ALICANTE. Toñi Martín-Zarco es la primera mujer que preside la Federació de Fogueres. Llegó al cargo tras las elecciones celebradas en septiembre de 2019 y, a los seis meses, se desató una crisis sanitaria sin precedentes que ha mantenido a la fiesta alicantina paralizada. Dos años seguidos sin los actos principales de Fogueres han puesto a los sectores económicos que envuelven la fiesta en una situación crítica, pero el avance de la vacunación permite ver el futuro con optimismo. La fiesta volverá de forma más parecida a lo habitual en 2022, pero las consecuencias se seguirán arrastrando, como mínimo, hasta 2023. La pandemia habrá copado un 75% de su mandato al frente de la entidad, limitando la implementación del programa con el que se presentó. Todavía no desvela si tratará de revalidar el cargo para poder ejecutar su programa, pero sí piensa que hay muchas cosas que deben cambiar porque, como afirma, "vamos evolucionando como evoluciona la vida y nos tenemos que adaptar". En València, las Fallas lo han hecho hasta el punto en que una comisión ha nombrado un fallero mayor. Ella no dice a nada que no, pero pide "tacto" y "prudencia".
— Iniciamos la cuenta atrás para vivir de nuevo la fiesta en plenas condiciones en 2022, pero tres cuartas partes del mandato habrán estado afectadas por la crisis, lo que imposibilita aplicar su programa ¿Se volverá a presentar para poder llevarlo a cabo?
— Tenemos todos muchas ganas de volver a la normalidad. Estamos a las expectativas de lo que vaya sucediendo y, hasta que no cerremos este ejercicio a finales de julio, no se iniciará el nuevo, pero el horizonte ya es muy esperanzador. Confiemos en que así sea, porque otro año más así sería terrorífico no solo por la fiesta, sino por todos los sectores en general. Pero en el ejercicio próximo estaremos arrastrando todavía las consecuencias de estos dos últimos, así que la normalidad real, con plazos y formatos normales, no vendrá a la fiesta hasta 2023, que será el último ejercicio de este mandato en la Federació. Más de medio, casi el 75% del mismo, habrá estado teñido por las consecuencias de la pandemia. Evidentemente, eso no nos ha permitido realizar todos los planes e ideas que teníamos, pero no estoy pensando ahora en repetir o no. La decisión se tomará más adelante.
— ¿Qué propuestas de su programa se quedan en el tintero y qué se ha podido aplicar?
— A los seis meses de empezar, tuvimos que parar en seco y todo lo que queríamos hacer hubo que paralizarlo. Hay algunas cosas que no se podrán hacer y otras que se intentarán aplicar cuanto antes. Una de las prioridades es la firma de convenios de colaboración con sectores de la ciudad que se benefician de la fiesta de forma indirecta. Algo que tiene que ser correspondido de vuelta a los foguerers. Por ejemplo, la hostelería y los hoteles son un conglomerado empresarial que es importante para la fiesta de Fogueres, pero todavía estamos en vías de retomar las conversaciones para ese convenio. Lo que pretendemos es que se devuelva todo lo que ofrecemos a estos sectores para que repercuta de nuevo en el mundo de la fiesta. Es importante. Creo que hasta esencial. Hay que ayudar a las comisiones siempre para mejorar la fiesta.
— ¿Cómo afronta la Federació este año de vuelta a la normalidad?
— Tenemos que cerrar ahora esta etapa y meditar. Por eso tenemos previsto celebrar un congreso con las hogueras y barracas cuando cerremos este ejercicio. Es bueno poner en común las ideas, comentarlas, hablar y analizar el punto en el que estamos para poder mejorar. A veces se da todo por hecho, pero la fiesta de ahora no es la misma que la de 1928. Vamos evolucionando, como evoluciona la vida, y nos tenemos que adaptar a la situación actual. Dialogar y escuchar opiniones diferentes de quien hace la fiesta es importante para mejorar. Siempre ha habido cambios en el mundo de la fiesta.
