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experto en educación y desigualdades sociales

José Saturnino: "Cospedal impidió el pacto educativo; Méndez de Vigo quiere pacto y ha desmontado la Ley Wert" 

7/08/2017 - 

ALICANTE. José Saturnino Martínez García es una de las personas más acreditadas para hablar de educación y desigualdad social. Es profesor de Sociología en la Universidad de La Laguna, doctor en Sociología por la Autónóoa de Madrid, Máster en Economía de la Educación por la Carlos III de Madrid y ha sido investigador invitado en las universidades de Winconsin, Santiago de Chile y Buenos Aires. Ha publicado Estructura social y desigualdad, un libro en el que analiza las problemáticas de la sociedad y cómo afectan en la enseñanza de los jóvenes y la situación económica. Y también fue asesor del Gobierno de Rodríguez Zapatero en materia de Educación entre 2007 y 2011. El pasado mes de julio, visitó la ciudad de Alicante dentro del ciclo de debates y conferencias Diàlegs d'Estiu, organizado por la Conselleria de Transparencia. Durante su corta estancia, charló con Alicante Plaza.

-¿Hay tanto fracaso escolar como se habla? ¿Las cifras son reales?

-Si por fracaso escolar entendemos, no obtener el título de la ESO, no hay ni trampa ni cartón, como se trata de un hecho administrativo, si lo tienes, lo tienes y si no, no. Otra cosa es si pensamos que eso es fracaso escolar o no. Para mí, para curarme en salud, yo digo que es fracaso escolar administrativo. Hay otra formas de cuantificarlo y es mucho más complejo. Otra cosa es el indicador que utiliza la UE, que es distinto: es el abandono educativo temprano. Es un indicador que en España cuesta mucho entender lo que es. Se refiere a gente que tiene entre 18 y 24 años y que ni tiene el título de Bachillerato, ni de FP de Grado Medio o no está cursando estudios de ningún tipo, ya sean reglados o no reglados. Esto genera confusión porque una persona que acaba la ESO, con buena nota, pero decide no seguir estudiando, no es fracaso escolar pero si en abandono educativo. O una persona de 23 años que está cursando tercero de la ESO está en fracaso escolar, pero no en abandono educativo. Es un indicativo que para saber la problemática española es absurdo y lo complica. Lo que sí que es verdad es que, desde 2008, con la crisis económica, los dos indicadores han bajado y están en sus niveles más bajos.

-¿Qué relación hay entre crisis económica y fracaso escolar? 

-La situación también es compleja. Si uno mira el gasto por estudiante en educación no universitaria durante la crisis, ha descendido en más de 1.000 euros y términos relativos, un 25%.  El tijeretazo ha sido de un 25% por estudiante. Esto debería haber generado consecuencias en indicadores como el rendimiento y la equidad, pero resulta que no es así. Los indicadores de rendimiento están estables o han mejorado, y los de equidad, los hay que han disminuido. Esto no quiere decir que los recortes no afecten, sino que, además del efectivo negativo del recorte, el hecho de que aumente el paro tiene un efecto positivo sobre la educación: como no hay trabajo, hay gente que estudia con más ahínco y saca mejores resultados. El efectivo positivo del paro domina al efecto negativo de los recortes. Y eso es lo que explica que los indicadores educativos, durante la crisis, han mejorado. Los alumnos de 10 años, que se han criado con los recortes, sigue mejorando los indicadores educativos. 

"El hecho de que aumente el paro tiene un efecto positivo sobre la educación: como no hay trabajo, la gente estudia con más ahínco y saca mejores resultados"

-¿Qué influencia tiene en los resultados los constantes cambios legislativos sobre la Educación?

-La gente que ha estudiado con la Ley Moyano, con la EGB y la LOGSE tiene la misma capacidad lectora independientemente de su título. Lo que ocurre es que ahora hay muchos más universitarios que hace 30 ó 40 años, lo que viene a decir que España es uno de los países que más ha mejorado el nivel de competencia  de la población joven con respecto al nivel de la gente más adulta. No es que la gente haya aprendido más, sino que hay más alumnos con titulados altos.

-¿Ves factible el pacto educativo entre los principales partidos políticos?

-Lo veo más factible ahora que cualquier momento de la última década. El talante del nuevo ministro de Educación es muchísimo más conciliador, y porque en la agenda de los otros partidos, no está reventar el pacto. Con la última legislatura del PSOE, de 2008 a 2011, se estuvo cerca, con Gabilondo, pero el PP nacional de esa etapa no quería pacto para fastidiar al PSOE e intentar rentabilizarlo luego porque el PP sabía que iba a ganar las elecciones. Se estuvo muy cerca, pero desde Génova se paró. Según lo veo yo, Cospedal paró el pacto. Ahora, el ministro de ahora, Méndez de Vigo, incluso con mayoría absoluta se dedicó a desmontar, punto por punto, la Ley Wert, y todo el desmontaje que ha hecho ha ido en la línea adecuada y en la línea de generar más consenso entre los agentes educativos. A todos los partidos les viene bien que se alcance un pacto, por eso lo veo más factible. Pero eso es sólo una parte. Después hay que llegar un pacto con los agentes sociales que están en la educación. Y después hay una parte final cómo eso acaba afectando en la vida cotidiana de los centros. Hay una cosa que es muy difícil de cambiar con un pacto: es cuando un profesor se encierra en un aula con sus alumnos. Es muy difícil de cambiar, es lo más complejo del pacto, pero es la fundamental. Podemos ponernos de acuerdo en lo accesorio, pero en la transformación de lo fundamental va a ser mucho más compleja. La LOGSE fue un buen ejemplo porque hubo mucho consenso político, quien la acabó desarrollando fue el PP, y no el PSOE, pero transformó mucho la vida de los centros educativos, pero desde el punto de vista del aprendizaje no transformó tanto como nos gustaría. 

