SED BUEN@S Y LEED A LA SOMBRA 

Miscelánea II: Auster, Jeffries, Sims, Willis, Sunstein y Gaiman (cajón desastre)

24/08/2018 - 

ALCIANTE. Desde hace mucho tiempo, tanto que no recuerdo dónde se encuentra el disparador original de esta manía, que rotulo la cubierta de las libretas con la palabra Miscelánea, que en cada disco de memoria  (interna, externa, flash, usb, creo que hasta en discos de 3’5’’ y de 5’15’’ lo llegué a hacer) creo una carpeta con el nombre Miscelánea, con sus correspondientes subcarpetas: Miscelánea_1, Miscelánea_2, y toda la secuencia tendente a infinito. Si algún día se me presenta la oportunidad de publicar un volumen de pensamientos y sentencias, con seguridad contendrá en su título la palabra Miscelánea. Y puede que no haya entendido yo nunca del todo el significado último del concepto, esa primera acepción que reza: “Mezcla, unión de unas cosas con otras”; incluso la segunda: “Obra o escrito en que se tratan muchas materias inconexas y mezcladas”. Mis misceláneas son más bien batiburrillos, cajones de sastre que a menudo acaban siendo cajones desastre donde difícilmente se puede organizar una batida de búsqueda.

Y sin duda ha sido el desastre de la vida cotidiana el que nos ha ido arrinconando en la estantería de lectura misceláneas una serie de títulos jugosos que nos llaman con voces aguerridas, pero que no menos aguerridos en nuestra resistencia, hemos mantenido fuera de nuestro alcance hasta encontrar la tranquilidad alejada de la inmediatez. Ha llegado la hora de leer, más allá de la creación literaria, algunas obras de divulgación, investigación, sociología pop, filosofía, divagaciones literarias, historia de las ideas o paseos por los rincones de una ciudad soñada, ha llegado el momento de echar mano a nuestra colección de botones de muestra.

Paul Auster

Para seguir con la secuencia de la primera miscelánea, el nordamericà Paul Auster (Newark, Nova Jersey, 1947), ha cercat els heterònims entre els protagonistes de les seues novel·les, fins i tot en aquelles obres autobiogràfiques que molts han considerat ficció pura. Amante de la contradicción y el azar, Auster hacía anotar en su diario a Morris Heller, personaje de su novela Sunset Park, lo siguiente: “Los escritores nunca deberían hablar con los periodistas. La entrevista es una forma literaria degradada que no sirve de nada salvo para simplificar lo que jamás debe simplificarse”. Este es el punto de partida de la conversación que durante 393 páginas, desgrana con la profesora danesa Inge-Birgitte Siegumfeldt, convertida en trasunto de hermeneuta que por medio de una particular dialéctica, hace a Auster trazar una ruta diletante acerca del oficio y el arte de escribir.

Stuart Jeffries

Diletante podría ser el exhaustivo recorrido que el escritor, periodista y crítico cultural Stuart Jeffries (Wolverhampton, 1962), ha emprendido en Gran Hotel Abismo. Biografía coral de la Escuela de Frankfurt. En la mejor tradición anglosajona divulgativa de la Historia de la Cultura, Jeffries muestra, con un firme pulso narrativo, el decurso del Instituto de Investigaciones Sociales que nació en paralelo (y enfrentado) a la violencia nacionalsocialista alemana, y de sus miembros principales: Theodor Adorno, Max Horkheimer, Herbert Marcuse, Erich Fromm, Friedrich Pollock, Franz Neumann, Jürgen Habermas y el polo incandescente de Walter Benjamin. “La aparente inversión de Marx perpetrada por la Escuela de Frankfurt exasperaba a los demás marxistas. El filósofo György Lukács acusó una vez a Adorno y a los demás de haberse hospedado en lo que él llamaba el Gran Hotel Abismo. Un hermoso hotel, equipado con toda clase de lujos, al borde de un abismo, de la vacuidad, del absurdo”. Editada por Turner, en su colección Noema, en traducción de José Adrián Vitier, es una oda a las limitaciones de acción del pensamiento ante la barbarie.

Michael Sims, Jon Willis y Cass R. Sunstein

Si hay una editorial que está construyendo un catálogo que podría considerarse en sí mismo el paradigma de la miscelánea es la barcelonesa Alpha Decay que desde 2004 va dejando caer pequeñas joyas de lo más variopinto. A esta selección aporta ni más ni menos que tres títulos, que requieren, para suscitar curiosidad en cualquier lector, poco más que sus títulos:

Arthur y Sherlock. Conan Doyle y la creación de Holmes, de Michael Sims (Crossville, Tenessee, 1958), traducido por Juan Manuel Salmerón Arjona; Todos estos mundos son vuestros. La búsqueda científica de la vida extraterrestre, del astrofísico Jon Willis; y La última mitología. El mundo según Star Wars, del jurista norteamericano Cass R. Sunstein (1954). Sherlock Holmes, vida extraterrestre y el universo Star Wars, ¿quién da más?

Neil Gaiman

Bueno, tal vez una persona, una sola persona, que nos sirve para cerrar este paseo por la miscelánea del conocimiento. La vida desde las últimas filas es el título que recopila una selección de ensayos del escritor británico Neil Gaiman (Portchester, Inglaterra, 1960), el ejemplo viviente de eso que se ha dado a llamar “autor de culto”, novelista, sí, pero sobre todo, creador de una de los universos más fascinantes del mundo del cómic, Sandman. Editado por Malpaso, en traducción de Jaime Blasco, comienza con una de los ensayos breves más contundentes de la actualidad, que debería ser de lectura obligatoria en todos los centros educativos del mundo, la conferencia Por qué nuestro futuro depende de las bibliotecas, la lectura y los sueños. “Voy a explicaros que las bibliotecas son esenciales. Voy a defender que leer libros de ficción, leer por placer, es una de las cosas más importantes que se pueden hacer. Voy a hacer un ferviente alegato a favor de las bibliotecas y de los bibliotecarios, para que la gente entienda por qué es necesario protegerlos”.