DE LA VÍA PA' ARRIBA  / OPINIÓN

Miedo al cambio y carriles bici

19/11/2020 - 

A muy poca gente le gusta salir porque sí de la zona de confort. Cualquier cambio nos requiere un esfuerzo, aunque sea mínimo para adaptarnos a la nueva situación. De hecho, ese miedo al cambio es la razón de que, en muchas ocasiones desaprovechemos oportunidades o nos resignemos con lo que tenemos, sin darnos opción a buscar algo mejor. Por el contrario, aquellas personas que no lo tienen, o que a pesar de sentirlo, dan un paso adelante, son las que avanzan, evolucionan, cambian y buscan su propia suerte, incluso a veces equivocándose y volviendo a intentarlo.

Las obras son molestas mientras duran. En las ciudades, en las comunidades de vecinos y en nuestra propia casa, siempre dan pie a la queja. Todos sabemos que si planteas en tu casa una pequeña reforma de un baño, vas a vivir empantanado como mínimo un mes y eso, sí a la reforma del baño, ya que estamos, no le vas añadiendo un pequeño arreglo en la cocina o una mano de pintura a la casa. Pero los hacemos, nos metemos en reformas y aguantamos a pesar de todos los inconvenientes, porque al final tendremos una vivienda más acogedora y mejor adaptada a nuestras necesidades.

Hace años que vivo como periodista las quejas de los diferentes barrios cuando llegan las obras. Como ciudadana también las sufro.

Recuerdo como hubo movilizaciones cuando se hicieron las obras de lo que hoy es la vía parque Elche-Alicante. Asistí a numerosas reuniones y protestas de afectados que tenían terreno en la zona. Ocurrió lo mismo con las quejas vecinales y de propietarios de restaurantes de la carretera de Matola cuando se remodeló por completo para hacerla un vial cómodo y seguro.

Fui como periodista a concentraciones y protestas cuando se hicieron las obras de la calle Antonio Machado, las del Passeig Nit de L'Albà o del parking de Poeta Miguel Hernández.

Elche se abrió en canal como un hormiguero cuando se tuvieron que hacer las zanjas para instalar el gas natural y la fibra óptica hace 20 años. De hecho hace muy pocas semanas comenté con un concejal actual esa época, porque cuando comenzaron estas obras trabajaba cada empresa por un lado hasta que tras las quejas de los vecinos, que veían cómo en seis meses abrían su calle dos veces, una para el gas y otra para el agua. Se acordó crear una comisión de coordinación que se encargaba de planificar estas zanjas y poner de acuerdo el gas, la fibra el agua y todo lo necesario para abrir una vez y dejarlo todo listo. Aun así las obras eran molestas, aunque  necesarias. Hoy vemos impensable vivir sin esos servicios.

Lo del carril bici y las obras de peatonalización del centro llevan el mismo camino. El doble carril de circulación de la Avenida Juan Carlos I y la Avenida de Alicante siempre ha sido solo uno. El otro se ha utilizado para parar el coche e ir un momento a la farmacia, para carga y descarga del hotel, para recoger la comida para llevar de un establecimiento cercano o para dejar el coche en plena hora punta y bajar a los niños al cole cercano o al revés, para recogerlos. Ahora el carril de tráfico a motor ya es oficialmente solo uno y el otro se ha convertido en un carril bici de doble sentido.

Hemos visto vídeos de atascos en hora punta estos días y se atribuyen al nuevo carril. Seamos sinceros y con memoria, los atascos se producían exactamente igual antes, pero no se grabaron. Los hemos sufrido y nos acostumbramos a ellos todas las personas que atravesamos a diario esa calle andando o en coche.

La peatonalización del centro está acabando y a poco que se van abriendo calles a la vida peatonal, se llenan. Falta mucho por hacer, lo primero terminar esas obras y señalizar el nuevo flujo de tráfico convenientemente.

Debemos acostumbrarnos, ayudados de la señalética y los agentes de policía de tráfico, a las nuevas direcciones. Va a ser más fácil de lo que pensamos. ¿Se acuerdan cuando en 2011 se invirtió el sentido del tráfico de los dos carriles de una de las grandes vías de la ciudad, Antonio Machado, y algunos dijeron que sería el caos y se iban a producir montones de accidentes? Pues no ocurrió.

Tras la señalización de los cambios habrá que ajustar, si es necesario, algunos aspectos que se compruebe en la práctica que no han dado el resultado esperado y adecuar la normativa de circulación a esta realidad y otras que han llegado para quedarse como los patinetes y las bicis. Hay que especificar claramente cómo y por dónde pueden pasar y por dónde no. Y por último, si el objetivo es acabar abandonando el vehículo a motor particular y apostar por la bici y el transporte público, será imprescindible incentivarlo, mejorarlo y hacerlo plenamente accesible. Seguro que como pasó con otros cambios, estos miedos de hoy se nos habrán olvidado mañana.

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