ELCHE. El arte como válvula de escape y como reflexión sobre cualquier tema social sigue siendo una valiosa herramienta para transmitir esas sensaciones. Unas sensaciones personales que habrán de llegar mediante el vehículo de expresión, en este caso la pintura y la fotografía, para que impacte. Esas emociones, reflexiones y sentires están recogidas en Mayor 181, una exposición en la sala de la Fundación Caja Mediterráneo de Elche y que capta la obra de Xavi García. Pero no sólo suya, también se exhiben las fotografías de Juan Carlos Puig, encargado de captar mediante sus instantáneas todo el ideario que recoge García con su obra.
En Mayor 181, que hace referencia a su estudio, se recogen los últimos trabajos de Xavi García, de 2013 a 2018. Un santuario en el que este licenciado en Bellas Artes por la Politécnica San Carlos crea su característica obra en la que sus producciones pictóricas se fusionan entre sí durante determinados periodos de tiempo, dando lugar a discursos más amplios y globales que de forma ‘individual’. A través de esos murales en los que se fusionan sus diferentes sensaciones, García reflexiona precisamente sobre el individuo en la sociedad de hoy, sobre su relación con las nuevas tecnologías o sobre los problemas a los que lleva el esquema social de consumo, expectativas y demás, que llevan a interesantes retratos de la autoestima, el estrés o el medio ambiente.
Con unos brochazos de aspecto bastante espontáneos y muy coloridos, lo cual recuerda bastante al trabajo de Basquiat, la obra de García está a su vez íntimamente relacionada con la música. De hecho, esas reflexiones fruto de la simbiosis de diferentes disquisiciones sobre el 'yo' y su entorno y los problemas que genera, recuerdan bastante al artwork del Ok Computer de Radiohead, una obra maestra que precisamente reflexionaba sobre esas inquietudes del individuo y su lugar en la sociedad del nuevo milenio que llegaba. A su vez, algunos de sus murales se titulan como canciones de Vetusta Morla —con una obvia herencia sonora de los ingleses—, ahí están ‘Al Respirar’ o ‘Un Día En El Mundo’ como ejemplo. También en la convergencia pictórica de los murales hay alguna referencia a Muse y uno de sus discos. Así pues, desde la dictadura del selfie hasta el punk ramoniano, pasando por la energía nuclear, Mayor 181 es una interesante reflexión sobre el mundo actual y cómo nos socializamos, con una impactante puesta en escena.
Ante producciones tan vívidas y cargadas de pensamiento, es todo un reto captar todo lo que estas obras pretenden transmitir. Así lo señala Juan Carlos Puig, el fotógrafo que se ha encargado de documentar, interpretar, mimetizar y transgredir la obra de García. “Ha sido una de las experiencias artísticas más interesantes en las que he trabajado”, señala. Precisamente habla de “festival de los sentidos” al explicar lo que sintió la primera vez que vio la iconografía, el simbolismo y la narrativa de su compañero expositor. Puig apunta que al compartir generación, también en su fotografía comparte los pensamientos del primero.
Para sus instantáneas, el fotógrafo utilizó el monigote de García para situarlo en entornos decadentes y abandonados, los “no territorios” que nombra, lugares que un día fueron. Una propuesta, ‘Citizen on Tour’, en la que el medio ambiente y ese paisaje descuidado convergen en una nueva lectura visual y conceptual. Puig lo describe como “un resultado perecedero y modificable, la vida misma”. Así pues, una gran exposición, de las más interesantes que han pasado en los últimos tiempos por la sala de exposiciones de la Fundación Mediterráneo. Un diálogo entre pintura y fotografía, dos universos paralelos complementarios que sorprenderán al público asistente.
Mayor 181 se puede visitar hasta el 8 de abril.
