Gabriel Echávarri debe dimitir. Lo merece su propia dignidad, la del PSPV y la de los alicantinos. Puede que no se lo haya llevado crudo. Seguro. Pero la tensión emocional provocada por su carácter, soberbia, errores administrativos y -lo que es peor- políticos, junto a la alta exigencia ética socialista, le sitúan en una situación inaceptable. Es hora de acudir no a la ley ni al reglamento, sino al decoro y a la coherencia. La única salida es la grandeza de la humildad. Para salvar la clave, la alianza del Botànic. El PP no se merece volver al poder. Luis Barcala es un espermatozoide perdido, el micrófono oculto soviético de la era del saqueo popular de Sonia Castedo. Miguel Ángel Pavón no será nunca Xi Jinping. El resto de la oposición se empeña en seguir siendo estéril. La llave de la gobernabilidad la tiene Ciudadanos, que aquí no es nadie. Habrá que llamar a Barcelona. Es urgente encontrar una salida honorable. Razón, orientación, servicio. Tenemos derecho a respirar.
Mariano Rajoy ya es “el problema” del Partido Popular. Esta semana no ha sabido leer España ni a las españolas y ha dejado con el culo al aire –Albert Rivera también ha rectificado- a su tropa desnuda ante lo evidente: las mujeres están construyendo, son la nueva realidad. El malestar entre los notables y los barones populares -preocupados por sus elecciones autonómicas y municipales- está derivando en conspiración. El remate de este descontento ha sido la visita del presidente a València para asistir al auto-homenaje que se ha preparado -con minuciosidad y cariño narcisista- Esteban González Pons para decirle un adiós definitivo al avispero de su posible candidatura al cap i casal. Ha sido quien le ha hecho ver a Rajoy que tiene -debe- que ponerse el lazo morado ante el resto de -la derecha- Europa. Y preparó la foto. Con Dolores De Cospedal. Dejando fuera no a César Sánchez ni a Isabel Bonig , sino a la mismísima Soraya SDSM. Pánico en las redacciones del régimen. Mariano, aturdido por la sacudida feminista, vino y despreció, otra vez más, a los valencianos. Y no acertó a acudir a la mascletà. Víctima del síndrome auto-culpable Rita Barberá. Rajoy ha abandonado al Partido Popular. Es una estatua de sal tras el desierto semienterrado de los García Margallo. Feijoo es la crema en la espalda del narco. Vanidades.
Zaplana ha sido el mejor en eso. Quiero decir que otro ataquito más de Paco Camps y del resto del viejo orden mundial de sus illuminatti -ave maría purísima- y empezará a correr más sangre todavía. Queridas niñas: Dios creo a Adán y Eva y luego, Zaplana -desde el Mirage- creó Tierra Mítica y, entonces, Caín y Abel y bla bla blá... Así que uno lee las magníficas crónicas que hacen Merche Gallego y Loreto Ochando y siente un escalofrío -no por cómo va vestido su Camps jr. y lo de la tortilla de patata y por lo de sólo sé que no sé nada ni yo ni el Papa Benedicto ni los atizantes y lo de los miles de váteres, las pantallas, las vedettes y tal- sino por el silencio espeso de Juan Cotino. Que es el espejo en el que todos nos miramos. La cabeza de caballo. 43 muertos 0 responsables. Crematorio.
Terrible. La mara Salvatrucha. Bonig y Eva Ortiz -en pleno subidón hembrista de la tallada de la corda del bou embolat- han convertido les Corts Valencianes en una caza a cuchillo de jabalíes. Jaula de gritos. Y eso que no tengo nada en contra, que mi abuela Elvirín Rozalén era verdulera en el mercat de Sant Sebastià. Y no odiaba el valencià, como Marta Martín, la Marilyn Manson del Cs alicantino. La culpa, hay que aclararlo todo, es de Enric Morera que tampoco ya no es ni de este mundo ni está en Compromís. Y que hasta ha sido incapaz de protestar porque el PP del Senado llame a declarar a Mónica Oltra, el viernes que viene, en su primer día de Fallera Major de la Comisión Ángel del Álcazar. No, tranquilos, no se plantará en la Cámara Alta con todo l’espolí. Quizás con el moño.
Bonig, en un ataque de bondad, se le escapó en el hemiciclo el tabú: lo del adelanto de las elecciones. Una vez que Rajoy no ha aprovechado la salida de De Guindos para hacer una remodelación política, sino un homenaje a Forges con el nombramiento de Ramón Escolano, toda la derecha económica, mediática y tal carpetovónica anda a “lechess” para ver cómo se extorsiona al presidente - él no puede ser el candidato- para que convoque -el presupuesto no saldrá porque el PNV no puede pasar por encima del 155 català- elecciones junto a las locales y europeas del 2019. Bonig sabe que si Ximo Puig se adelanta a MR y convoca antes, valencianizando las elecciones, está perdida. Tampoco IB es la candidata, no tiene tropa y las encuestas dan aquí Ciudadanos: Toni Cantó. Sexting. Sí, el que ama a Camps por los contratos que le dio en VEO (València Escena Oberta), por los de visionario youtuber, por los de presentador de cámara oculta en Canal 9, por los cuentecitos de bomberos apaga incendios forestales… Paco, mi amol... Como dijo el otro día el cura párroco de Xàbia; “si no sale la madre, no sale el hijo”. El Nazareno y la Dolorosa. La Pasión. Amén.
Eduard Aguilar -la cultura aquí en Alicante Plaza- me llama para decirme que hay que leer la novela La vida dins dels ulls de Carles Cortés. Una reflexión intelectual sobre la búsqueda de la identidad. Una escritura preciosa, encisadora. Marc Pallarés, de Podemos, se postula para el Consell Valencià de Cultura. Hay que estar atentos a la intensa actividad de mecenazgo cultural de Joaquín Arias, del grupo Vectalia, alentado por el impulso, por esa máquina imparable que es Ezequiel Moltó. Mavi Mestre rompe el cristal, 500 años después, en la Universitat de València. Noam Chomski abandona el MIT y se va a Arizona. Templos para la creación. Desde el Teatro Principal Francesc Sanguino nos demuestra que desde la excelencia se puede producir cultura con efectos colaterales efervescentes. Los flamencos han tomado l’Albufera de València. Como los caballos paleolíticos de Pedreguer. Escucho las noticias d’À Punt Mèdia. La primavera empieza a estallarnos.