Mazón visita Vall d'Ebo para ofrecerse a los municipios afectados por el incendio

ALICANTE. Comienza la gestión de los recursos después de la catástrofe medioambiental que supuso el incendio de Vall d'Elbo, que arrasó con más de 11.000 hectáreas. Este martes, se dan dos citas importantes. Por una parte, se reúne de forma extraordinaria el Gobierno valenciano para aprobara el decreto de ayudas a todos los municipios afectados por los fuegos, entre ellos, la zona de influencia de Vall d'Ebo. Por otra, el presidente de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón, se reúne con los alcaldes de los ayuntamientos afectados en el propio Vall d'Ebo. 

La institución provincial ya anunciado algunas medidas, a través de Suma-Gestión Tributaria, con las que ofrecido ayuda. El pasado 20 de agosto, la Diputación ofreció anticipos extraordinarios a los ayuntamientos afectados por el incendio forestal. Entre las medidas, aplazamientos para los pagos fraccionados y ampliar el periodo de pago voluntario.

Pero ahora Carlos Mazón quiere implicarse más en la recuperación de los municipios afectados y este martes se reúne con los alcaldes con el objetivo de escucharles y de ofrecerles ayuda, en la medida de las competencias que tiene la Diputación. Y en caso de que no tenga esas competencias, mediar con quien corresponda para ofrecer ayuda y recursos de la institución provincial. Más allá de las ayudas que puedan beneficiarse los particulares afectados, a través de la declaración de la zona catastrófica y de las ayudas del Consell, la diputación desplaza este martes  a cuatro diputados - el de Emergencias y Despoblamiento y Reto Demográfico, Javier Sendra; el de Carreteras, Alejandro Morant, el de Infraestructuras, Javier Gutiérrez, así como el de Medio Ambiente, Miguel Ángel Sánchez- y al director del Patronato Provincial de Turismo, José Mancebo.

Mazón ofrecerá ayudas en materia turística con el objetivo de que los territorios afectados puedan mantener la capacidad de atracción que había ganado tras la pandemia, que dio un impulso a las zonas rurales. Pero el objetivo es ofrecer la ayuda que ya pueda prestar la institución provincial,  más lo que pueda y no sea competencia suya.

Hay que recordar que el incendio, además de Vall d'Ebo, afectó a L'Atzúbia, Vall de Gallinera, Vall d'Alcalà, Pego, Fageca, Famorca y Tollos.

El portavoz socialista en la Diputación de Alicante, Toni Francés, ha afirmado que “Mazón no puede vender humo y volver a fracasar ante una nueva catástrofe natural. Hasta ahora lo único que ha anunciado el presidente de la Diputación es una línea de anticipos a los ayuntamientos a través de Suma, una medida que no supone ayuda alguna, sino solamente anticipar el dinero que les corresponde a los municipios. Por eso pedimos a la Diputación un Plan ambicioso y realista que apoye la recuperación de los territorios afectados y que contribuya a generar oportunidades de futuro a una zona que ya padecía las consecuencias de la despoblación”.

El grupo socialista pide que este plan de ayudas cumpla con dos requisitos básicos: que las ayudas se coordinen con la Generalitat Valenciana para que sean lo más eficientes y eficaces posible, no repetir el fracaso que supusieron las ayudas de la Diputación ante otra terrible catástrofe que sufrió la provincia, como fue la DANA en la Vega Baja.

El PSPV ha recordado que Mazón tardó 21 meses en pagar sus primeras ayudas a los municipios afectados por la DANA. Lo que demuestra -según los socialistas- la incapacidad de Mazón de dar una respuesta rápida a las necesidades de los municipios afectados por el temporal, al no ser capaz de hacer llegar las ayudas en casi dos años. El equipo de gobierno de la Diputación, formado por PP y Ciudadanos, debió incluir esas ayudas en el presupuesto de la institución provincial, tal y como pidió el PSOE, pero Carlos Mazón prefirió condicionarlo a los remanentes y poner en peligro los proyectos de reconstrucción que, en esos momentos, eran prioritarios para muchos pueblos. Un año y medio después, esos municipios no habían recibido ni un euro de la Diputación de la ayuda prometida, lo que provocó que muchos alcaldes se vieran obligados a adelantar el dinero del proyecto.