Recientemente hemos visto en redes sociales cómo María Jesús Montero, ministra de hacienda, afirmaba desde la tribuna de oradores del Congreso de los Diputados que la educación pública en España es gracias a Felipe González. Después de esta afirmación se escucharon sonadas carcajadas en la bancada de Vox. La ministra, sorprendida, lo reiteró. Con repetición de risas. Puede ver este vídeo en YouTube, lo difundió Europa Press, no es una invención ni una noticia falsa. La cara de sorpresa de la ministra es un poema, argumentando ignorancia de los diputados de la ultraderecha que al parecer – porque no se ve - habían afirmado antes que había sido Franco quien había impulsado la enseñanza pública en España.
No pretendo corregir ni unos ni a otros porque es de suponer que saben lo que dicen, aunque a veces confunde cómo lo dicen, permítame esta ironía. Pero no tienen la razón ni uno ni otro. Recuerde la fecha de 1857, nada menos, luego verá por qué. Ahora se lo explico. Viendo esta escena en YouTube era obvio que la ministra se equivocaba o se confundía, quédese con lo que más le guste. Es bueno recurrir a las fuentes para corroborarlo y es lo que hago.
Tampoco niego que Franco hizo cosas buenas, que seguro que las hizo. Lea la biografía de Paul Preston, ahí les cuenta todo, lo bueno y lo malo. Tampoco se lo niego a Felipe González, para mí es uno de los mejores presidentes de Gobierno que ha tenido España desde el cambio de régimen de la dictadura franquista a la democracia. Pero no todo lo que se dice que hizo lo hizo en realidad. Lea si no "Un tal González", de Sergio del Molino, en el que igual lo critica que lo alaba. Narra sobre González desde que tomó las riendas del PSOE en Suresnes. Por cierto, menciona también su liderazgo durante la transición española, olvidándose de uno de sus mayores protagonistas: el rey Juan Carlos, quien cedió sus poderes absolutos y colaboró en muchas más cosa, para que en España hubiera una democracia plena. Quizá no sea muy popular ahora mencionar a D. Juan Carlos, pero hay que ser objetivo y realista con la verdad, si no se corre el riesgo de manipular la historia a su antojo.
Pero permita que vuelva con la enseñanza pública en España. Tirando de archivo y de hemeroteca, le diré que ya en el articulado de la Constitución española de 1812, concretamente en el Título IX, trataba de la instrucción pública. Las Cortes de Cádiz encargaron a una Junta, presidida por Manuel José Quintana, la redacción de un reglamento para la organización de la Instrucción Pública en España. Este se presentó el 9 de septiembre de 1813 en el que se manifestaba que "la instrucción debe ser universal, uniforme para todos los estudios, pública, gratuita y con libertad de elección de aprender". Esto se plasmó en 1821 en el Reglamento General de la Instrucción Pública, siendo el primer texto legal en materia educativa en la nación española. No se llevó todo a cabo, pero fue el comienzo de lo que vino después, además de legislar sobre los maestros o la inspección.
Se dio un paso trascendental en este asunto con la Ley Moyano, ministro de fomento durante el reinado de Isabel II. Esta importante ley se consiguió gracias al acuerdo de consenso entre liberales y moderados para poner en práctica la instrucción pública. Esto se plasmó en la Ley de Bases de 9 de septiembre de 1857. ¿Se acuerda de que le nombraba este año al principio de esta crónica? En esta ley se reconocía la libertad de enseñanza, que la enseñanza primaria era obligatoria para todos los españoles y gratuita para quien no pudiera pagarla.
Cabe destacar que, desde esta Ley de Bases hasta la Ley General de Educación de 1970 durante el franquismo, no había habido en España otra Ley General de Instrucción Básica, según manifiesta Higinio Mora Rodríguez en su artículo "El precedente ilustrado en los modelos educativos de los siglos XIX y XX" publicado en Canelobre nº 55 que edita la Diputación de Alicante a través del Instituto Juan Gil Albert, revista a la que he consultado para relatarle este asunto.
