VALÈNCIA. (EFE) Si el Consell que preside Carlos Mazón tuviera que prorrogar los presupuestos de la Generalitat de este año por la falta de apoyos parlamentarios suficientes para aprobar los de 2025, no sería la primera vez que ocurre en la historia del autogobierno valenciano, si bien en los últimos 35 años no ha sido necesario hacerlo.
Durante la segunda legislatura de Les Corts Valencianes (1987-1991), el Consell presidido por Joan Lerma, que tras una primera legislatura con mayoría absoluta estaba en minoría en el Parlamento valenciano (con 42 de los 89 diputados), tuvo que recurrir en dos ocasiones a la prórroga de los presupuestos: en 1987 y en 1989.
Con un hemiciclo fragmentado en cinco grupos (PSPV con 42 diputados, Federación de partidos de Alianza Popular con 25, CDS con 10, EU-UPV con 6 y Unión Valenciana con 6), el Consell de Lerma no consiguió que se aprobaran en diciembre de 1987 los presupuestos autonómicos para el año siguiente.
De esta forma, el pleno del Consell tuvo que tramitar el 21 de diciembre de 1987 un decreto por el que se prorrogaban a partir del 1 de enero de 1988 los presupuestos de la Generalitat del ejercicio en curso, que habían sido aprobados en diciembre de 1986.
Ese decreto fijaba la prórroga hasta el día en que se aprobaran los presupuestos para 1988, lo que finalmente ocurrió el 29 de febrero de 1988, y se publicaran en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana, lo que se hizo el 8 de marzo, con efectos retroactivos desde el 1 de enero anterior.
Dos años después, y tras la huelga general en España de diciembre de 1988 convocada por CCOO y UGT contra las políticas económicas de Felipe González, el Consell presidido por Joan Lerma se vio de nuevo en la tesitura de tener que prorrogar las cuentas públicas
Un decreto aprobado por el pleno del Consell el 22 de diciembre dispuso la prórroga a partir del 1 de enero de 1990 de los presupuestos de la Generalitat del ejercicio 1989, con indicaciones como que mensualmente no podría rebasarse en pagos "la doceava parte del presupuesto global prorrogado".
Hasta el 31 de mayo de 1990 no se aprobó la ley de presupuestos para ese ejercicio, si bien el resto de la legislatura se despejó la inestabilidad política tras los pactos del PSOE con el CDS en el ámbito estatal, que en Les Corts permitió consensuar muchas votaciones entre ambas formaciones, que sumaban mayoría absoluta.
Fue la última ocasión en que unos presupuestos de la Generalitat fueron prorrogados. En la siguiente legislatura (1991-1995), el PSPV recuperó la mayoría absoluta, y el CDS se quedó fuera del Parlamento valenciano al no alcanzar el 5 % de los votos autonómicos.
Durante las seis legislaturas siguientes, entre 1995 y 2015, el Consell del PP no tuvo problema en sacar adelante sus presupuestos: en la primera con un pacto de gobierno con Unión Valenciana y en las cinco restantes gracias a su mayoría absoluta.
Con el cambio de ciclo en 2015, el Consell de izquierdas también pudo aprobar "en tiempo y forma" los ocho presupuestos de sus dos legislaturas -los cuatro primeros elaborados por PSPV y Compromís, con el apoyo parlamentario de Podem, y los cuatro restantes confeccionados por las tres formaciones-, más allá de algunas discrepancias públicas.
La legislatura actual, la undécima, que comenzó en 2023 con un pacto de gobierno entre PP y Vox, permitió aprobar sin problemas los presupuestos para 2024, ya que los 40 diputados del PP y los 13 de Vox rebasan la mayoría absoluta del hemiciclo, compuesto por 99 parlamentarios.
La duda está ahora en qué pasará con los presupuestos de la Generalitat para 2025, después de que Vox rompiera el pacto y saliera del Consell el pasado julio y ya no esté obligado a ser leal al PP, partido que ha admitido que existe la posibilidad de que los presupuestos de este año tengan que ser prorrogados.
Si finalmente se acaba en una prórroga presupuestaria, será la tercera vez que ocurre en la historia del autogobierno valenciano, y se pondrá fin a un periodo ininterrumpido de tres décadas y media sin recurrir a esta fórmula.