ALICANTE. La vida desnuda es el cuarto libro de la periodista y escritora Mónica Carrillo (Elche, 1976) y es el texto con el que se ha impuesto a sus 217 competidores del Premio Azorín de Novela 2020 que entregaban este jueves la Diputación de Alicante y el Grupo Planeta. Un certamen al que se presentaban autores de todo el mundo. Sin embargo, el galardón se quedaba doblemente en casa ya que lo conseguía una alicantina que publica con la Editorial Planeta.
Así, con este libro que es su tercera novela, debutaba en los certámenes literarios. Un intento le ha valido para conquistar a un jurado de tal calibre. "Casi siempre seguimos la misma tónica: nos vamos ciñendo al texto que parece que a todos nos gusta y, después de la discusión, se ve la luz... pero en este caso su novela deslumbraba ella sola, a pesar de que había otras muy buenas", afirmó el portavoz del jurado. A ella todavía le cuesta creerse que ha pasado al lado protagonista. El de las creadoras que reciben premios por su talento. Las preguntas ya no las hace ella como perioista, sino que las responde.
Justo hace un año era Mónica Carrillo quien presentaba esta misma gala de la edición anterior, en la que Joaquín Camps se alzaba con el premio. Un momento en el que se encontraba a medias con este libro y en el que sintió, por primera vez, el gusanillo de someterse al criterio de los más expertos, cuando pensó: "qué bien sentirte recompensado". Se encontraba en plena vorágine creativa, ya que no había terminado la novela, pero fue entonces cuando empezó a fraguar la idea de que podría presentarse una vez acabase.
"Ahora estoy gratamente sorprendida; estoy muy emocionada de ser profeta en mi tierra", confiesa orgullosa. Eso sí, siente que, jugar en casa, impone más respeto si cabe. "Es un premio muy prestigioso que han obtenido otros grandes autores y con esto siento una gran responsabilidad", afirma, al tiempo que, ante los nervios e incertidumbre que le suscita esta nueva experiencia para ella, aprovecha para darse ánimos y desear que sea el inicio de un "recorrido feliz y emocionante".
Es un ejemplo de mujer con talento que consigue llegar lejos, aunque todavía le quede camino por recorrer. Un referente perfecto en plena conmemoración del 8 de marzo, Día de la Mujer Trabajadora. "Me considero feminista; todavía hay que dar pasos para que la igualdad de condiciones sea real, pero debemos de trabajar unidos", explica. Una tarea para la que considera "muy importante que, en estos días reivindicativos, veamos que también hay hombres que piensan como nosotras y que apoyan esta idea de conseguir un mundo más igualitario y una sociedad mejor".
Lo vive de cerca. "En mi entorno hay muy pocas mujeres directoras de medios de comunicación; debería haber más", sentencia. En las artes, por ejemplo, echa de menos que haya más mujeres guionistas, escritoras o directoras, de la misma forma que hay hombres. "Yo no soy política y no sé qué medida es la adecuada para conseguirlo, pero lo que sí es cierto es que cuando se deja todo simplemente en manos del sentido común, al final ‘casualmente’ acaba habiendo una mayoría de hombres en las selecciones, generando desequilibrio, quizá porque hay mayoría de hombres en los puestos directivos e influyentes".
En esta novela premiada, Mónica Carrillo sitúa en el centro de la trama a una mujer, Gala, que es la protagonista. Sin embargo, habrá otro personaje femenino al que no habrá que perder de vista y es su tía Júlia. La vida desnuda cuenta la historia del trascendental viaje que emprende la joven Gala para llevar a cabo una dramática despedida. Un viaje que desde el principio parece trascendente, ya que se acude a despedir a su abuela enferma, pero que le dará pie a que sucedan todavía más cosas de las que espera. Situaciones y conversaciones que irán revelando distintos secretos familiares que ni imaginaba.
"Siempre me ha gustado una frase de Gabriel García Márquez que decía que todos tenemos una vida pública, una privada y otra secreta", recuerda Carrillo. Cita que le sirve como punto de partida para ir creando esas tres capas de la intimidad de sus personajes. Y es que, si hay algo que pueda unirnos a todos es que todo el mundo tiene secretos, sean confesables o no, así que sumergirse en ese mundo le pareció tremendamente interesante. "Todos tenemos cosas que no se pueden contar o hemos sido el secreto de alguien", apunta.
De esta forma, la protagonista va descubriendo de manera sorpresiva las vidas de sus familiares que han estado ocultas y va despojándoles de esas pieles, pero también descubriéndose a ella misma en un viaje interior. Un recorrido vital del que no va a salir indemne. "Gala aprende sobre muchas cuestiones que tratan de sentimientos y emociones, incluso del amor; temas sobre los que tenía prejuicios o que tenía desdibujados", explica la autora. Conocerá de verdad a quien pensaba que ya conocía, como sus padres y su hermano.
Por otro lado, en un papel muy destacado se encuentra la tía Júlia, a quien la joven recordaba. Sin embargo, le sorprende con una vida desconocida, ya no paralela. "Gala pensaba que conociendo su vida privada podría conocerla bien, pero no es así; hay que conocer los secretos de alguien para conocer realmente a esa persona", describe. Un personaje que, reconoce, ha sido su gran sorpresa. "No estaba previsto que creciera tanto; el personaje protagonista es Gala, pero la tía Júlia es como el sol sobre el que rota", destaca, e incluso se emociona incluso pensando en ella. "La dejé crecer y se me fue de las manos; me daba igual que no fuera la protagonista", confiesa.
Como alicantina que es, conocedora de la Costa Blanca, lugar de inspiración para ella, este entorno es fácilmente identificable en su novela. "Aquí vengo a escribir, así que eso me influye y por tanto hay muchas referencias que incluyo en la historia, aunque concretamente no menciono ninguna", señala. Así es el lugar es más incierto y da pie a la imaginación. Y aunque muchos son los ingredientes, Mónica Carrillo no sabría o más bien no querría elegir a un público concreto al que la novela va dirigida. "No etiqueto a los lectores porque a mí, por ejemplo, me gustan todo tipo de géneros".
De la misma forma, no le gusta que le etiqueten a ella. "No quiero elegir entre ser periodista o escritora; me siento muy periodista y estoy cómoda a ese lado, pero no me gusta que me etiqueten porque también puedo hacer otras cosas y me gusta ponerme retos como la literatura, que fue para mí un gran reto que ahora puede cohabitar en mí", explica. Pero si algo caracteriza a este libro es que se trata de "una novela emocional con una trama en la que te puedes sentir identificado con varios de los personajes y en muchos momentos; donde puedes reconocerte en el otro lado". Un texto para los lectores que sientan curiosidad porque, ¿quién no guarda algún secreto?
Mónica Carrillo se considera una mujer "polifacética… o compleja, según se mire". Algo que también se puede ver en este libro. Y es que, como bien dice, se ha ido dejando un poquito de ella misma en cada personaje. De hecho, releyéndolo ha llegado a emocionarse con algunos fragmentos. "Te puedes autoconocer, pero en estos ejercicios literarios uno se autodescubre, independientemente de lo que hable en su libro". Reconoce que cuando se pone a escribir, se le va de las manos. "Uno se va redescubriendo en ese imaginario que se va creando cuando tienes todos los sentidos atentos para inspirarte en el momento del proceso creativo".