ENTREVISTA (II) AL VICEALCALDE DE ALICANTE, MIGUEL ÁNGEL PAVÓN (gUANYAR)

"No sé si se me ningunea, pero la última palabra sobre Ikea es mía, es responsabilidad de Urbanismo"

2/01/2017 - 

ALICANTE. El vicealcalde y concejal de Urbanismo de Alicante analiza, en esta segunda parte de la entrevista concedida a Alicante Plaza (lea aquí la primera parte) el primer año y medio del tripartito y aborda los principales retos que se le plantean en el arranque de 2017. Entre ellos, dos son capitales: el debate de los presupuestos municipales, para el que el equipo de gobierno requiere del respaldo de al menos un edil de la oposición, y la posible instalación de una tienda de Ikea.    

-¿En qué ha cambiado Alicante desde junio de 2015?

-Lo hemos repetido, pero Alicante ya no es una ciudad vinculada a la corrupción. Es un tema más importante de lo que parece. La imagen que proyectamos al exterior es muy importante. Si hay libertad real de concurrir a los concursos... y que hayamos enfilado el urbanismo de la ciudad hacia la transparencia, la participación... Ya era hora de que ocurriera. Las cuestiones se dirimen por el interés general, sin hipotecas previas. Hay cosas que nos está costando cambiar, tenemos esas hipotecas que nos impiden hacer todo lo que quisiéramos. Tenemos un techo de inversiones por el plan de ajuste. A pesar de esto se están haciendo más inversiones que en la última legislatura del PP y ya no son todas en el centro, sino en distintos barrios. La gente lo está comenzando a percibir. Es imposible que todo se haga al mismo tiempo. Se lo explicamos a los colectivos con los que nos reunimos. Y eso es otro cambio importante: nos reunimos con todo el mundo, antes no había tanta disponibilidad. Muchas veces las propuestas que nos trasladan en esas reuniones las hacemos nuestras. 

-Se les reprocha muchos gestos y poca gestión...

-No, claro que hay gestión. En urbanismo, hemos desbloqueado asuntos como el de Benalúa Sur y en lo que llevamos de mandato hemos dado licencias para más de mil viviendas. Y a pesar de las carencias de personal, que es cierto que también existen en otras concejalías. Hemos reordenado la estructura, y hemos optimizado, y en menos de un mes hemos sacado adelante licencias para más de 500 viviendas. Esto está reconocido por miembros de Provía que ven que hay más agilidad, que antes no existía con el PP. Esto es algo que yo también he heredado, poco personal y demora en la concesión de licencias en la anterior etapa con García Romeu como edil de Urbanismo y estamos optimizando al máximo los recursos, agilizando plazos. Esperamos en breve contar con más personal. Hay una promesa de Recursos Humanos. Al menos que se cubran las vacantes con bolsas de empleo, al margen de la firma de convenios con colegios profesionales para agilizar informes. Hemos dado prioridad a completar la ciudad existente, los planes parciales ya aprobados, que los vacíos se rellenen, antes de dar pie a nuevos desarrollos como se hacía antes, con macroplanes fuera de la realidad como el Plan Rabasa o el de las Torres de la Huerta.

"Si no se aprueba, entraríamos en diversos escenarios: la prórroga, con lo que no se llevarían a cabo inversiones, o una cuestión de confianza que, por ejemplo, en Barcelona ya se ha planteado"

-¿Qué pasos cree que se deben dar para aprobar el presupuesto de 2017?

-Al final dependemos de los votos de la corporación. Estamos en minoría, 14 frente a 15 y dos concejales son tránsfugas con los que no hay que negociar nada, deberían devolver el acta porque no la tienen por su persona, sino por el partido al que ya no pertenecen. A partir de ahí, hay dos partidos en la oposición, PP y C's. Entendemos que con C's es más fácil hablar, nos unen más cosas que con el PP. Espero que estos desencuentros que ha habido se superen y se imponga la responsabilidad y el sentido común. Muchas de las cosas que planteaban a nivel económico eran asumibles. Otra cosa es que planteasen cuestiones ideológicas. Estamos hablando de un nuevo presupuesto, no de un nuevo gobierno. Espero que recapaciten y que no se bloquee. Si no se aprueba, entraríamos en diversos escenarios: la prórroga, con lo que no se llevarían a cabo inversiones, o una cuestión de confianza que, por ejemplo, en Barcelona ya se ha planteado.

-¿Es partidario de que se recurra a esa vía?

-No, pero si no queda otra. Está en manos de C's. Creo que el presupuesto es razonable y podría ser apoyado. 

-¿Pero cree que realmente ha habido voluntad de negociar por la dos partes?

