Recientemente oímos unas declaraciones de la diputada de Podemos, Carolina Bescansa, que causaron gran revuelo. Según ella, “Si solo votaran los menores de 45 años, Pablo Iglesias sería el presidente de España”.
Estas palabras me llamaron poderosamente la atención. Algunos las han interpretado como una falta de respeto hacia los mayores y su legítima opinión. Pero yo no quiero entrar en este debate, del que ya se ha hablado bastante.
Lo que a mi realmente me interesa es responder a dos preguntas: ¿Tiene razón? y ¿Por qué?
Bueno, realmente ni Bescansa ni nadie podemos saberlo. Los votos en España (y en cualquier democracias que se precie) son secretos. Es imposible saber que eligieron los mayores o jóvenes.
Aún en el improbable caso de que todos los votantes de un mismo colegio electoral fueran de la misma generación (quizás en algún pequeño pueblo de la España profunda), el número de electores sería tan reducido que resultaría inviable para sacar conclusiones válidas.
Debemos fiarnos pues de sondeos. Si atendemos al último barómetro del CIS, los datos dan la razón parcialmente a Bescansa. Efectivamente, entre los menores de 45 años la primera preferencia política es Podemos. No obstante, la diferencia con el resto es tan pequeña que probablemente seguiríamos en una situación de similar bloqueo.
Y esto me lleva a mi segunda pregunta. ¿Por qué ocurre así? Bien, si observamos otros países de Europa, la tendencia se repite. Las personas mayores tienden a votar a la derecha, y las jóvenes hacia la izquierda.
Pero entonces, ¿significa que dentro de 20 años arrasará la izquierda? La historia y los ejemplos europeos me inclinan a pensar que no.
Más bien, la gente tendemos a evolucionar hacia posiciones conservadoras en nuestra vida. Tiene su lógica. De jóvenes no tenemos aún trabajo, sentimos que la sociedad no nos valora, y queremos cambio.
Cuando al fin tenemos nuestra vida arreglada (cada vez más tarde en España) queremos conservar esta estabilidad. Aquí entran en juego otras preocupaciones que antes ni nos planteábamos. Nuestro antes odiado ‘establishment’ ya incluso nos parece más tolerable. Votaremos pues a una opción más conservadora.
Por poner un ejemplo. Siempre se ha dicho en Galicia que tras fallecer Fraga, mandaría la izquierda. Pero nada más lejos. Feijoo ha acabado heredando sus mayorías absolutas.
Igual pienso que ocurrirá en España. Puede desaparecer incluso el PP (como ya le pasó a UCD o AP) pero siempre habrá un partido de derechas que esté en el gobierno o sea el principal de la oposición.