BENIDORM. ¿Alguna vez se han preguntado qué ocurre cuando se tira de la cadena del inodoro? ¿Qué pasa con todos esos residuos orgánicos e inorgánicos? ¿Qué sucede con el agua y otras sustancias que corren por el fregadero cuando pasan a las tuberías y redes de conducción del agua?
En la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de Benidorm nos dan las respuestas, a la vez que hacen un llamamiento a la sociedad para que no se desechen las toallitas húmedas por el inodoro, ni las grasas por el fregadero.
Estos residuos contaminantes son de los más abundantes que la depuradora recibe y este mal hábito va en aumento. En muchos casos por desconocimiento o por la información incompleta en algunos de los envases, ya que aunque pueden indicar que son biodegradables no explican con claridad el tiempo necesario para ello, que suele ser muy significativo a diferencia del papel higiénico.
La EDAR de Benidorm se encuentra situada en el Parc Natural de la Serra Gelada. Junto a ella se encuentra una desaladora (de uso no potable) que contribuye al reciclaje de parte del agua ya depurada que se utiliza para el regadío. Para la ubicación de la depuradora y desaladora se tuvo en cuenta que tuviera el menor impacto visual y ambiental en el entorno natural.
Hasta 2006 había una sola depuradora que se construyó a principios de los años 80 y fue de las pioneras en la Comunidad Valenciana. Desde entonces ha pasado por diferentes obras de remodelación. En ese año se amplió la planta con la construcción de una segunda línea de bombeo. Así, en la actualidad, cuenta con dos sistemas de elevación del agua para Benidorm y parte de Finestrat y un tercero para la depuración de las aguas residuales de las localidades vecinas de Alfaz del Pi y de La Nucía. En situaciones de necesidad apoya a los municipios de La Villajoyosa y resto de Finestrat.
Para entender lo que supuso la instalación de esta nueva línea, basta decir que la primera tenía una capacidad 24.000 metros cúbicos al día y la nueva posee 36.000 metros cúbicos diarios. Si se tiene en cuenta que el caudal máximo de aguas residuales en Benidorm, que se sitúa en el 15 de agosto, ronda los 51.000 metros cúbicos, existen unos 10.000 metros cúbicos de resguardo. “Se puede decir que está sobredimensionada y que ya no existen los problemas de cuando el caudal para depurar no superaba los 35.000 metros cúbicos. En esa época aunque todo el agua pasaba por un tratamiento primario, no se le podía dar el tratamiento biológico actual”, explica uno de sus técnicos.
La depuración de aguas residuales es un proceso complicado y laborioso que tiene como finalidad evitar la contaminación hídrica (especialmente la marina), garantizar la salubridad, la reutilización y beneficio de parte de esos desechos que se encuentran en esas aguas, bien como energía, bien como abono.
La depuradora trata 13 hectómetros cúbicos al año, de los que aproximadamente 4 de ellos se reutilizan y el resto va a parar al mar una vez finalizado el proceso de depuración.
La EDAR cuenta con dos líneas de bombeo para elevar las aguas residuales hasta sus instalaciones. El primer sistema parte de un primer bombeo que se encuentra en la Avenida del Mediterráneo. De ahí va al segundo localizado en el Rincón de Loix, y el tercero se sitúa ya en Serra Gelada de camino a la depuradora. “Un solo bombeo sería incapaz de elevar estas aguas residuales hasta la estación”, afirma un técnico de la estación.
La segunda línea tiene el primer bombeo en la Plaza Triangular. De ahí parte al segundo en la Calle Severo Ochoa y de allí a las instalaciones de la depuradora.
Asimismo, incluye otro bombeo para las aguas residuales procedentes de los municipios vecinos de La Nucía y Alfaz del Pi.
Gracias a este sistema de bombeos, el agua se eleva hasta la obra de reparto, que consiste en un pozo en la entrada de la planta depuradora, y distribuye las aguas residuales de la primera depuradora a la más nueva.
Para garantizar el óptimo funcionamiento, y ante posibles averías en cada bombeo, hay tres bombas. Funcionan dos y una está de reserva. Además, en el taller también hay bombas de reserva.
El agua de salida está esterilizada y tratada con cloro aunque “siempre va a ver un mínimo de materia orgánica refractaria a los procesos. Por eso es importante controlar la concentración de nitrógeno y óxido para evitar la eutrofización”. (Acumulación de residuos orgánicos en el litoral marino o en un lago, laguna, embalse, etc., que causa la proliferación de ciertas algas). Se utiliza cloruro férrico para eliminar el fósforo y evitar así la eutrofización.
Parte de esta agua depurada se envía a la desaladora que se encuentra junto a la EDAR y la restante se vierte al mar.
Según opiniones de técnicos, es mejor verter el agua en superficie porque no consume oxígeno, y sin embargo a través del emisario sí se puede generar septicidad en ese punto.
También hay que tener en cuenta que de esos 13 hectómetros de agua que trata anualmente la depuradora, 4 de ellos se pueden reutilizar, aunque no para consumo potable. De ello, se encarga la desaladora. El agua de Benidorm tiene una conductibilidad alta para el riego por lo que hay que desalarla.
“No es que sea agua salina del mar, si no que se saliniza a través de algunas industrias de la zona como hoteles que la usan para sus procesos geotérmicos. Utilizan el agua del subsuelo que es salina y las empresa más concienciadas la devuelven al subsuelo pero hay otras la vierten a la red y así contribuyen a la salinización”, explican los técnicos.