmente de confluir con nadie porque bastante tienen con confluir ellos mismos. (Creo que una parte de Compromís Elx nunca tuvo intención de confluir y se han agarrado a la mejor excusa para no hacerlo. Prefieren ser pocos pero controlables).
Hay partidos que se hacen sus propias encuestas a medida y lo que es peor que se las creen y gente que se cree lo que dicen esas encuestas y que ni siquiera cae en la cuenta de que ni las hechas con cierto rigor aciertan porque la gente dice muchas mentiras, hay mucha indecisión y el acto del voto que para algunos de la burbuja es tan obvio, para muchos es según me levante igual voy y voto o no, o voto a este o al otro.
Pero nos da igual. A los atrapados nos gusta la jarana de este ambientillo y nos coleccionamos las hojas rectangulares de las candidaturas que guardamos arrugaditas cuatro años o más y sacamos de repente cuando alguien se va y nadie recuerda a quién le toca en lista y nosotros nos congratulamos de haber pinchado en el corcho y mantenido cuatro años las hojitas para poder ahora decir, le toca a tal o cual, el otro ya iba en esta candidatura o mira como ha subido desde el 27…
Son nuestras procesiones, tan intensas y entretenidas como agotadoras