-Por nuestra parte sí la ha habido. Por la suya supongo que sí. Sé que es complicado para un partido que entra en el ayuntamiento estar a la altura de las circunstancias, pero es que podían influir en el presupuesto municipal como si formaran parte del gobierno. Han desperdiciado esa oportunidad de cambiar el dinero de un sitio a otro sin restricciones que impone el reglamento para las enmiendas. No sé por qué han renunciado.

-¿Cree que la negociación se debió plantear de otro modo?

-No lo sé. Habiéndose producido lo que se ha producido, no tiene mucho sentido hablar del pasado. Apelo a C's para que se planteen la abstención y permitan inversiones millonarias que necesita la ciudad. Pueden ser responsables de todo lo contrario, de que no haya inversiones ni se incremente el gasto social, que era una de las cuestiones que nos han trasladado. El alcalde ya dijo que más del 90% de esas cuestiones se podían incorporar y de hecho espero que se incorporen.

-Hasta ahora a Compromís y a Guanyar parece que sólo se les ha pedido peticiones, pero no ha trascendido que hayan tenido más participación. Hace una semana defendió el proyecto en público por primera vez pero ¿lo siente como suyo?

-Desde el momento en el que planteamos sugerencias, ya es nuestro. Es que se configura así, en base a esas propuestas. Y luego hemos tenido reuniones conjuntas para valorar cuestiones como el incremento de partidas de concejalías de nueva creación. No habrán trascendido, pero ha habido reuniones. Y se han adoptado decisiones estratégicas. Ha sido consensuado entre todos. En este sentido, este presupuesto es mejor que el anterior.  

-Ha recibido críticas cuando no ataques directos de distintos colectivos empresariales sobre el retraso en la concesión de licencias o sobre las restricciones a la edificación en los primeros documentos que servirán de base para el futuro Plan General. ¿A qué cree que se deben?

-Son injustos. Es legítimo que se nos critique pero se ha pasado de castaño a oscuro. Eran ataques políticos. Al final la realidad se impone. En cuanto al tema de las licencias, ya lo hemos comentado. Se está actuando y no es nuevo, viene de atrás, lo que ocurre es que se ha reactivado por el repunte de la construcción. Hay una disfunción y lo estamos tratando de solucionar con éxito.

-Habla de ataque político, ¿por parte de quién?

-No lo sé, pero algunas críticas parecían más del ámbito político. El PP ha hecho bandera y C's también cogiendo esas críticas y amplificándolas. Han sido exageradas. Reconozco que hay una situación mejorable y trabajamos en ello. Y sobre el catálogo, es que nos hemos visto obligados a tramitarlo. El PP aprobó una suspensión de licencias que nos obligaba a hacerlo antes de un año. Fue una prioridad para evitar que decayera esa suspensión que afectaba a más de un centenar de edificios. Éramos conscientes de que no es sólo un catálogo de edificios, no sólo la parte cultural, patrimonial, también el patrimonio natural y el patrimonio paisajístico. La parte natural es la que ha generado más críticas. Nosotros planteamos a la conselleria si nos dejaban tramitar sólo la primera parte y nos dijeron que no, que debía ser completo. En la parte de medio natural, estás protegiendo determinados ámbitos, pero es que tenemos que hacerlo, es nuestra obligación. Y venimos de una desprotección total. Nosotros lo tenemos en nuestro pacto de gobierno, la reversión que evite la pérdida de nuestro patrimonio. El catálogo no clasifica suelo, sólo dice que hay entornos que hay que proteger y luego se trasladará al PGOU. Luego se volverá a revisar. Ahora ya se van a tener en cuenta muchas alegaciones que se han presentado para que sea compatible la protección del territorio con la actividad económica. Determinados ámbitos protegidos van a reducirse. Lo que no vamos a amparar son pelotazos especulativos.  

-¿Cuáles serán las claves concretas de ese nuevo Plan General y quién las decide: usted o los tres partidos socios?

-Hay unas líneas generales en el pacto de gobierno. Se habla de participación, sostenibilidad, respeto al patrimonio, oferta de nuevo suelo industrial... Completar la ciudad existente. Todo a la vista del diagnóstico de la situación actual, porque el anterior ya no es real. Elaboraremos una documento general que sirva para el debate y todo esto en coordinación con el Plan de Ciudad y el Plan de Inclusión Social. Los tres documentos deben ir en paralelo.

-Recientemente acaba de admitir que Ikea no debe esperar a que se apruebe ese Plan General pero que su proyecto sí debe encuadrarse en él, ¿cómo cree que debe encajarse, bajo qué fórmula?

-Una tienda de Ikea podría llegar ya a la ciudad en suelos ya urbanizados y clasificados. Eso está ahí. Ahora, si se presenta una propuesta privada, o de una agrupación de interés urbanístico para ordenar unos determinados terrenos al lado de la avenida de la Universidad, eso se analizaría y se estudiaría.

