MARINA BAIXA. La situación hídrica de la comarca de la Marina Baixa sigue siendo complicada. Después de un año seco, donde las lluvias más intensas se registraron en mayo, los embalses siguen sufriendo. Tanto es así que a finales del 2023 se empezaron a aplicar restricciones al regadío. Una situación que ha permitido la ralentización del ritmo de reducción del agua almacenada. De momento, tanto Amadorio como Guadalest presentan cifras poco frecuentes.
El primero, situado en la Vila Joiosa, está al 22,49% de su capacidad, según el último informe de fecha 8 de enero. Esto es, cuenta con 3,56 hectómetros cúbicos embalsados. En el caso de Guadalest, está al 46,24%, unos 6,01 hectómetros cúbicos. El 9 de enero de 2023 estaban al 47,43% y 62,48% respectivamente. Para encontrar unos datos parecidos a los actuales habría que remontarse a 2019, cuando el 7 de enero registró un 23,89% para el Amadorio y un 43,02% para el de Guadalest. En aquel entonces, el Consorcio de Aguas de la Marina Baixa aprobó solicitar en marzo un trasvase de 3 hectómetros cúbicos que finalmente no fueron necesarios por las lluvias de Semana Santa.
La situación actual es de prealerta por sequía después de un año especialmente seco y con un otoño en el que han escaseado las lluvias. El ingeniero del Consorcio de Aguas de la Marina Baixa, Jaime Berenguer, explicó a este diario que ya se están tomando medidas de ahorro. Desde hace unos días se han empezado a aplicar restricciones al regadío por las noches y los fines de semana. Una decisión que también parte de los propios interesados para garantizarse el agua cuando más lo necesiten: en primavera.
Unos meses que también serán importantes para el abastecimiento a la población, puesto que se incrementa la demanda en las viviendas, también con la llegada del turismo y la segunda residencia a localidades como Benidorm.
Las reservas descienden de una manera más lenta, además de por las restricciones en el regadío, por las aportaciones de los acuíferos, tal y como relató el experto. Precisamente, este miércoles está previsto que haya precipitaciones, pero no serán de relevancia para el sistema y siguen a la espera de que en el futuro haya lluvias caudalosas para que se revierta la situación. Con todo, está previsto que para finales de marzo haya un aporte extra de un hectómetro cúbico, tal y como aprobaba el Consorcio en la última Junta General de diciembre.
En este sentido, la comarca dependería de la primavera para saber cómo afrontaría el verano, con los meses de mayor demanda. Si las esperadas lluvias no llegan, en junio podrían entrar en fase de emergencia. Pero para entonces se abordaría la petición de otros tres hectómetros cúbicos como ocurrió hace cinco años. Finalmente, Berenguer confirmó que no se esperan restricciones para la población y llamó la atención sobre la necesidad de invertir en infraestructuras para atender a la demanda de la comarca, que cada vez crece más. Por ello, recordó la importancia de ejecutar la desaladora de Benidorm, prevista para 2026.