Me duele en el alma

23/10/2019 - 

Qué cambiante puede ser el estado de ánimo en el fútbol. Yo evito ir de extremo a extremo, siempre quedarme lo más cerca del término medio dentro de la perspectiva. Como expuse en mi opinión anterior, la victoria del Elche en Girona me dio mucha felicidad. Y aumentó mis sueños de algo grande. Sin embargo, la derrota contra el Sporting de Gijón me ha dejado 'plof'.

Ese partido era ideal para que los franjiverdes dieran un paso al frente. Lograr tres puntos que le acercaran al objetivo primordial de la permanencia. Que le colocaran en puntos de 'play-off', le aproximaran al ascenso directo y le distanciaran del descenso. Ganar en casa, donde tanto les cuesta. Y asestar otro golpe a un teórico candidato al ascenso en crisis, con el que podría haber abierto una brecha de ocho puntos.

Había condicionantes estadísticos que favorecían el optimismo para la victoria del Elche. Más allá de las dinámicas. El Sporting sólo había ganado una vez en sus 19 visitas a la ciudad de las palmeras. Pacheta nunca había perdido en 15 enfrentamientos contra los rojiblancos (primer equipo y filial). Y Nino tiene al Sporting (entre primer equipo y filial) como su ‘víctima’ favorita, con 11 goles.

Pero muchas veces el fútbol se desentiende de la lógica previsible. El Elche perdió. Opino que con justicia. Un mal partido, sobre todo en ataque. Nunca controló el juego ni encontró la manera de 'meter mano' a su rival. Con el mal añadido de que el Sporting tampoco realizó una gran actuación para adjudicarse el triunfo.  

De la ilusión a la decepción. Otra más en el Martínez Valero. Sólo una victoria en seis compromisos en casa. Entiendo que el césped influye, y recordar los méritos ante Lugo y Tenerife. Pero son datos preocupantes. Pobre bagaje ante tu afición. Una afición que merece más.  

"Me duele en el alma por mi afición. Sólo nos ve ganar por la tele. Tengo el corazón encogido. Estoy muy triste", declaró Pacheta tras el partido. Reconozco que yo tenía sentimientos similares. Como periodista, siempre intentas aparcar el lado aficionado para trabajar con la mayor imparcialidad y profesionalidad posible. Eso intento yo.

Otra cosa es que la alegría de algunas victorias y el dolor de algunas derrotas es inevitable. Porque es nuestro equipo. Y qué cojones, que la marcha del Elche también nos afecta en el ámbito laboral.

Pero pasan los días y toca levantar el ánimo. Porque esto sigue. Y la situación franjiverde sigue siendo buena. En mitad de la tabla, con ritmo de puntuación para lograr la permanencia sin mayores apuros. Más cerca de la zona noble que de los puestos rojos. A estas alturas de la temporada, confío en este equipo y en este cuerpo técnico para mirar más hacia arriba que hacia abajo. De momento, a pensar en el Huesca.

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