¿Qué pasó en Alicante en ese largo periodo? Muchas cosas. Vea. Se fue desarrollando el espíritu de la Constitución de 1812. Con la sensibilidad que la enseñanza primaria fuera obligatoria y pública también se sensibilizaron acciones para edades superiores. Así se fueron creando institutos de enseñanza segundaria a partir de 1835. El de Alicante fue creado por Real Decreto de 5 de agosto de 1845. ¿Sabe dónde se instaló por primera vez? Le va a sorprender. Inició sus clases en la casa de "la Asegurada" entre 1845-1846. En el mismo edificio que el actual Museo de Arte Contemporáneo de Alicante (MACA).
El primer Ministerio de Instrucción Pública se creó por Real decreto el 18 de abril de 1900, siendo Alfonso XIII Rey de España. Su principal propósito era la escolarización de todos los niños en edad escolar. El alicantino Rafael Altamira fue nombrado para este fin director general de Primera Enseñanza en 1911. Aunque no había recursos para todos. Altamira solicitó al ministerio 20 millones de pesetas para realizar su programa de actuaciones y le dieron tan sólo ochocientas mil. También es en 1900 cuando el Estado asume - por medio de un Real Decreto - el pago de los sueldos de los maestros. Antes cobraban de los ayuntamientos, el que cobraba. Hay literatura al respecto. Se acordará de aquel refrán que dice que "pasa más hambre que un maestro de escuela". Ya sabe por qué. Poco sueldo y solo lo cobraba a veces. Hasta que se produjo este cambio.
A principios del siglo XX en Alicante había 20 escuelas nacionales entre las que destacaban el Colegio Francés, Jesús María, Escuela Modelo, Maristas, Agustinos, Salesianos, Franciscanos, Teresianas, Jesuitas…
Por su parte, la Constitución republicana de 1931 establecía que la escuela es unificada, gratuita y obligatoria. Nada nuevo en cuanto a la enseñanza primaria obligatoria. A su vez, prohibía la enseñanza religiosa. Inmediatamente después de la proclamación de la II República el 14 abril de 1931, es nombrado Lorenzo Carbonell alcalde de Alicante el 16 de abril. No pudo impedir que un mes después, republicanos exaltados quemaran conventos, iglesias y los colegios de los Hermanos Maristas, Jesús María, Jesuitas… Por esta razón cerraron los colegios y sus alumnos se quedaron sin escuela. En 1934 en Alicante había 70 escuelas municipales escolarizando solo al 33 % de la población en edad escolar, según datos de José García Álvarez. Para paliar esta situación se proyectó la construcción de colegios en Benalúa, San Blas y en el barrio de Los Ángeles. En esto se empeñó el socialista alicantino Rodolfo Llopis al ser nombrado director general de Primera Enseñanza.
Con el franquismo se rechazan los planes de estudios republicanos, la iglesia católica volvió a tomar protagonismo con la enseñanza primaria y segundaria. La Ley de Enseñanza Primaria de 1945 es reformada en 1967 destacando que la enseñanza es obligatoria para todos los españoles de 6 a 14 años y gratuita en esas edades. El 4 de agosto de 1970 se aprueba la Ley General de Educación y Financiamiento de la Reforma Educativa, en la que se establece la gratuidad y escolaridad de los niños y adolescentes de edad de 6 a 14 años, incluso se amplía a los 16 años al obligar a cursar la Formación Profesional de Primer Grado para los que no hagan Bachillerato.
Al inicio de la transición democrática (1976), en Alicante la población en edad escolar obligatoria (entre 6 y 14 años) estaba escolarizada en su totalidad.
Mucho se legisló antaño sobre modelos educativos y se sigue legislando ahora desde la Constitución de 1978.
Queda claro que lo que dijo la ministra fue una confusión en su afán de informar a sus señorías en su acaloramiento fruto del debate. Si el cronista Luís Carandell levantara la cabeza seguro que la hubiera incluido en su colección de anécdotas del parlamentarismo español, porque lo merece.