-¿Pero el tripartito o Guanyar han hablado o van a hablar con los propietarios del suelo de Rabasa para que se agrupen y presenten proyecto o, al menos, para averiguar qué pretenden hacer con ese suelo?

-Yo no he tenido ninguna reunión ni tengo previsión de tenerla. Yo sólo he dicho que esos suelos, los más próximos a la avenida de la Universidad, salvaguardando las protecciones de las lagunas, pueden tener una vocación terciaria. Es que yo no puedo decir mucho más. A partir de ahí, la iniciativa privada es libre de presentar propuestas. Nosotros estamos dispuestos a estudiarlas. Con carácter genérico estamos dispuestos a facilitar una tienda de Ikea en la ciudad. ¿Cómo? En una parcela ya existente ya urbanizada; en suelo no urbanizable como el del entorno de la Universidad, podría ser si se presentase la documentación pertinente... Tiene una tramitación larga porque es una reclasificación. Y eso tiene que formar parte del Plan General Estructural.

-Se han conocido algunas propuestas sobre Ikea de las que usted dice no haber sido informado, ¿cómo se lo explica?

-No lo sé. Yo he visto algunos planos pintados de colores. No sé. No tengo ningún conocimiento de esa propuesta. No sé de dónde surge. A día de hoy no tengo conocimiento oficial de nada. Afortunadamente se reculó de esa intención que se tenía de comprar incluso los terrenos o de una actuación similar a la que Pimesa está desarrollando en Elche. Aquí no tenemos una sociedad pública para urbanizar suelo. Es un tema del ámbito privado. Desde el ayuntamiento podemos determinar que haya una serie de usos terciarios, comercios, oficinas, y poco más. 

-¿Pero piensa que se le está ninguneando?

-No lo sé. Yo pienso que la Concejalía de Urbanismo, es clave. Si eso no se lleva adelante con Urbanismo, no puede prosperar.

-¿Lo que me dice es que al final Urbanismo tiene la última palabra?

-Urbanismo tiene un papel fundamental. Es la concejalía la que puede llevar adelante una propuesta de acuerdo para aprobar un planeamiento, un plan parcial, un programa de actuación integrada... Esto sale de Urbanismo, no sale de ninguna otra concejalía. Al final es la concejalía de Urbanismo la que propone. Ni me siento ninguneado ni me dejo de sentir, es que al final son responsabilidad mía ese tipo de cuestiones. Sí o sí.

"Ikea ha tenido muy mala pata. Ha entrado con mal pie, de la mano de determinados políticos y empresarios que realmente han arruinado su proyecto. Inicialmente había un proyecto que creo que estaba bien en el PAU 1 y que, de la noche a la mañana cambia de lugar, dentro del Plan Rabasa"

-¿Cree que el futuro del tripartito y el de Alicante pasan necesariamente por Ikea? 

-No, no le veo tanta importancia. No se hunde el mundo porque Alicante no tenga una tienda de Ikea. No es nada nuevo. En su momento, hace años, podía ser algo novedoso. Esto lo dicen también los comerciantes de la ciudad. No es que sea algo que diera mucho valor añadido a la ciudad de Alicante. No es una novedad. Pero, vamos, no estamos en contra. Lo que ocurre es que ha tenido muy mala pata, Ikea. Ha entrado con mal pie, de la mano de determinados políticos y empresarios que realmente han arruinado su proyecto. Inicialmente había un proyecto que creo que estaba bien en el PAU 1 y que, de la noche a la mañana cambia de lugar, dentro del Plan Rabasa. Alicante podía tener desde hace mucho tiempo una tienda de Ikea en el PAU 1, al lado de la Vía Parque, que ya estaría acabada. Pero determinados políticos y empresarios desviaron el proyecto de Ikea hacia la satisfacción de determinados intereses privados. ¿Que se dejaron llevar? Pues sí, imagino. Pero nosotros estamos abiertos a que si Ikea sigue interesada, que creo que sí, pues pueda llegar, al margen de cualquier sospecha de corrupción y con una forma transparente. 

-Horarios comerciales. Después de ver el consenso alcanzado en el consejo local de comercio con casi todas las asociaciones del sector a favor, ¿Guanyar seguiría votando en contra de la ZGAT de Maisonnave?

-Sí, claro. No fue unánime. Algunas asociaciones de comerciantes votaron en contra y los sindicatos, que formaban parte por primera vez del consejo, también, representando a los trabajadores del sector. Hubo una mayoría del consejo que respaldó esa ZGAT, pero nosotros seguimos defendiendo la última que se aprobó en el pleno [octubre de 2015], lo que ocurre es que el Consell estimó el recurso de El Corte Inglés cuando se podía haber contestado y haber ratificado esa delimitación que se aprobó. Es un tema complicado que no sabemos cómo va a parar. Nosotros seguimos manteniendo lo que figura en el pacto de gobierno.