Nuestro colectivo cada vez es mayor y repercute más en la vida de la ciudad, así que hay que buscar la forma en que se desarrolle mejor tanto para el ámbito de Fogueres como para la propia ciudad. Nosotros trabajamos de forma altruista porque no tenemos una remuneración. Cada uno de nosotros tiene su trabajo y lo compatibiliza con esto, así que a veces es difícil encajar toda la actividad que tenemos con la conciliación familiar y laboral. Eso implica que tengamos que adaptar la fiesta a los nuevos cambios, porque requiere de profesionalidad. Habrá que ver cómo se lleva adelante y de qué manera. Por parte del Ayuntamiento hemos tenido una ayuda tremenda, pero también se nos pide que agilicemos el calendario porque hay mucha actividad condensada en pocos meses y colapsamos la concejalía. Es necesario repartir el calendario de actos para trabajar todos mejor y así disfrutar todos mejor. El volumen de trabajo es tan grande que necesitamos organizarlo mejor.
— En esta ocasión, los deberes estarán ya hechos para 2022 con la elección de Marina Niceto y Valeria Gómez ¿habrá menos ‘estrés’ el año que viene? ¿Ese adelanto se podría mantener de aquí en adelante?
— Esa es una de las cosas que la gente nos comenta. Este año hemos celebrado la elección en junio porque es nuestro mes de Fogueres y queríamos que hubiera actividad, pero este tipo de cambios, para confirmarse definitivamente, tienen que consultarse, porque hay opiniones para todos los gustos. Sí es cierto que ha gustado mucho hacer las presentaciones de las bellezas de cada hoguera en otoño, al principio del ejercicio. De esta forma, todas las representantes de los distritos ejercen desde el primer momento de su mandato. Antes se dejaba para los meses previos a la elección y ejercían poco tiempo de actividad real, porque después ya pasan a ser candidatas a Bellesa del Foc. En esta ocasión, desde el principio son ellas las protagonistas de su hoguera y comisión en todos los actos que se celebran. Es algo que ha gustado y que parece que estará muy claro. Respecto a la elección, habrá que estudiarlo para ver dónde se puede encajar.
— ¿Necesita la Federació de Fogueres apoyo administrativo? ¿Llevará alguna propuesta de mejora en ese sentido al congreso?
— La fiesta cada vez necesita más profesionalización y personal. Es cierto que a veces vamos de cabeza y necesitaríamos más personal administrativo que nos pueda echar una mano porque el volumen de trabajo es enorme. Habrá que estudiar la fórmula. Actualmente, el apoyo lo tenemos con la concejalía, pero hay veces que ya no llegamos a tanto. Cada vez son más las medidas que se nos piden a nivel burocrático y de seguridad. Todo ha cambiado muchísimo en estos años en cuanto a documentación y trámites. Pero el congreso será para hablar de lo que nos ha pasado, porque han pasado cosas muy importantes en este tiempo de pandemia, y también para poder vernos las caras, que llevábamos mucho tiempo sin vernos. La primera vez ha sido en las cenas de la gala de presentación de las candidatas. Es necesario verse, hablar y estar en contacto. El diálogo siempre es importante.
— Como usted decía, la vida cambia y la fiesta evoluciona y se adapta. En València, Erik Lozano ha sido elegido este año para representar a su comisión, Plaça de la Regiò, y reinará igual que lo haría una fallera mayor. ¿Podremos ver algo así en Alicante?
—La Bellesa del Foc es eso, bellesa y no belleso. Quizá habría que crear un nuevo cargo que sea distinto. En el lado contrario tenemos el ejemplo de los Moros y Cristianos de Alcoy que, en su momento, no querían mujeres. ¿Se puede ir adaptando a la sociedad? Pues sí, todo se puede ir adaptando. Habría que verlo y habría que adaptar los estatutos, pero hay que tratarlo con mucho tacto y tranquilidad. Yo no digo nunca que no a nada, pero siempre digo que hay que tener prudencia en lo que se tenga que tratar. Si llegara el caso, se hablaría y se votaría.