MUTXAMEL. El patrimonio público de Mutxamel cuenta con una adquisición más: l'Hort de Ferraz. La ceremonia de la firma llevada a cabo en el hall, ha contado con la presencia de algunos miembros de la corporación municipal, de varios vecinos que han querido presenciar este momento histórico y representantes de la administración.
El momento más emotivo se ha vivido cuando el alcalde, Rafael García Berenguer, acompañado por Ángel Gambín Pallares, representante de la familia, ha firmado la compra del BIC, bajo la supervisión del notario Manuel Gancedo Torrego. El primer edil ya manifestó la "oportunidad histórica que suponía la compra del conjunto de la Casa Ferraz y que no hacerlo habría sido un error", y hoy “ha querido dar las gracias a la familia por permitir que este conjunto histórico se quede en manos de Mutxamel”. Al mismo tiempo, ha agradecido todo el trabajo realizado por los empleados y las empleadas municipales para la consecución de esta firma.
Por parte de la familia, Ángel Gambín ha tenido palabras de agradecimiento hacia el Ayuntamiento y hacia el municipio, mostrando su deseo de que l'Hort de Ferraz sea un punto histórico de encuentro y disfrute de la población de Mutxamel.
La adquisición se ha llevado a cabo por 2,5 millones de euros procedente de los superávits que tiene ahorrado el Ayuntamiento y fue aprobada en pleno del pasado mes de septiembre. La formalización de hoy es el resultado de años de trabajos y negociaciones con los antiguos propietarios, Antonio Mira Llinares y Lena Hegi Maal Jackson.
El ejecutivo ha manifestado que el uso que se prevé dar al conjunto histórico es el de museo etnográfico y archivo histórico. Al mismo tiempo, se pretende realizar un estudio de carácter histórico de todo el patrimonio, que nos permitirá conocer aun más sobre la historia de nuestro municipio. Cabe resaltar que la finca incluye la torre medieval, la casa y sus jardines.
La Torre Ferraz fue construida en el conjunto del casco urbano, seguramente para la protección de quienes habitaban la casa contigua que hoy, debido a su aumento de ocupación en superficie, la rodea en su integridad, dejando visible parcialmente la parte superior del volumen. Se trata de una construcción de planta cuadrada y de volumen prismático, distribuido en su interior en tres plantas comunicadas por una escalera de caracol. Los muros son de sillería en toda la superficie.
Existen ventanas de pequeña superficie, sobre todo en la fachada sur que debió ser exenta; a esta observación contribuye la existencia de una gárgola para el desagüe de la cubierta. Una ligera moldura clasicista remata la edificación. Esta solución permite situar la época de construcción en el siglo XVI, pese a esta apreciación se ignora por falta de documentación la época concreta de su realización.