ALICANTE. El Castillo de Santa Bárbara se viste este miércoles con su dress code de etiqueta, en esta ocasión, gracias al mágico concierto que ofrecerá el dúo madrileño Rufus T. Firefly a partir de las diez de la noche, de la mano de Producciones Baltimore, en un cartel que se completa el 3 de septiembre con The Limboos. "Más que presentar nada nuevo, igual que con Magnolia y Loto, llevaremos algunos temas antiguos, una selección un poco de toda nuestra trayectoria, que es lo que estamos haciendo en estos conciertos de verano", comienza explicando Víctor Cabezuelo, la primera 'mitad' de esta combinación refrescante y psicodélica de rock alternativo de Aranjuez junto con Julia Martín-Maestro.
"Nos están viniendo muy bien estos conciertos para financiar nuestro nuevo disco, que supuestamente saldrá en septiembre", avanza el vocalista y guitarra de la formación de culto. Un proyecto casi neonato que, no obstante, todavía no tiene nombre, pero sí un futuro avistado. "Estamos trabajando aún en el sonido, pero te puedo decir que toda esta línea psicodélica-clásica, por llamarla de alguna manera, ya la hemos abandonado por otro concepto, otra manera de hacer canciones, aunque es cierto que hay una esencia de la que no nos podemos librar pero estamos intentando hacer las cosas de otro modo, son canciones que se tocan diferente y nos tenemos que adaptar a ellas", confiesa el líder de la banda. Rufus T. FIrefly se caracteriza desde sus orígenes por una energía y sonido profundamente sofisticados; huye de lo evidente y construye en cada producción y directo un ambiente de magia y rock con deslices hacia una psicodelia pulcra y altamente adictiva, ahora, 'retocada'. Su anterior disco Magnolia, es un alegato en defensa del arte, el amor y la naturaleza en forma de 10 canciones minuciosamente producidas por Manuel Cabezalí y el propio Cabezuelo, con su prolongación en el long play Loto. "Siempre se echa de menos el directo, y más después de estos meses, lo que pasa es que somos una banda que, a pesar de llevar muchos años de carrera, hasta los últimos dos no pudimos tocar como tal, como suele pasarle al 95% de los grupos de este país; estamos acostumbrados a periodos de sequía muy largos (risas)", asegura Cabezuelo.
El de este miércoles en Alicante parece ser el último de su pequeña gira 'desconfinada', después de pasar por Barcelona o Murcia con algunos conciertos puntuales. "No está siendo fácil esta nueva normalidad, pero queremos verlo como un paso temporal, un periodo al que todos nos tenemos que adaptar, a pesar de que las medidas de los conciertos sean muy restrictivas y poco rentables, es lo que toca", insiste el cantante madrileño. "Creo que nosotros estamos teniendo suerte después de ver lo que está pasando en otros conciertos, los nuestros están siendo muy cuidados, y el público está colaborando mucho", añade. "Veo otras imágenes y me da bastante pena, porque echa por tierra el trabajo de muchísima gente", lamenta, en alusión al polémico concierto que el grupo Taburete ofreció esta semana en Marbella, y que acabó sin mascarillas.
"La sorpresa para el público será el propio show, estamos llevando un sistema de luces y vienen todos nuestros técnicos y toda la historia, pero el verdadero incentivo de este concierto es la excepción, el saber que estamos haciendo algo en este momento y que puede que no se vuelva a hacer hasta dentro de mucho", reconoce el vocalista de Rufus T.Firefly. Este bonito reencuentro con la música en directo comenzará con la apertura de puertas a las ocho de la tarde. Casi un milagro para todos los sentidos, y sus fans, especialmente, que exprimirán cada minuto al máximo. "Insisto; la mejor manera de tranquilizar a la gente ahora es hacer las cosas bien, los agentes culturales siendo conscientes porque si no caemos todos, con aglomeraciones absurdas y otras cosas, todo se va a la mierda", concluye.