-¿Considera que no se ha respetado?

-Bueno, cada uno tenemos nuestra opinión. Ahí figura lo que figura respecto a la zona de gran afluencia turística. Los criterios políticos cambian.

-El portavoz del PP aseguró en una entrevista concedida a este diario que el error había sido vincular la libertad horaria a una promesa política. ¿Está de acuerdo?

-No lo sé. Es un tema que está en el pacto de gobierno, además, a petición del PSOE. Nos pareció bien. En un momento dado, el PSOE tiene una opinión diferente y se le respaldó también por Compromís. Es legítimo, cambiar en política, los criterios... Nosotros entendemos que se debería de haber mantenido la postura inicial que se aprobó en el pleno, además con los votos de Ciudadanos. Con 21 votos a favor, una ZGAT vinculada al centro histórico y que está plenamente justificada por una serie de Bienes de Interés Cultural. El tema, además esta judicializado. No sabemos cómo va a acabar. Nosotros pensamos que es importante que los trabajadores puedan conciliar su vida laboral y familiar y no creemos que beneficie al pequeño comercio en general la apertura libre de las grandes superficies. Perjudica. A quien beneficia es a las grandes superficies. Pero hay unas directivas europeas, que tampoco nos gustan, que anteponen los beneficios económicos a cualquier otra cuestión. Es el marco legal que hay, habrá que trabajar para cambiarlo, también a nivel estatal. La última regulación es del PP y no tendría por qué existir.

-¿Va a pedir que su partido apoye en el Congreso la iniciativa que ha anunciado Compromís para derogar la obligación de contar con al menos una ZGAT?

-Nos parece una iniciativa positiva. Sí, lo haremos a través de Unidos Podemos.

-Ustedes han anunciado un acuerdo con Avant para desbloquear las obras del soterramiento para acelerar el parque central, tras su división en dos fases, pero parece que Adif aún no ha dado su visto bueno. ¿Hay alguna novedad al respecto?

-Ha habido traslado a Adif de lo que pretendemos hacer y en principio no lo ven mal. Tenemos que terminar de concretar. Avant está trabajando en terminar de delimitar esos dos sectores, uno de los cuales trataremos de desarrollar cuanto antes, sin tocar los parámetros de edificabilidad, y difiriendo en el tiempo el segundo sector, donde está encardinada la actual estación y que cogería los terrenos de la trinchera de vías. En principio, Adif no lo ve con malos ojos esa división en dos sectores para acelerar ese primer tramo, que cogería gran parte de Alipark. 

-¿Qué cree que va a pasar con las obras irregulares ejecutadas en el Rico Pérez?

-No lo sé. Es un expediente que sigue su curso. Serán los técnicos del servicio de disciplina urbanística los que determinen. No tenemos ninguna idea preconcebida al respecto. Se constata que se han hecho obras sin licencia, de las obras que se han hecho no había constancia de proyectos, que no se ha pagado el ICIO por esas obras... Todo eso se tendrá que resolver y subsanar de alguna manera. La ley tiene que ser igual para todos, te llames como te llames. Se actuará de la misma manera que en otros casos similares, aunque tengan menos entidad. Pero no sé finalmente lo que los técnicos resolverán. 

-¿Cree que la polémica por la contaminación por el movimiento de graneles en el Puerto ya está en vías de solución con la autorización autonómica concedida?

-Hay una parte que sí, en la que estamos en sintonía con esa autorización. La exposición de motivos es modélica. Y uno de los puntos es lapidario porque impone la nave cerrada en depresión para el desarrollo de la actividad. Pero luego hay otro punto en el que se abre la puerta a cuestionar esa obligación de naves cerradas en base a una serie de mediciones a lo largo de un año completo. Eso no lo termino de entender. O se impone o no. Pero es la autorización que se ha otorgado. Es un paso positivo porque la actividad se estaba desarrollando sin ningún tipo de autorización. Las naves cerradas creo que son la solución. Si no vamos a tener esta polémica instalada durante años. Habrá unas mediciones y unas contramediciones que aporten los vecinos... no se puede vivir en esta situación. Delante de donde se manipulan graneles se van a construir 600 viviendas, en Benalúa Sur... las protestas van a ir a más y lo que realmente adapta esa actividad a la realidad de la ciudad es lo que la conselleria ha impuesto, teóricamente. Que no se lo ha inventado. Ya lo propuso la anterior consellera de Medio Ambiente cuando en el ayuntamiento se tramitaron las licencias ambientales que finalmente se archivaron. Y está en el plan de mejora de calidad del aire de l'Alacantí. Espero que finalmente se construyan esas naves.

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