Jornada 'Diálogos para el desarrollo' con Miguel Sebastián y Juan Ramón Rallo (fotos RAFA MOLINA)
Jornada 'Diálogos para el desarrollo' con Miguel Sebastián y Juan Ramón Rallo (fotos RAFA MOLINA)
ALICANTE. El que fuera ministro de Industria en la segunda legislatura de Zapatero, Miguel Sebastián, consideró este martes en Alicante que la tasa turística que quieren implantar Podemos y Compromís (y que cuenta con la férrea oposición de la principal patronal del sector, Hosbec), "debe tener un carácter finalista, porque si no, se convierte en un impuesto más". Así, Sebastián apostó por seguir el ejemplo de Baleares, donde la recaudación se destina a mejorar el destino. De momento, el rechazo del sector y la falta de convencimiento del PSPV han dejado aparcada un año más la implantación de la tasa en la Comunitat.
El exministro socialista participó junto al economista Juan Ramón Rallo en los "Diálogos para el Desarrollo" organizados por Management Activo (y patrocinados por DKV, Cajamar y Crédito y Caución) en el hotel Meliá de Alicante, donde trasladaron a los empresarios de la provincia las claves para el crecimiento económico de la zona, a partir de sus análisis. En cuanto al turismo, Sebastián consideró que el actual modelo no es sostenible porque "se basa en traer más y más gente, que sin embargo realiza un gasto bajo". Así, apostó por evolucionar hacia un "modelo de calidad" basado en "las tres 'D', desestacionalizar, digitalizar y diversificar". El exministro abogó por buscar clientes en otras zonas del mundo donde el gasto por turista es más alto, "pero España se empeña en posicionarse en el mercado europeo".
Por otro lado, Sebastián lamentó que se ha producido "en general, un abandono de la política industrial", algo que sin embargo consideró clave para una provincia como Alicante, donde "sectores como el juguete y el calzado han sobrevivido a la crisis y a la tentación inmobiliaria". Así, pidió que se apoye a estos sectores industriales en sus procesos de internacionalización, con infraestructuras como el Corredor Mediterráneo y apoyo financiero. A su juicio, es necesario "un esfuerzo conjunto de las administraciones públicas y el sector privado" para potenciar la industria, ya que es un sector que tiene efectos beneficiosos como "la productividad, el empleo de calidad y la competitividad".
Jornada 'Diálogos para el desarrollo' con Miguel Sebastián y Juan Ramón Rallo (fotos RAFA MOLINA)
El exministro socialista se mostró algo pesimista sobre el entorno global, en base a las previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) para la zona euro. A su juicio, la economía europea no se verá afectada solamente por el Brexit, sino también por la situación política en Italia. Un contexto en el que, a su juicio, España ha mostrado mucha lentitud en las reformas, y ha crecido al beneficiarse de los vientos de cola porque "el modelo productivo no ha cambiado". A saber: bajo precio del petróleo, el cambio del euro y una política monetaria expansiva que, sin embargo, va a cambiar en 2019. "Se acabará la inyección de liquidez y se subirán los tipos de interés; corremos el riesgo de sufrir el endurecimiento de la política del Banco Central Europeo".
Por su parte, el economista y escritor Juan Ramón Rallo consideró que el principal problema de las empresas alicantinas es su pequeño tamaño, un obstáculo para la internacionalización que Rallo ve fundamental para seguir creciendo. No obstante, destacó que Alicante es una provincia abierta al exterior (a pesar de que el peso de sus exportaciones es cada vez menor en el conjunto de España, tal como evidencian los estudios de Ineca), con "un sector turístico muy potente, y otros exportadores como el calzado". A pesar de los datos, Rallo (más optimista que Sebastián) sí consideró que las ventas al exterior han ayudado a la provincia a recuperarse de la crisis del ladrillo.
En este sentido, el economista consideró, al contrario que Sebastián, que sí se ha producido un cambio de modelo productivo en España: "el sesgo de la construcción ha cambiado gracias a que nuestra economía se ha adaptado a la globalización", defendió, "y ha encontrado su encaje en la economía mundial". Eso sí, alertó sobre la necesidad de ganar en competitividad no solo a base de costes laborales. "No hay otra alternativa que competir en el exterior, y nos falta valor añadido", señaló. "Pero mientras tengamos una tasa de desempleo tan alta, será difícil; tenemos una mano de obra muy barata por el desempleo y eso tendrá consecuencias en el futuro", advirtió.
En cuanto a sus propuestas, el economista consideró que España necesita una economía "mucho más libre" y menos regulación. España "debe continuar mirando hacia el exterior" y evitar medidas que puedan obstaculizar el desarrollo de su capacidad exportadora como, por ejemplo, "una nueva regulación laboral que encarezca el coste de contratación muy notablemente". "Las claves son simples, están ya inventadas, pero no se suelen implementar y no por eso hay que dejar de recordarlas: minimizar tanto como sea posible la fiscalidad y lograr liberalización económica dentro de un contexto de estabilidad política".