No saben la tranquilidad que sentí ayer al ver la exhumación y posterior inhumación de los restos de Franco por televisión. En ese momento noté, como si se tratara de una epifanía, que los problemas de España ya se habían solucionado por fin. Fue un momento de especial felicidad, diría yo. Y es que cuando vi al abogado de los Franco, Luis Felipe Utrera-Molina, él que desde su juventud era posiblemente el más franquista de los ahí presentes, compañero mío de ICADE para más señas, acompañando a la familia a recoger los restos del difunto al Valle de los Caídos, lo supe. Ya podemos respirar tranquilos. Todo solucionado. No tenemos que preocuparnos más ni del problema catalán, ni del paro, ni de si en nuestros hogares llegamos o no a final de mes. Por cierto, que fue un acto de una intimidad y una discreción acordes con lo prometido por el Gobierno, con esos 500 periodistas de todo el mundo acreditados para el evento, cuya retransmisión, total, sólo abarcó la primera media hora del telediario de las 15:00 de TVE, con intervención en directo de Pedro Sánchez además, para rematar la faena. Habiendo tenido lugar a pocos días de las Elecciones Generales, el programa del día de ayer de la televisión pública se convirtió en un acto electoral propagandístico sin precedentes. Yo no digo que no se hiciera, pero no me parecieron oportunos ni el momento ni el modo.
En su discurso televisado Sánchez dijo, entre otras cosas, que hemos pasado de un país machista en la época de Franco a un país feminista. Y no es por acusar, como diría mi tía Daniela, pero una imagen vale más que mil palabras. En estos días precisamente me he detenido a ver algunas fotos de mesas redondas, de reuniones empresariales varias con presidentes de patronales, presidentes de asociaciones, alcaldes, varios CEO de empresas relevantes y yo qué sé cuántos cargos más de nuestra provincia. Sólo se ven hombres. Hombres y ni una mujer. Y conste que nada que objetar a los hombres, pero una cosa es una cosa y otra es de lo que hablo.
Considero que se ha avanzado, pero no tanto como se podría, a lo largo de estos 44 años de era posterior a Franco. De hecho, algunas mujeres todavía aún miran con óptica claramente machista a otras mujeres. Les pongo un ejemplo. En la interesante jornada organizada en el Distrito Digital por este diario el pasado martes se me acercó una señora a preguntarme si yo era la secretaria de Carolina (entiendo que se refería a la consellera de Innovación, Carolina Pascual) y le contesté con el gélido no. Me molestó, porque pienso que una pregunta así no se la habrían hecho a un caballero. La verdad es que me quedé con las ganas de haberle soltado una fresca, de ésas que mi auto proclamado director comercial dice que lanzo cuando no filtro. Pero no lo puedo evitar. No puedo evitar que me parezca que hay ya demasiada palabrería con el tema de la mujer. Me pregunto dónde están las representantes de las féminas en estos momentos, porque claramente escasean. Hay demasiadas reuniones de alto nivel sin mujeres en Alicante y provincia. Muchas mujeres están más que preparadas, pero aun así no llegan a puestos de responsabilidad. Algunas por unos motivos y otras por otros. De todas formas, no podemos echarle la culpa de esta realidad sólo al otro sexo, aunque sea lo más socorrido. Muchas no llegan porque no quieren, no les interesa, o bien tienen otras prioridades. Y algunas no llegan porque no encuentran quien les dé la mano para poder alcanzar los puestos de más visibilidad, o porque no dan abasto haciendo malabares entre el trabajo, la familia y la casa.
Antes yo estaba en contra de lo de la cuota femenina, pero cada vez me veo más convencida de que las mujeres hemos de reclamar el espacio que nos corresponde en los lugares donde se toman las decisiones importantes, aunque sea de manera inicialmente un poco forzada. Se trata de una cuestión de visibilidad. Tal vez así consigamos que algunas de dichas decisiones se tomen con la valiosa aportación del punto de vista femenino. En este sentido, me congratulo y quiero compartir con ustedes la alegría de que Maite Antón, economista, gerente de Publicidad Antón y contertulia de Mesa y Mantel además, vaya a ser nombrada en el día de hoy presidenta de la Asociación de la Empresa Familiar de la Provincia de Alicante. Enhorabuena, Maite.