"Hay una cosa que es muy difícil de cambiar con un pacto educativo: es cuando un profesor se encierra en un aula con sus alumnos"

-Entonces, ¿qué habría que hacer para cambiar esa relación entre profesor-alumno para que fuera más óptima en resultados?

-Hay una cuestión fundamental que es cambiar la definición de la profesión, tanto en Primaria como en Secundaria. Está muy metido en nuestro sistema educativo que enseñar es llevar un libro de texto, que los alumnos lo memoricen y que lo suelten en un examen, que lo olviden y memoricen para otro examen. Y eso, además, marca nuestro sistema de oposiciones para ser funcionario. Todo aquel que aprenda a memorizar un texto y soltarlo es capar de llegar a lo más alto del Estado porque en eso se basan las oposiciones. Cambiar esa mentalidad cuesta mucho. Y después hay otra mentalidad, que también se ve en parte en una parte importante del profesorado de Secundaria, que no se considera como educador sino experto en la materia: un biólogo o un filólogo consideran que deben enseñar contenidos de su materia. Una profesor en educación obligatoria no puede tener esa mentalidad. En educación obligatoria un profesor está porque lo manda la ley, no para enseñar filología o biología. Eso puede pasar en Bachillerato, pero no en Secundaria. Al igual que un alumno de 15 años está ahí porque la ley le obliga. La relación no puede ser 'Yo sé mucho de esto y acomódate y aprende...'...La relación entre profesor y alumno es más compleja. Y a mí no se ocurren cambios a corto plazo, si no a lo largo plazo. 

"una parte del profesorado de Secundaria, que no se considera como educador sino experto en la materia"

-¿Cómo cuales?

-Es el proyecto del MIR educativo: que haya una carrera que sea el de profesor de Secundaria, al igual que sí la hay de Primaria, como es Magisterio. Y desde que te matriculas sabes que estás preparando para ser profesor. No me vale eso de que me hago biólogo y cómo no encuentro trabajo, me hago un máster en un año y me pongo a dar clases. Dar clases es una situación muy compleja, si complejo es para Primaria todavía lo es más para Secundaria, y por tanto, más motivo para que para Secundaria sea una carrera en sí misma. Y después de que haya un proceso largo de inserción laboral; el ejemplo de los médicos es bueno. Un médico tiene 10 años para saber si le gusta la medicina y si no, tiene tiempo para salir corriendo. Con el profesorado, debería haber un proceso largo para aclimatarse a un centro educativo, saber que esto le gusta y en 10 años, saber si le vale o no le vale. Hay una oportunidad muy buena hora porque se van jubilar muchos profesores, así que formamos bien a los jóvenes sí puede haber una transformación en el largo plazo. 

"Con el profesorado, debería haber un proceso largo de inserción laboral, como con los médicos, una especie de MIR"

-¿Cómo ves el debate entre educación concertada y pública?

-Lo que veo es que hay partidos que defienden mucho la enseñanza concertada y otros que está muy en contra de ella. Eso puede ser motivo de dificultad en el pacto educativo nacional. Hay partidos que defienden que deberíamos acabar con ella por completo, y hay partidos que consideran que debemos fomentarla más. Es uno de los puntos más conflictivos del pacto y que no ocurre en otros partidos de nuestro entorno. Y lo que ocurre, y lo estoy analizando en estos momento, es que la concertada segregada mucho a su alumnado; es un alumnado de composición socioeconómica superior al que asiste a los centros públicos. Pero al mismo tiempo, desde el punto de vista no hay diferencia de los contenidos que aprenden sus alumnos. Así, que cuando la concertada saca pecho de sus resultados no tiene mucho mérito, no hay hecho nada; bueno sí, seleccionar al alumnado y hacen creer a las familias que el alumnado es bueno porque asiste a la escuela católica y lo único que hacen es seleccionar al buen alumnado. Hay una especie de fraude porque hacer creer a la familias que ofrece un producto de mejor calidad, cuando lo único que hace es atraer a las familias de alta calidad.

"Hay una especie de fraude en la concertada porque hacer creer a la familias que ofrece un producto de mejor calidad, cuando lo único que hace es atraer a las familias de alta calidad"

-No sé si conoces la polémica del decreto del plurilingüismo en la Comunitat Valenciana...

-No, lo sigo muy por encima. Impartir tres idiomas me parece un poco loco; dos idiomas ya es complicado. No soy didacta, pero el sentido común dice que es muy difícil que los alumnos estén cambiando de español a valenciano y a inglés. Tener dos idiomas puede complicar...pero si en tu casa son bilingües, la escuela es una prolongación. Pero no vas tener hogares que sean trilingües y es muy complicado tener profesorado que puedan gestionar eso bien. Creo que en todo caso, si lo quieren hacer bien, que lo hagan muy despacio, que lo metan en pocos centros y que estén en cuatro o cinco años a ver cómo evoluciona. Me parece una locura que lo hagan por decreto y de un día para otro. Haría un proceso lento de transformación. 

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