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el sur del sur / OPINIÓN

¿Nadie pensó en Tempe?

13/01/2019 - 

Al poco de iniciar el mandato que ahora acaba, la Diputación de Alicante, de la mano de César Sánchez y, con Mariano Rajoy todavía en la Moncloa, y García Margallo intentando ganar puntos electorales, lanzó la idea de crear una zona franca portuaria en los alrededores de Alicante, primero, y después, en Elche.

La idea nació con entusiasmo. Ineca recogió el guante, se implicó, se encargaron unos estudios y se hizo todo lo que se pudo políticamente: sentar a los responsables de Alicante y Elche en una misma mesa, y a casi todas las administraciones porque, todo hay que decirlo, ni la Generalitat Valenciana ni el Gobierno central nunca secundaron ese entusiasmo político.

Siempre se buscó atraer una industria que ejerciera de tractora y generara una especie de hub industrial alrededor de esa empresa motriz y unas empresas auxiliares que prestaran de apoyo necesario. Incluso, se buscaron inversiones: los contactos con la Cámara de Shenzem, de China, sirvieron para mostrar que la provincia tenía proyectos, algunos más maduros que otros -como el Campus Tecnológico de Elche- y otros muy verdes -como el ansiado tren de la costa-.

Ese voluntarismo -y puerilismo político, y patronal-, fruto de la fragmentación política y empresarial- de querer hacer cosas para ganarse la admiración y los apoyos (de forma fulgurante) del resto demostró varias cosas: Elche y Alicante tienen realidades diferentes; nadie se pone de acuerdo con el vecino para reivindicar ni siquiera lo necesario -el tren de cercanías y su conexión con el aeropuerto es la prueba- y que buscar y atraer una gran inversión necesita de voluntad política, y determinación por por parte del inversión -el caso de Intu en Paterna sería el caso, aunque con todos los matices que pueda tener el proyecto, como en su día lo tenía la llegada de Ikea a Alicante-. En resumidas cuentas, que quién tuvo la iniciativa propugnó un consenso que no tenía ni en los suyos, y que jamás -o muy pocas veces- había practicado porque las mayorías absolutas no se lo exigieron.

Ahora bien, a raíz de lo ocurrido este viernes en la Autoridad Portuaria de València, la pregunta creo que es obvia, ¿a nadie se le ocurrió pensar en Tempe? No creo que esa adquisición por parte de la empresa que comparten el ilicitano Vicente García y Amancio Ortega cambie muchos sus planes en la ciudad de Elche: en estos momentos, hay una ampliación de las instalaciones en marcha y una ampliación del parque empresarial proyectada. Eso,el suelo de Sagunt, les ofrece una nueva posibilidad que no tiene Elche. Y digo yo, ¿al cabeza pensante de la zona franca no le ocurrió visitar las instalaciones de Tempe y ofrecer el proyecto a sus responsables? Por tamaño es una empresa que reunía las condiciones y lo que hace en Elche y hará en Parc Sagunt es al fin y al cabo distribuir toda la producción de Inditex de Asia por Europa y otros puntos del mundo.

Pues eso, una oportunidad perdida, que viene a poner de relevancia que estas decisiones y acciones requieren consenso -de todos-, voluntad y mucha planificación. Que los golpes de gracia de este tipo no son fáciles, pero a veces también demuestran que hay conocer lo que se tiene en casa: conocer el terreno, pisar la realidad, salir del despacho. Pulular por las patronales no suele aportar rédito económico: los empresarios de ese tipo están al pie de cañón y lo que no quieren es la notoriedad que busca el político.

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